martes, 5 de noviembre de 2024

La presa de Forata, el embalse que alcanzó más del 100% de su capacidad y frenó la magnitud de la catástrofe de Valencia


VALENCIA.- Cuando el 29 de octubre se evaluó la situación de la DANA en una reunión entre la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, en este momento, sobre las 10.30 horas de la mañana, ya se reconocía que había algunos cauces y municipios afectados por las lluvias.

En torno a las 6 de la mañana la cosa era muy distinta y la presa de Forata, que se encuentra entre Buñol y Cofrentes, con una capacidad de 37 hectómetros de capacidad (un hectómetro cúbico son mil millones de litros de agua) apenas sumaba 0,17 hectómetros del total. A las 12 llegaría a los 5,69 y después vendrían horas de trabajo y mucha tensión.

Pasaban las horas y una lluvia intensa que no parecía parar iba llenando la capacidad de la presa. A las 15.00 ya había alcanzado los 10,11 hectómetros cúbicos, dos horas después llegaría a los 24,90, recordemos que el máximo histórico se había registrado en 26 hectómetros cúbicos en 1971. 

Esta vez la cantidad sería bastante mayor. El papel que ha jugado Forata en esta DANA ha sido decisivo para minimizar los estragos del agua que entraba por 2 millones de litros por segundo.

En la madrugada del 30 a la 1.30 su nivel había sobrepasado el máximo con 37,30 del total, pero la labor de sus operarios hicieron que la presa resistiera y evitara una tragedia aún mayor.

Sin embargo, no solo tuvieron que gestionar el funcionamiento de este muro de contingencia, sino que lucharon contra las fake news

En torno a las 20.00 de la noche se compartió en redes un mensaje que se presentó como oficial: "La Confederación Hidrográfica comunica que va a aliviar agua del embalse de Forata abriendo sus compuertas y los caudales tanto del Río Magro como del Río Mijares van a aumentar de forma considerable. Rogamos a los vecinos que viven en las proximidades que están muy alerta, incluso marchándose de allí", rápidamente se tuvo que desmentir.

La pesadilla parecía terminar a la 1.48, cuando compartieron esta vez sí un mensaje oficial: "En estos momentos el nivel de la presa de Forata está descendiendo, aunque sigue evacuando un caudal de unos 900 metros cúbicos (900.000 litros) por segundo".

Una labor titánica en la que participaron otros embalses más pequeños como el de La Toba que subió de 3,99 hectómetros cúbicos (41,12% de su capacidad) a los 7,93 (81,79%); Regajo, de 1,11 (18,48%) a 3,66 (61%); María Cristina, de 0,72 (3,91%) a 5,87 (31,9%); Sichar, de 14,78 (29,99%) a 20,62 (41,82%); Loriguilla, de 22,79 hectómetros cúbicos (31,2%) a 38,73 (52,9%) y el embalse de Buseo que pasó de 0,77 hectómetros cúbicos (10,23% de su capacidad) a 8,54 hectómetros cúbicos (113,86% de su capacidad). 

Gracias a la gestión de sus técnicos profesionales y la estructuras de estas obras de la ingeniería se pudo evitar una situación mucho peor.

La historia de la presa de Forata

Se ubica en el río Júcar y se erigió con el propósito de regular el caudal y mejorar el riego en la región. Su construcción se inició en 1969 como parte de un ambicioso plan para mejorar la infraestructura hidráulica de la cuenca del Júcar, que siempre había sido crucial para la agricultura de la región.

A lo largo de los años, la presa ha sido objeto de diversas reformas y mejoras. Durante su vida útil, la infraestructura ha sido sometida a inspecciones y obras de mantenimiento para garantizar su funcionamiento seguro y eficiente.

Además de su función de riego, la presa de Forata se ha convertido en un punto de interés por su paisaje y su entorno natural, ofreciendo oportunidades para actividades recreativas como senderismo y pesca. La estructura ha resistido diversas condiciones climáticas, incluidas fuertes sequías y períodos de lluvias torrenciales, manteniendo su papel clave en el control de inundaciones en la cuenca del Júcar.

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