VALENCIA.- FSIE-Comunitat Valenciana, sindicato
mayoritario en la enseñanza concertada, ha elaborado una encuesta que
refleja que más del 80% de los alumnos se han adaptado a las clases
online, que el 77% de los docentes se ha visto obligado a incrementar
hasta dos horas diarias su horario laboral y el 70% destaca el
incremento de la implicación de las familias.
Así, la consulta, realizada a casi 1.000 docentes del 7 al
21 de abril, revela que el 80,5% de los docentes del sistema privado
concertado de la Comunitat Valenciana considera que los alumnos se han
adaptado a las clases online. De ellos, un 10,6% cree que se han
adaptado completamente, un 45,5% considera que se han adaptado aunque
necesitan ayuda de forma ocasional y un 24,4%, que sí se han adaptado
aunque necesitan ayuda constante, detalla la entidad en un comunicado.
Así
mismo, la encuesta refleja que un 19,5% de los docentes consideran que
los alumnos no se han adaptado bien a las clases online, de los cuales
sólo un 4% considera que a los alumnos les cuesta mucho trabajar de esta
manera.
En cuanto a la jornada laboral, el 77,7% de los encuestados
confiesa que ha tenido que ampliar su horario de trabajo para adaptarse a
este tipo de enseñanza. De estos, el 56,4% admite que su trabajo diario
aumentado en 2 o más horas al día por encima de su horario y el 21,3%
admite que su trabajo diario ha aumentado en una o dos horas más al día.
Así, solo el 17,1% considera que tiene la misma carga horaria y solo el
5,2% considera que su carga horaria es inferior a la normal.
Así,
siete de cada diez profesores (72%) destaca que amplía su horario
habitual en función de las necesidades de los alumnos mientras que el
20% reconoce que adapta su horario a las necesidades de los alumnos.
Solo el 8% mantiene el mismo horario habitual.
En este contexto, y
en relación a la brecha digital, los docentes consideran que entorno al
70% de los alumnos tienen medios digitales para afrontar las clases
online y, en el resto de los casos, los profesores utilizan material
físico e instrucciones telefónicas para el trabajo diario.
Por
ello, los docentes muestran "gran preocupación" por no poder llegar al
alumnado sin recursos, y adaptan las actividades a las circunstancias de
cada alumno (en el momento de realización de la encuesta la conselleria
todavía no había proporcionado recursos digitales a los alumnos sin
recursos de la concertada).
El trabajo de campo pone de relieve
la "enorme implicación de los docentes, de los centros educativos, los
equipos directivos, los orientadores, los ayuntamientos y los servicios
sociales para garantizar que todo el alumnado pueda acceder a
actividades".
Así, casi el 44% de los encuestados considera que este tipo
de formación podría fomentar una educación más personalizada (el 19%
está muy de acuerdo) frente al 48,3% que no lo considera así.
Además,
más del 70% de los profesores piensan que la implicación de los padres
en el aprendizaje de sus hijos ha podido experimentar un crecimiento
desde que se inició la cuarentena frente a un 14,6% que considera que
esa implicación no ha aumentado.
Los docentes también han
destacado los aspectos más positivos sobre este tipo de enseñanza que
varía en función del nivel educativo: una mayor implicación y
participación de las familias y aumento de la comunicación con el
personal docente, el aumento de la valoración del esfuerzo del profesor y
de la competencia digital por parte de alumnos y docentes.
Además, "se ha notado una mayor cercanía con el alumnado
debido a la personalización de las tareas, la flexibilidad horaria y la
atención personal". A estas variables se les suma, según siempre los
propios profesionales encuestados, la ausencia de conductas disruptivas,
el feedback instantáneo, la gran oferta y variedad de recursos y la
rapidez con la que equipo docente, alumnos y familias han sabido
adaptarse a este nuevo tipo de enseñanza.
En cuanto a los
aspectos negativos o problemas encontrados en este tipo de educación, en
todos los niveles se habla de problemas de conexión que dificultan la
labor diaria, el aumento de la carga horaria docente y la sobrecarga
laboral, el aumento del estrés y preocupación por no poder atender a
todos los alumnos por igual, la falta de formación docente en TICs y la
preocupación por la falta de control o menor control sobre el
aprendizaje real del alumno.
Los docentes muestran una gran
preocupación por el tipo de evaluación que van a tener que emplear para
las actividades realizadas en este tercer trimestre, demandan a la
Administración " criterios de evaluación claros y objetivos para esta
tercera evaluación, aunque somos conscientes de que estamos pendientes
de dichas instrucciones por parte de la conselleria, que dará
instrucciones en los próximos días".
Por último, los profesionales coinciden en destacar que este
tipo de enseñanza "no es inclusiva ya que aumenta las desigualdades en
función de los recursos disponibles, el interés de las familias y las
necesidades especiales de los alumnos". En este sentido, lamentan la
falta de contacto directo y de trato humano con el alumnado, la falta de
socialización entre alumnos e imposibilidad de trabajar en grupo.
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