MADRID.- El Juzgado de Instrucción nº 3 de Córdoba está tramitando la
primera causa penal contra un responsable de sucursal bancaria por
estafa en la comercialización de participaciones preferentes. Una pareja
de esa localidad andaluza presentó una denuncia en octubre de 2011 en
la que se acusa de ese delito a la directora y al subdirector de una
oficina de La Caixa. El fiscal ha pedido al juez
que prosiga las diligencias contra el subdirector de la oficina, al
apreciar indicios de un delito de estafa en su actuación, mientras que
descarta la responsabilidad de la directora porque no concertó la
operación, adelanta hoy 'Público'.
En un duro escrito al Juzgado, el fiscal determina que
el subdirector, con quien los denunciantes tenían una relación de
especial confianza, "decidió ocultar" a la pareja
denunciante, que había invertido 60.000 euros en las preferentes, que
dichas participaciones no tenían líquidez inmediata, en contra de lo que
él les había garantizado reiteradamente, por lo que cometió el engaño
tipificado como delito de estafa.
A.O. y R.M. metieron sus ahorros en preferentes en 2002 tras la recomendación del subdirector de la sucursal. "Este dinero se recupera enseguida", cuenta a Público
A.O. que le aseguró este empleado de La Caixa. "Nosotros habíamos
ahorrado y pensábamos meter el dinero en un plazo fijo, pero nos dijeron
que, como éramos buenos clientes, nos colocaban nuestros ahorros en
preferentes", exlpica. "En ese año nadie sabía lo que era ese producto",
agrega.
La pareja continuó confiando en este responsable de la sucursal, que en diciembre de 2008 les aconsejó meter más dinero
en preferentes, por lo que siguieron su recomendación pues no eran
conocedores de "los riesgos de las preferentes", subraya el denunciante.
El propio fiscal destaca y reconoce que existe una "especial
relación de confianza" entre la parte denunciante y el subdirector.
Sostiene que es "esencial" tener en cuenta la actitud de los
denunciantes, pues ellos acuden a La Caixa porque tenían la intención de
comprar un local cuyo pago se va a liquidar con lo ahorrado en
preferentes, 60.000 euros, y con un préstamo que querían solicitar. "La Caixa sabía de dónde provenía el dinero",
asegura este afectado, "así que realizamos las tasaciones y los papeles
necesarios, que pagamos nosotros, para acordar la compra". El
subdirector de la sucursal les había asegurado que podían contar con lo
que tenían en las preferentes.
"El día que voy a retirar el dinero
para abonar la paga y señal a los propietarios, le pedí al subdirector
que fuera vendiendo las preferentes a lo que me respondió que era
preferible esperar a que estuviera cerrado el trato", asegura A.O. En el
banco le dieron un cheque de 6.000 euros para poder cerrar el acuerdo,
pero el denunciante decidió no entregarlo y cancelar la compra porque no
estaba "seguro de poder contar con el dinero ahorrado", declara. "Me habían puesto muchas excusas para no sacar a la venta las preferentes".
El cliente afectado empezó a pedir explicaciones
en su sucursal y tras ponerle excusas y darle distintas razones le
dijeron que ese dinero no se podía recuperar. "En los papeles que firmas
no están las condiciones ni la información sobre el producto, sólo
debajo de donde firmas hay una letra pequeña que informa al contratante
de que se ha puesto a su disposición un folleto informativo", cuenta
A.O. Sin embargo, este documento jamás llegó a sus manos: "En Internet
investigamos y empezamos a informarnos".
Los denunciantes agotaron todas las vías de negociación
"Intentamos
hablar con la directora y el subdirector para que nos ofrecieran una
solución", asegura el afectado, "de hecho la directora nos ofreció un
préstamo pignoraticio, pero al final la sucursal no lo autorizó". A.O.
declara que se siente "totalmente estafado".
El 4 de octubre presentaron la denuncia en el juzgado y en diciembre la CNMV destapó el escándalo de las preferentes
y obligó a los bancos a deshacerse de los productos tóxicos que tenían.
"Este negocio se basa en la confianza, publicitan este valor y lo
promueven, no pueden basarse en ello y luego defraudarlo", critica.
La vida de estos denunciantes se ha trastocado incluso está afectando a su salud pues padecen alteraciones de sueño y otros problemas derivados de la ansiedad y la incertidumbre de su situación.
La Fiscalía destaca en su informe que el subdirector de la sucursal, después de tener conocimiento de "lo nocivo"
de la inversión propuesta y de que las preferentes no tenían liquidez
inmediata, ocultó esa información a los denunciantes, es decir, les
engañó, y consintió que prosiguieran con las operaciones del préstamo,
lo que les ocasionó nuevos gastos (información, tasación) y un acto
patrimonial cuantioso (compra de un local), pese a saber que para ello
no contaban con el dinero de las preferentes porque no eran de liquidez
inmediata.
"Concurren en consecuencia --dice el fiscal-- todos los elementos del delito
de estafa: engaño, error, actos de disposición patrimonial y también
ánimo de lucro, interpretado como lo hace la jurisprudencia, no sólo
como un enriquecimiento patrimonial positivo. sino como cualquier
ventaja, beneficio o satisfacción resultante de la acción".
La Caixa está denunciada como responsable subsidiaria
En
la denuncia presentada, la pareja solicita que La Caixa sea declarada
responsable civil subsidiaria de la estafa. El abogado de la pareja ha
declarado a Público que van a
seguir insistiendo en que el responsable no es sólo el subdirector,
"sino también la directora" por delito de estafa, penado con entre uno y tres años de cárcel. El juez deberá decidir al respecto.
Hasta la fecha, distintas entidades bancarias han sido condenadas
por comercializar preferentes a clientes no idóneos para entender este
producto complejo, pero siempre por la vía civil, en la que se ha
obligado al banco respectivo a devolver la inversión realizada
descontando en su caso los intereses cobrados.
Por su parte, en la
Audiencia Nacional se siguen procesos penales contra los directivos de
varios bancos y cajas (CAM, CCM, Bankia, Novagalicia) que incluyen en
algún caso la responsabilidad de esas cúpulas en el proceso de
comercialización de preferentes, pero no en el trato directo del
empleado bancario con el cliente como es el caso.
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