VALENCIA.- El informe técnico elaborado sobre la muerte de una decena de ovejas el
pasado mes de enero en la población valenciana de Aras de los Olmos no
determina de manera concluyente si el ataque fue de lobos o de perros
asilvestrados. No obstante, señala que el tipo de heridas que
presentaban los cadáveres son "muy poco habituales en los ataques a
ganado protagonizados por lobos.
El pasado 23 de enero se
dio aviso, por parte de los responsables de una explotación ganadera en
Aras de los Olmos, de un supuesto ataque de lobos a un rebaño de ovejas
que se saldó con 10 reses muertas y la desbandada de otras 400 que
tuvieron que ser recuperadas.
La Conselleria de Medio
Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio encargó al Ministerio para
la Transición Ecológica un informe para dilucidar si la autoría de la
depredación podía ser achacada a lobos o perros asilvestrados.
Los técnicos del Ministerio, junto a personal de la Generalitat y
veterinarios de la Universidad CEU Cardenal Herrera, realizaron una
necropsia parcial sobre dos de los cadáveres en el Centro de
Recuperación de Fauna 'La Granja' de El Saler.
En el primero
de ellos hallaron incisiones contusas en la región del cuello provocadas
por un bloque de incisivos del que se presume una envergadura de 6,4
centímetros, la perforación de la tráquea y hematomas en el tejido
mamario. También se registraron heridas en los flancos y las
extremidades delanteras.
En el segundo cadáver se identificaron también
heridas incisivas producidas por un caninos de 6,7 centímetros en las
mismas zonas y, de igual modo, daños en las glándulas mamarias.
Las conclusiones del informe revelan que, tras el examen de las
heridas que presentaban los cadáveres de las ovejas, no se puede
discernir "de manera in-dubitativa" si la autoría de los ataques fue de
lobos o perros.
Añade que las lesiones localizadas en las
glándulas mamarias, así como las heridas en las extremidades delanteras y
los flancos son "muy poco habituales en los ataques a ganado
protagonizados por lobos, pues estos depredadores suelen derribar a sus
presas, además de mediante dentelladas muy precisas en el cuello, con
ataques a las extremidades posteriores y la región perianal y rara vez
se han constatado lesiones leves en las que no se aprecie pérdida
significativa del tejido muscular, como ha sido este caso".
Además, expone que en el caso de los perros, los patrones de ataque más
habituales son las lesiones heterogéneas en partes móviles y tejidos
blandos como las orejas o las ubres.
El rango de la medición
del bloque incisivo-canino en los lobos ibéricos puede oscilar de 5 a 7
centímetros. La huella que dejan los colmillos sobre la piel del animal
puede superar incluso los 10 centímetros en función de la posición que
se encuentre la presa en el momento de la captura.
Sin
embargo, estas mediciones deben considerarse siempre como datos
auxiliares, ya que existen razas de perros muy comunes en España que
abarcan este rango de medición, entre ellos los pastores alemanes,
collies o labradores, entre otros, advierte el análisis.
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