MONTREAL.- La pandemia de
coronavirus ha asestado al transporte aéreo un golpe sin precedentes y
la clave para el éxito de la reanudación de las operaciones será
restablecer la confianza de los viajeros y evitar un mosaico de
restricciones, estima el director general de la Asociación Internacional
del Transporte Aéreo (IATA), Alexandre de Juniac.
A medida que
las naciones de todo el mundo cerraban sus fronteras y ordenaban a la
gente que se quedara en casa para frenar la propagación de la covid-19,
el tráfico aéreo se detuvo casi por completo.
"Nunca hemos visto nada como esto", dijo Alexandre de Juniac, director geneal de la Asociación
Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) que
representa a unas 290 aerolíneas.
Entre 80% y 90% de los aviones
están clavados al suelo, unos 4,5 millones de vuelos han sido cancelados
y se estima que este año se perderán 314.000 millones de dólares en
ingresos.
Con la relajación de las medidas de confinamiento en
algunos países, varias aerolíneas han anunciado planes para comenzar a
retomar progresivamente los vuelos en las próximas semanas, tanto
nacionales como internacionales.
"Una de las claves para reanudar
los vuelos es un sólido proceso de control de los pasajeros que
restablezca la confianza", así como "convencer a los gobiernos para que
levanten los cierres de fronteras", dijo de Juniac.
Juniac, que
anteriormente se desempeñó como presidente de Air France, aseguró que la
industria está trabajando en el desarrollo de procedimientos "que son
al mismo tiempo seguros y permiten operaciones económicamente viables".
Descartó
la idea de dejar asientos vacíos para mantener una distancia física
entre los pasajeros que "no proporcionaría seguridad adicional", pero
que tendría un "impacto económico absolutamente catastrófico", ya que
las aerolíneas tendrían que "aumentar los precios entre un 50% y un
100%".
Se están llevando a cabo discusiones en la Organización de
Aviación Civil Internacional (OACI), así como entre países "para tratar
de tener un enfoque convergente que esté armonizado en todo el mundo en
cuanto a los controles de salud".
Deberían concluir a finales de
mayo, según Junac. La idea es evitar un "mosaico" de medidas de
seguridad, como sucedió tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en
Estados Unidos.
Presentar una declaración de salud en el
aeropuerto, controles de temperatura, el uso obligatorio de mascarillas,
servir comida preenvasada para evitar los contactos, son algunas de las
medidas contempladas para tranquilizar a los pasajeros y a los
gobiernos.
A las que se añade un sistema de filtración del aire de alto rendimiento en los aviones para crear una red anti covid.
IATA no espera que el tráfico aéreo vuelva a su nivel anterior a la crisis antes de 2023.
Varias aerolíneas ya han anunciado el despido de decenas de miles de empleados.
De
Juniac señaló que sólo tres o cuatro aerolíneas se han ido a pique,
incluyendo Virgin Australia que se declaró voluntariamente en suspensión
de pagos en abril.
Si las aerolíneas sobreviven, es gracias,
según él, a la reacción "muy rápida y muy fuerte" que han tenido los
Estados para sostener, de diversas formas, al sector en todo el mundo
"considerando que es un sector absolutamente estratégico".
En
cuanto a los compromisos medioambientales del sector, que ha prometido
dividir por dos sus emisiones de CO2 para 2050, en relación a 2005,
serán mantenidas, aseguró.
"Estamos intentando convencer a los
gobiernos de que dediquen una parte de los planes de apoyo económico al
desarrollo de los biocombustibles", dijo de Juniac.
"La renovación
de las flotas (por aviones menos contaminantes) podría tomar más tiempo
(...) pero menos aviones volarán y por lo tanto habrán menos
emisiones", añadió.
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