"Respetamos, sabemos que ellos han perdido sus casas, que tienen hipotecas, que tienen cargas, etcétera, pero nosotros, los inquilinos, también hemos perdido todo, igual que ellos", ha relatado a los medios la portavoz de los inquilinos, Nancy Kawham, al término de la junta de propietarios que se ha reunido en el hotel Valencia Palace.
Una reunión de la que se les ha "echado literalmente fuera", pese a que, según Kawham, había sido convocada ayer mañana "en principio para todos".
"Nosotros no diferenciamos entre propietarios e inquilinos, al final somos todos una comunidad, vivíamos ahí, pertenecíamos a ella, por lo tanto no hay que hacer diferencias", ha lamentado.
Pese a que la intención de los arrendatarios de las casas siniestradas era crear una asociación conjunta de damnificados, "no ha sido posible" porque la comunidad de propietarios "ve las cosas desde otro punto de vista", de modo que han optado por crear una propia, en la que se integrarán alrededor de un centenar.
Con todo, consideran que ha habido un "punto de inflexión" porque los dueños -en su caso, una empresa propietaria de varias de las viviendas calcinadas- "quieren ir por su cuenta porque dicen que puede haber intereses diferentes entre propietarios e inquilinos".
Ellos están aliviados porque el Ayuntamiento les ha garantizado que tienen el mismo derecho a acceder a una de las casas que ha puesto a su disposición en un edificio destinado al alquiler social, en el barrio de Zafranar, que podrán empezar a ocupar a partir de esta semana que viene.
Pero les preocupa "la letra pequeña", porque desde las aseguradoras lo que les dicen es que "si tú no tienes asegurado el contenido, no tienes nada que hacer ya".
No obstante, dos días
después del suceso, los arrendatarios van "recapacitando y viendo la
realidad" y es que todos sus recuerdos están "bajo unos escombros", pero
consideran que "hay que mirar siempre el vaso medio lleno y seguir
adelante".
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