VALENCIA.- Casa Caridad ha prestado en lo que va de año 4.592 atenciones en sus
diferentes servicios, un 15 por ciento más que en 2022. Más de 3.100
familias y personas vulnerables han pasado por el reparto de productos
básicos, que es el servicio que más ha crecido, con un 18% de aumento,
con una media de 70 carros de comida repartidos al día.
La
Asociación Valenciana de Caridad, entidad con más de 117 años prestando
esta atención, ha lanzado ante las fiestas navideñas la campaña
'Valencia sería distinta sin Casa Caridad' para concienciar de su papel e
impacto en la sociedad valenciana ---afronta un gasto diario de 16.000
euros para cubrir todos sus servicios: comedor, centros de acogida
temporal, servicio de reparto de ropa y comida, las escuelas infantiles y
el Proyecto Fénix--.
Tras el último censo de personas sin
hogar, en el que la asociación ha participado, se han contabilizado
alrededor de 800 personas en esta situación, una cifra que "pone de
manifiesto la necesaria labor que realizan las organizaciones del tercer
sector".
El presidente de Casa Caridad Valencia, Luis
Miralles, ha explicado a los medios que han lanzado la campaña "no solo
para que la ciudadanía conozca los servicios, programas y actividades,
sino para concienciar de que es fundamental hacer donaciones y formar
parte como socios de entidades que dediquen su misión a trabajar y a
ayudar a las personas que más lo necesitan".
"Queremos que la gente
conteste a la pregunta: ¿Qué pasaría si Casa Caridad no existiera?", ha
agregado.
Asimismo, Miralles ha indicado que "cada vez viene
más gente necesitada y Casa Caridad tiene siempre las puertas abiertas
para todos. Lo que hacemos es atender a estas personas e informarles de
sus derechos y ayudarles a conseguirlos. Queremos ayudar a mejorar su
vida y su futuro".
Además, Casa Caridad cuenta con una
"independencia económica fundamental", que ha conseguido gracias a los
cerca de 4.000 socios y empresas que colaboran con la organización.
"Si
podemos conseguir más ayudas de la Administración podríamos atender a
más gente. Tenemos en el coste de los centros de acogida temporal un
déficit del 25%", ha afirmado el presidente.
El perfil de personas que acuden a la organización en busca de ayuda
es "amplísimo" y se ve reflejado en los servicios que presta la ONG. Un
total 150 niños de uno a tres años reciben educación en las escuelas
infantiles y aproximadamente 130 familias que se encuentran en riesgo de
exclusión social se benefician de sus servicios.
"En los
centros de Benicalap se encuentra un perfil de personas en su mayoría
sin hogar, que padecen una enfermedad o han tenido algún tipo de
incidencia. Los hospitales no van a ir a la calle; por ello, las personas
acuden al centro de convalecientes" del multicentro social de
Benicalap, ha dicho.
Otro servicio que
presta Casa Caridad es el Proyecto Fénix, un programa de viviendas que
la asociación pone a disposición de las familias que han conseguido el
ingreso mínimo vital o la renta valenciana de inclusión.
La
idea es facilitar el acceso a personas y familias mediante cursillos a
un puesto de trabajo para que "poco a poco puedan alcanzar una mejora"
en sus condiciones de vida.
El perfil de las personas que
acuden a este servicio es "muy amplio", por ejemplo, mayores que
comparten la pensión con los hijos, que a pesar de tener un empleo y
cobrar un sueldo no llegan a fin de mes.
Esmeralda Raudales es usuaria de Casa Caridad y el día que llegó a la
asociación necesitaba muletas para poder andar bien. Ahora, gracias a
la ayuda que le ha brindado la entidad, ha conseguido un zapato
ortopédico que le permite moverse sin necesitar las muletas. "El detalle
más especial que Casa Caridad ha hecho por mí son los zapatos que me
han dado este año. Después de andar casi cinco años con muletas, mi vida
ha ahora ha cambiado", ha relatado.
Ella vive en el Centro de
Acogida Temporal que tiene la organización en la Petxina, que
actualmente cuenta con 100% de ocupación en los dos centros, donde este
año han pasado más de 400 personas entre adultos y niños. El servicio
ofrece un lugar seguro donde acudir, apoyo psicológico, enfermería,
atención social, cursos de formación y búsqueda de empleo, así como
actividades destinadas a promover el desarrollo de habilidades sociales.
En cuanto al Programa Escuela Familia, Rosalía Dávila es una de las
usuarias que se benefecia de este servicio destinado a ayudar a las
familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Proviene de
Ecuador y tiene dos hijos que viven con ella en una casa de acogida,
mientras que la pequeña asiste también a la escuela infantil de la
entidad en Petxina desde hace tres meses.
"El apoyo de Pablo,
trabajador social, es fundamental para las familias. Siempre intenta
buscar la mejor solución para nosotros y nos brinda la seguridad que yo
quería sentir desde que llegue a España", ha explicado Rosalía.
Lourdes Monedero tiene 56 años y vive en el centro de acogida por "la
gran problemática que hay en la búsqueda de habitaciones de alquiler",
ha afirmado. "Mi familia murió y no podía alquilar un piso por mi
situación económica. Ahora vivo en el centro de acogida que cubre todas
nuestras necesidades básicas", ha proseguido.
"Si Casa Caridad
no existiera mi situación sería impensable. Estuve un año viviendo en
la calle; es horrible y más para una mujer. No tengo familia y no
tendría a quién recurrir. No sé qué sería de mí sin la asociación; lo
más seguro es que continuaría viviendo en la calle", ha manifestado
Lourdes.
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