Pino señaló que "si bien es positivo que tenga carácter rotatorio, ya que es como tenía que ser para que el peso no recayera sólo sobre una parte de la plantilla, lo más importante era que la Administración obligara a la empresa a complementar los salarios de los afectados hasta el 80 por ciento".
En este sentido, el máximo responsable del sindicato mayoritario en la planta lamentó que "a diferencia de los afectados por los ERE anteriores, los trabajadores incluidos en este expediente percibirán únicamente el 70 por ciento del máximo de cotización que aporta el INEM", cifra que, en el caso de los trabajadores de la factoría, "supone que únicamente percibirán el 50 por ciento de sus sueldos".
"Este hecho deja a la plantilla en una situación muy complicada", remarcó Gonzalo Pino, quien confesó que confiaban en que la Dirección General de Trabajo "hubiese respondido de otra forma", con "una postura más favorable a los intereses de los trabajadores".
No obstante, resaltó que "la situación es la que es, y lo importante ahora es que ver qué se hace para evitar que se repitauna situación similar".
"No se puede hacer gestos como la concentración del pasado jueves, donde había sólo cerca de 50 trabajadores, porque eso demuestra la debilidad existente en este momento frente a la empresa, e incluso frente a la Administración", defendió Pino, quien acusó a los sindicatos minoritarios convocantes de esa iniciativa de haber "motivado a la Administración y a la propia empresa a mantenerse en sus planteamientos iniciales sobre el ERE".
Por su parte, la máxima representante de CGT en la planta valenciana, Francisca Cuesta, lamentó la aprobación del ERE y aseguró que se mantendrán "vigilantes" para analizar exhaustivamente las condiciones en que se aplica, y, sobre todo, "para garantizar que no sea discriminatorio hacia ningún trabajador".
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