MADRID.- El gobernador saliente del Banco de España,
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha reclamado el derecho a hablar en el
Parlamento para salvaguardar la independencia de la institución de las
interferencias de las autoridades, y no excluye errores en la gestión
del supervisor durante su mandato.
En su último discurso al frente del Banco de España dentro del
informe anual del organismo, Fernández Ordóñez sostiene que rendir
cuentas ante el Parlamento "no debería ser sólo una obligación de los
reguladores, sino también un derecho".
"La transparencia que proporciona el Parlamento es una ayuda
inestimable para salvaguardar la independencia de la institución de
posibles interferencias de las autoridades y grupos de interés",
argumenta el todavía gobernador.
Esta despedida de Fernández Ordóñez se produce el día después de
que el PP haya bloqueado su comparecencia ante la Cámara Baja para dar
cuenta de la crisis de Bankia, que ha desembocado en la nacionalización
de la entidad a través de un plan de saneamiento pilotado por el
Gobierno, y que ha dejado tocado el prestigio de la institución.
Fernández Ordóñez resalta que contar con instituciones reguladoras
independientes no garantiza en absoluto que éstas no se equivoquen,
"pero con ellas se consigue que las decisiones no estén teñidas de
motivaciones políticas coyunturales".
"Yo no puedo decir que el Banco de España, en su tarea de
supervisión, no haya podido equivocarse en ocasiones, pero sí puedo
asegurar que las decisiones del Banco de España han estado siempre
basadas en criterios exclusivamente profesionales", defiende Fernández
Ordóñez, que cesa de su cargo este domingo día 10, con un mes de
antelación.
"Seguro que, cuando el tiempo coloque a cada uno en su sitio, su
trabajo durante estos años de crisis será reconocido y justamente
valorado por todos", concluye el gobernador saliente, que será
sustituido en el cargo por Luis María Linde.
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