MADRID.- El plan de ahorro energético puesto en marcha por Alfonso Rus
al frente de la Diputación de Valencia, por el que se compraron 30
millones de euros en bombillas LED, no sólo deja dudas sobre la
legalidad de un concurso donde se compraron lotes de producto al doble de su valor de mercado. Las propias cuentas revelan nuevas irregularidades: la
Diputación pagó bombillas a los contratistas por valor de 27,4
millones, pero, en realidad, sólo tenía constancia de que se hubiera
entregado material por valor de 18 millones, revela hoy Okdiario.
El resultado de los balances que constan en la Diputación arroja un saldo a favor de las compañías adjudicatarias sin que conste que han entregado todo el producto comprometido:
Rus pagó 9,5 millones por unas bombillas que no constaban haber sido
entregadas ni entonces, ni ahora. El documento que publica Okdiario con
el desglose de lo pagado a cada contratista y lo que la administración
certifica como producto entregado no ha sido renovado. Y, en todo caso,
el pago por las bombillas LED debió ser posterior a su instalación,
nunca previo como consta en ese documento y como fijaba el convenio con
los ayuntamientos.
El sistema establecido para el pago de las ayudas de la Diputación que dirigía Rus, precisamente, exigía que los ayuntamientos certificaran que habían recibido las luces LED compradas por la Diputación
antes de realizar cualquier desembolso al panel de adjudicatarias. A la
vista de la diferencia entre las cantidades pagadas a los contratistas y
las bombillas que cada ayuntamiento certifica haber instalado, un
miembro del Tribunal de Cuentas se muestra tajante: “Si yo me encuentro
con un desfase así, lo investigaría inmediatamente”.
Okdiario también consultó con un dirigente socialista especializado
en el control de esta entidad y llega a la misma conclusión: Rus abonó
un material que a la Diputación no le constaba haber sido recibido por
los ayuntamientos destinatarios del plan de eficiencia energética.
Los expertos consultados por Okdiario coinciden en que el importe
certificado siempre debe ser igual al abonado. Si lo supera hay un
sobrecoste que debe explicarse y el ente público dirimirá si es justo el
sobreprecio del contratista y si debe o no pagarlo. Pero este caso es
más insólito, la Diputación de Valencia arroja el fenómeno contrario: se
han pagado 9,5 millones de más por una mercancía que no existe
formalmente, que no tiene “certificado”.
La entrega de material es sensiblemente inferior a la pagada. Este
fenómeno se repite en cada contratista, pero llama poderosamente la
atención que Inelcom, la empresa tecnológica vinculada con Rus y el
Partido Popular, sea la más beneficiada por estos desfases contables.
Inelcom tenía adjudicados de partida 15,2 millones de euros, del
total de 30 kilos destinados por la Diputación a comprar bombillas LED
en el marco del plan de ahorro energético. La empresa recibió 13,2
millones de la diputación por sus bombillas, pero sólo consta como
“certificado” la entrega de LEDS por valor de 9,3 millones. Es decir,
Inelcom cobró casi cuatro millones de más por unas bombillas
inexistentes en la contabilidad oficial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario