VALENCIA.- En lo que respecta a la Comunidad Valenciana, son
varios aspectos los que marcarán el año en lo institucional, que será
el primero completo con Carlos Mazón como presidente de la
Generalitat. No habrá que esperar mucho para el primer acontecimiento
marcado en rojo en el calendario. Aún no hay días concretos, pero ya se
sabe que será en el primer trimestre del año. Se trata del Congreso
Extraordinario que el PSPV-PSOE celebrará con tal de designar al sucesor de Ximo Puig, ya fuera del poder y asumiendo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le ha empujado a abandonar la primera línea política, recoge El Debate.
Hasta
el momento, todavía ningún dirigente se ha postulado oficialmente para
ser el secretario general de los socialistas regionales, pero los
nombres en las quinielas son varios. Así, el de la ministra de Ciencia y
Universidades, Diana Morant, es el que con más fuerza suena. Sería la apuesta personal del jefe del Ejecutivo y le serviría para controlar de cerca y en la práctica la federación valenciana, evitando barones con implantación territorial como en su día lo fue Puig. Dos pájaros de un tiro.
Otro posible candidato sería el alcalde de la localidad valenciana de Mislata, Carlos Fernández Bielsa,
que también es el secretario provincial del partido. De cara al 23-J ya
le ganó el pulso al aún líder del PSPV-PSOE a la hora de configurar las
listas al Congreso con el beneplácito de Sánchez, pero no haber logrado
la presidencia de la Diputación de Valencia le ha restado puntos frente
a una Morant que se presentaría como candidatura de unidad.
Sin embargo, no es descartable que haya otros aspirantes, como podrían ser el responsable de la formación en Alicante, Alejandro Soler, o, incluso, algún integrante del círculo en el que José Luis Ábalos
sigue gozando de gran influencia. En cualquier caso, el sucesor de Puig
tendrá que lidiar con más de tres años en la oposición en la
Generalitat y en las principales ciudades e instituciones de la
Comunidad, una tarea nada fácil.
2024 también podría ser un año de cambios en Compromís. Su
compleja situación interna con tres 'familias', Més, Iniciativa del
Poble Valencià y Els Verds ha abocado en los últimos 18 meses a los
nacionalistas a una crisis interna sin precedentes, llevándoles
al límite de la implosión.
El debate actual en el seno de la coalición
se centra en qué modelo ha de adoptar. Més, donde milita Joan Baldoví,
aboga por evolucionar hacia constituirse como un partido político al
uso o, en su defecto, hacia una federación de partidos. Por contra,
Iniciativa, la organización de Mónica Oltra y Aitana Mas, apuesta por no acometer cambio alguno y seguir en modo casi asambleario.
Esta postura no es unánime, lo que ha provocado
una cascada de dimisiones de dirigentes de la formación, así como de
bajas de militancia y salidas hacia Més. Tanto si Compromís
decide abordar este año ese proceso interno como si lo termina
posponiendo, el panorama orgánico es más que complicado.
En el año
recién acabado los nacionalistas no solo han salido abruptamente del
poder autonómico, sino que también lo han hecho del Ayuntamiento de
Valencia, donde Joan Ribó era el alcalde, como de los gobiernos
de las diputaciones y consistorios levantino y de Castellón, todas esas
plazas en coalición con el PSPV-PSOE.
Fin a la «imposición» del valenciano
En cuanto a la labor del Consell, Mazón seguirá avanzando en el camino de bajar impuestos para terminar con lo que denomina «infierno fiscal» de Puig
y en eliminar «grasa política» de la Administración autonómica.
Igualmente, antes de que termine el mes de abril la Consejería de
Educación tiene previsto aprobar una modificación «en profundidad» de la
Ley de Plurilingüismo con tal de devolver la libertad educativa a
las aulas y alejarlas de la ideología. Un primer paso para ello ya se
dio con la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos de la Generalitat,
que salió adelante a finales de diciembre en el último pleno del año.
Con ese trámite se eliminó la obligatoriedad de
que los alumnos de las zonas castellanohablantes de la región cursen
desde el próximo curso asignaturas troncales como Matemáticas o Historia
en valenciano, suprimiendo de esa manera el sistema de porcentajes que el tripartito importó del modelo catalán.
Con el nuevo texto, Mazón busca dar carpetazo a la «imposición» del valenciano y
que sean los padres los que elijan la lengua vehicular en la que
estudien sus hijos. En este sentido, también se implantará el distrito único,
de modo que las familias podrán escoger el centro educativo y que este
no se asigne por ser el más próximo al lugar de residencia.
Finalmente, el 9 de junio será la primera gran prueba de estrés política, puesto que se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo.
A pesar de que la circunscripción es única y que más que de asuntos
autonómicos y comunitarios se hablará de temas nacionales, los
resultados en parte servirán como termómetro para medir la aprobación del Gobierno de Mazón
y el tirón del nuevo líder del PSPV-PSOE, que debutará en una
convocatoria electoral apenas tres meses después de asumir el cargo.
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