El agua está
que hierve en Cataluña. Tanto por el problema del caudal del río en el
Delta del Ebro, de acuerdo al nuevo Plan Hidrológico, como por la
polémica sin fin por la privatización de Aigües Ter Llobregat al Grupo
Acciona, hoy puesto en tela de juicio por la Oficina Antifraude de
Catalunya (OAC).
Según
la OAC el Grupo Acciona, actual concesionaria de la empresa Aguas
del Ter y Llobregat (ATLL), habría desviado unos 13 millones de euros
por la emisión de facturas cruzadas por servicios no prestados.
En el informe – enviado a la Fiscalía Superior de Catalunya - cita
irregularidades en la operativa de ATLL Concesionaria, en la
subcontratación de operaciones a la Operadora ATLL y Acciona Agua,
las dos mercantiles vinculadas también a Acciona. Según la Oficina
Antifraude de Catalunya tales trabajos se habrían realizado al
margen de las condiciones de mercado. Todo ello sin el preceptivo
conocimiento de la Agència Catalana del Aigua. Las operaciones se
refieren a los ejercicios 2013 y 2015 y habrían incidido en el
aumento del recibo del agua.
“Acciona Agua y ATLL han cumplido
en todo momento de forma rigurosa la legalidad y las condiciones
contractuales exigidas por el pliego de licitación y por el
contrato de concesión”, replica en un comunicado la firma
explotadora de ATLL, que considera “absolutamente infundadas y
desproporcionadas las conclusiones que se atribuyen al informe
de la Oficina Antifraude de Cataluña”.
En el mismo comunicado
Acciona replica que: “bajo ningún concepto pueden dar lugar a la
reversión del contrato de concesión”. He aquí el meollo del
problema. La privatización de parte de ATLL fue tema de litigio
entre Acciona y Aguas de Barcelona. Y, si la Generalitat, quiere
revocar la concesión, deberá indemnizar a Acciona con unos 1.000
millones de euros.
Si el litigio entre Generalitat, Acciona y
ATLL, enturbia las aguas que bebemos en Cataluña, tampoco bajan
calmadas las aguas del río Ebro. Sobre todo por la reducción de
caudal que supone para el Delta del Ebro el nuevo Plan Hidrológico,
aprobado recientemente por el gobierno en funciones del PP.
El
pasado fin de semana unas 50.000 personas se manifestaron en
Amposta (Tarragona) contra la reducción del caudal. Aunque, un
centenar de kilómetros más arriba los agricultores se
felicitaban de la mejora en caudal para regadíos.
Un grupo
de europarlamentarios ha escuchado las opiniones de cada bando
y, sobre todo, analizarán si el Plan Hidrológico cumple, o no, con
las normativas europeas.
En definitiva, Cataluña vive unos
días de aguas turbulentas, y no sólo en política. Si no en la más
pura realidad y en un contexto, además, de muchos meses de sequía.
(*) Periodista
https://www.capitalmadrid.com/2016/2/10/41120/cataluna-y-las-guerras-del-agua.html
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