BRUSELAS.- La Comisión Europea ha recomendado este miércoles a España mejorar la “capacidad y solidez” de su sistema sanitario
en relación con la situación de sus trabajadores, las infraestructuras y
la disponibilidad de productos críticos. Además, también ha recomendado
al país que tome “todas las medidas necesarias” para apoyar la economía y la recuperación posterior a la pandemia
en 2020 y 2021, incluidas acciones para proteger el empleo, garantizar
liquidez a pymes y autónomos y movilizar inversión pública y privada.
Así se recoge en las recomendaciones de política económica emitidas
por el Ejecutivo comunitario, que este año se centran en dar
orientaciones sobre cómo actuar para paliar el impacto sin precedentes de la pandemia y no en sancionar el incumplimiento de los objetivos fiscales, como es habitual.
Bruselas recomienda a España “tomar todas las medidas necesarias para abordar efectivamente la pandemia, apoyar la economía y la recuperación posterior” en 2020 y 2021.
Advierte, no obstante, de que “cuando lo permitan las condiciones económicas, las políticas fiscales deberían perseguir lograr posiciones fiscales prudentes a medio plazo y asegurar la sostenibilidad de la deuda, mientras se fomenta la inversión”.
Se trata de la línea general para el conjunto de los países de la UE que recomienda Bruselas, que ve justificado que de momento se mantengan en todo el bloque las políticas expansivas, de aumento de gasto o rebajas fiscales, por la pandemia.
Bruselas pide en concreto a España que apoye el empleo con medidas para evitar despidos, incentivos al empleo
y el desarrollo de competencias profesionales, así como “reforzar la
protección por desempleo, sobre todo para los trabajadores atípicos”.
España debería además “mejorar la cobertura y adecuación de sus esquemas de ingresos mínimos y apoyo familiar“, así como el acceso a la educación digital.
Bruselas pide también reforzar la “resiliencia y capacidad” del sistema de salud.
La Comisión recomienda, por otra parte, que el Gobierno “garantice la
implementación efectiva de medidas para proporcionar liquidez a las
pequeñas y medianas empresa y los autónomos, evitando los retrasos en
los pagos”.
Asimismo, alienta a “adelantar inversiones públicas maduras” y
promover la inversión privada para impulsar la recuperación, centrando
estas inversiones en las transiciones digital y ecológica.
Bruselas ha suspendido temporalmente las normas de disciplina fiscal
comunitarias para permitir a los países que acometan el gasto necesario
contra el coronavirus, por lo que no evaluará el cumplimiento de las
metas fiscales ni abrirá expedientes por exceso de déficit o deuda en
este momento.
Pese a ello, la Comisión ha realizado informes sobre la situación de
todos los países de la UE dado que se prevé que la gran mayoría de los
Veintisiete supere el umbral de déficit del 3% del PIB previsto en las
normas.
En el caso de España, concluye que no cumplió con los criterios de reducción de déficit ni de deuda pública.
Señala que está previsto que el déficit suba al 10,3 % del PIB este año, un exceso muy por encima del límite que “es excepcional pero no temporal”, a lo que suma que España “no hizo suficiente progreso” en la reducción de su deuda pública en 2019, que se situó en ese ejercicio en el 95,5 % del PIB, muy por encima del umbral del 60 % que marca el Tratado.
Por último, la Comisión publicó el último informe de supervisión del rescate a la banca española, que concluye que “la resiliencia de la economía española y su sector financiero, así como el perfil de su deuda, reducen las vulnerabilidades que emanan de la pandemia de coronavirus“.
Si bien el impacto del virus sobre el sector bancario no puede ser
evaluado todavía, la resiliencia construida durante los últimos años
ayudará a preservar su estabilidad, afirma.
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