MADRID.- La dirección del PP ha situado la reconquista de los Ayuntamientos de
Madrid y de Valencia en el corazón de su estrategia para las elecciones
locales y autonómicas de 2019. Los consejeros de Mariano Rajoy buscan
dos candidatos municipales capaces de multiplicar los apoyos que
necesitan sus números uno autonómicos —en principio, Cristina
Cifuentes e Isabel Bonig— para gobernar en la Comunidad de Madrid y en
la Comunidad Valenciana, revela hoy El País.
Con Ciudadanos al alza en ambas plazas, la formación conservadora prepara a sus principales figuras para una campaña que se considera como una primera vuelta de las próximas generales.
“Es como en el fútbol: Madrid y Valencia son de primera división”, resumen gráficamente fuentes de la dirección nacional del PP sobre
dos ciudades en las que la formación ganó pero no gobernó en 2015.
“Nos
centraremos en ellas porque tienen más población”, añaden sobre un
pulso electoral en el que las capitales deben servir como trampolín para
impulsar a Cifuentes —desgastada por las dudas sobre cómo obtuvo su
máster sobre Derecho Autonómico— y Bonig —lastrada por sus años en la
oposición—.
“La candidatura de la capital encaja con el perfil de Pablo Casado,
pero no hay ninguna decisión tomada, y más en Madrid, que vive años muy
convulsos”, razona otro dirigente del PP en referencia a la dimisión de
Esperanza Aguirre y a las investigaciones a políticos implicados en las
tramas Púnica, Lezo y Gürtel.
“Madrid es un sitio muy adaptable
a cualquier perfil: ha habido alcaldes nacidos fuera, como Juan
Barranco, por lo que el candidato no tiene por qué ser un gato [madrileño] y también se presta a perfiles independientes de última hora, como pasó con Carmena”.
Casado se ha consolidado como alternativa en la capital, pero aún no
hay nada decidido. Fuentes de la dirección nacional lamentan que se
exponga al vicesecretario a un innecesario desgaste, puesto que se le
está sometiendo a un “pesaje” de su talla como candidato sin serlo
oficialmente.
Al tiempo, tanto la vicepresidenta Soraya Sáenz de
Santamaría como el portavoz Íñigo Méndez de Vigo —a los que algunos
compañeros ven como candidatos— prefieren mantener sus actuales
responsabilidades. Y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, todo un
referente del partido, encaja en ese perfil de candidata “potente” que
gusta en el PP de Madrid.
En Valencia, la situación es igualmente compleja. El eurodiputado
Esteban González Pons ha trasladado a la dirección que su deseo es
continuar en el Europarlamento. El PP provincial está dirigido por una
gestora. Y Bonig tiene ya una lista de alternativas.
“El debate se está alargando más de lo previsto”, reconoce una fuente
del PP valenciano, que admite la existencia de una larga lista de
posibles candidatos, como el concejal Eusebio Monzó (el favorito de la
dirección regional); las diputadas autonómicas María José Catalá (la
favorita de la dirección nacional) y María José Ferrer San Segundo
(señalada como una opción para lograr el consenso); o el delegado de
Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues (bien visto en
La Moncloa).
“Hay posibilidades de recuperar la alcaldía, porque la
cantera de votos de la ciudad es una barbaridad, y un buen candidato los
puede arrastrar también a la candidatura de la Generalitat”, añade este
interlocutor. “Génova juega al despiste”.
Cifuentes y
Bonig se enfrentan a problemas comunes. Ciudadanos no parece tener techo
en sus comunidades. El PSOE y Unidos Podemos mantienen sus opciones de
gobernar con alianzas de izquierdas. La marca del PP está desgastada por
los escándalos de corrupción que se investigan en los casos Púnica, Gürtel, Lezo y Brugal.
Y ambas saben que si son candidatas tendrán que enfrentarse a algunas de las principales figuras políticas de España.
Unidos Podemos presentará a Íñigo Errejón en Madrid y propone
consensuar una lista en la Comunidad Valenciana con Compromís y Esquerra
Unida. El PSOE, aún pendiente de decidir sus candidatos, cuenta con
Ángel Gabilondo y con el presidente actual de los valencianos, Ximo
Puig. Y Ciudadanos, que decidirá a sus números uno en
primarias, mantiene un prolongado ascenso en los sondeos gracias a la
relevancia que han logrado representantes como Begoña Villacís o Toni
Cantó en sus circunscripciones.
En consecuencia, Mariano Rajoy está retrasando su decisión sobre
quiénes deben ser los candidatos municipales que sirvan para multiplicar
las opciones de los autonómicos, según sus consejeros.
Un reflejo de
que las dos elecciones son del máximo calado y de que en la formación
conservadora miran de reojo las decisiones que tomen sus competidores:
por ejemplo, que Manuela Carmena repita o no como candidata de Podemos
obligará al resto de partidos a reconsiderar sus opciones.
“La importancia de Madrid y Valencia es innegable, son las capitales
más grandes a las que podemos aspirar”, fotografía un tercer integrante
de la dirección sobre dos urbes en las que el PP gobernó durante 24 años
consecutivos.
“En 2015, el PSOE obtuvo su peor resultado histórico,
pero ganó mucho poder por los pactos, la mayoría de las veces a nuestra
costa”, sigue este interlocutor, que también vincula el éxito en estas
ciudades con un triunfo autonómico
“Y las encuestas nos dicen que ahora
el escenario no es malo para nosotros”, añade sobre la posibilidad de
formar nuevos gobiernos de centroderecha gracias al auge de Ciudadanos y
pese al posible descenso del PP.
No obstante, nada garantiza el apoyo de Albert Rivera, que aspira al sorpasso.
Los populares temen que su competidor acabe prefiriendo pactar con el
PSOE, que ahora gobierna en la Comunidad Valenciana (Ximo Puig) y es la
segunda fuerza en Madrid (Gabilondo). Una decisión que tendría
consecuencias nacionales.
Así, Rajoy se ha implicado en la tarea de recuperar los
Ayuntamientos. En los breves intercambios informales que ha tenido con
sus representantes madrileños, el líder del PP les ha pedido que
mantuvieran su dura oposición a Carmena, dando incluso instrucciones
concretas, como que debían poner en el centro de la política local los
atascos de la Gran Vía o evitar la celebración de un acto en el Matadero
a favor del derecho a decidir en Cataluña. La comunicación entre Rajoy y
Bonig también ha sido directa.
Valencia y Madrid vuelven a estar en juego. Y con ellas, dos
comunidades con el máximo peso político. La batalla por La Moncloa está
prevista para 2020, pero empieza en estos dos Ayuntamientos en 2019.
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