VALENCIA.- La red de Cáritas acompañó a un total de 54.317 personas en 2023 --un
31% menores--, lo que supone un 5 por ciento más que el año anterior, y
el perfil de las personas que solicita ayuda se mantiene: migrantes en
situación administrativa irregular, mujeres solas, parejas jóvenes con
menores de edad a su cargo y personas con viviendas precarias. Una
tendencia de crecimiento en las atenciones que se prevé que se mantenga
este año.
Así, lo han señalado este jueves el arzobispo de
Valencia, Enrique Benavent, la directora de Cáritas Valencia, Aurora
Aranda, y la secretaria general, Belén Lado, en rueda de prensa para
presentar la Memoria de de actividad de las 426 Cáritas parroquiales en
2023, que realizaron 180 proyectos.
En concreto, de las 21.913
personas que llamaron directamente a la puerta el 74% eran mujeres, que
"sufren violencias de muy diversa índole por su condición de mujer, en
diversos grados y contextos sociales, hasta el extremo de la pobreza y
la exclusión social; y un 74% migrantes, que fueron acompañados en los
procesos de arraigo y contextualización para poder iniciar trámites para
su regularización, encontrar un empleo digno y poder acceder a vivir de
forma autónoma.
Además, la secretaria general, Belén Ladomás,
ha detallado que más de un 48% de las personas atendidas han sido
acompañadas por primera vez, mientras que casi el 8% de las personas
atendidas lo son desde hace más de 10 años.
"Las situaciones se
cronifican y la pobreza intergeneracional permanece. Las personas que
nacieron y se criaron en condiciones de desigualdad socioeconómica
tienen cada vez más dificultad para mejorar sus condiciones de vida, con
el riesgo de perpetuar las mismas dificultades para a sus hijos e
hijas", advierte. Por ello, Cáritas, ha recalcado, "prestó especial
atención a los 16.659 niños, niñas y adolescentes beneficiarios de
nuestra acción y trabajamos para evitar que las situaciones de pobreza y
exclusión se perpetúen".
Así, el encarecimiento significativo
del coste de la vida a consecuencia de los conflictos armados sigue
"manifestándose con toda crudeza entre las personas en situación de
mayor vulnerabilidad en el territorio de la diócesis".
Del
total de los más de 12 millones de euros que Caritas invirtió en la Diócesis de Valencia, un 39% estuvo destinado a programas y proyectos de
acompañamiento; y un 34 por ciento en cubrir necesidades básicas como,
suministros, ayudas para alquiler, desahucios, pago de recibos,
reparaciones en la vivienda, alimentación, medicamentos o ayudas
educativas.
De quienes solicitaron apoyo económico en
vivienda, el 66% se encontraba en situación de régimen de alquiler por
subarriendo. Algunos de estos casos se encuentran con la dificultad en
la tramitación del empadronamiento en el mismo domicilio que obstaculiza
su proceso de integración.
Además, 2.000 personas encontraron
una oportunidad laboral gracias a los 32 equipos de acompañamiento en
la búsqueda de empleo. El perfil laboral de las personas que acuden a
Cáritas se centra en empleos temporales, jornadas parciales y salarios
insuficientes y afectan principalmente a mujeres. "Empleos muy
feminizados en lo doméstico, atención domiciliaria, limpieza e incluso
hostelería, mayor precariedad laboral marcada por la inestabilidad",
constata.
Entre las personas acompañadas por Cáritas Valencia
destacan los 1.033 menores de edad que participan en nuestros proyectos
de Infancia y adolescencia o residieron en el Hogar Mare de Déu dels
Desemparats i dels Innocents. Asimismo, un total de 43 familias son
acompañadas en sus hogares; mientras que 144 personas migrantes o en
situación de sin hogar residieron en viviendas de la institución y en el
Centro de acogida San Esteban. Además, 123 mujeres fueron acompañadas
desde el proyecto Jere-Jere.
Por su parte directora
de Cáritas Valencia, Aurora Aranda, ha destacado, ante estas cifras, la
necesidad de que la Administración "garantice políticas públicas que
dignifiquen a todas las personas y, sobre todo, a aquellas que se
encuentran en situaciones vulnerables".
En concreto, ha
reclamado "planificar y coordinar políticas de empleo focalizadas en los
colectivos con un acceso más complicado al mercado laboral y que tengan
en cuenta la situación personal y familiar de la persona trabajadora".
En cuanto al acceso a una vivienda digna y adecuada, ha propuesto
ampliar el número de viviendas de alquiler de calidad a precios
asequibles; aumentar el parque público de vivienda en alquiler social
para aquellas familias con rentas más bajas y cumplir el 3% de dotación
residencial que marca la ley, ampliable al 5%, para garantizar un hogar a
familias en situaciones de extrema necesidad.
Asimismo, se ha
referido a "la necesidad de seguir garantizando el derecho al mínimo
vital para todas las personas con un sistema de garantía de ingresos
mínimos que esté dotado con la cobertura suficiente y cuya tramitación
se agilice".
Por su parte, el arzobispo de Valencia, Enrique
Benavent, ha destacado la labor de las 4.983 personas voluntarias --el
67% mujeres--, "un ejército de personas que desde un compromiso
cristiano, desde una actitud totalmente generosa, dedican parte de su
tiempo a acompañar a las personas y a abrirles caminos de esperanza, son
la gran riqueza de Cáritas".
Asimismo, ha destacado que Cáritas
"siempre está atenta a las nuevas formas de pobreza que van surgiendo" y
que también ha modificado su forma de prestar atención para respetar en
todo momento "la dignidad" de las personas.
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