PARÍS.- El nuevo coronavirus
podría agudizar este año la situación de las poblaciones al borde de la
hambruna, tras un 2019 marcado por un aumento del número de personas en
el mundo que sufrieron hambre extrema, según un informe publicado este
martes.
Unas 135 millones de personas en 55 países experimentaron
inseguridad alimentaria en 2019, según el informe sobre crisis
alimentarias 2020 presentado de forma conjunta por la Unión Europea
(UE), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PAM).
Se trata de la cifra más alta registrada en los cuatro
años de existencia de este documento, y el aumento de la inseguridad
alimentaria está provocado principalmente por los conflictos armados
--en particular en la República Democrática del Congo y Sudán del Sur-- y
a la creciente gravedad de la sequía y las crisis económicas en
Venezuela, Haití, Pakistán y Zimbabue.
El aumento de 22 millones
de personas en relación a 2019, refleja la inclusión de nuevos países en
la lista. Si la comparación se limita a los 50 países que figuran en el
informe de este año y del año pasado, el número de personas en crisis
alimentaria subió 11 millones de personas, hasta 123 millones.
Y
la situación podría empeorar con la pandemia del nuevo coronavirus,
advierten los autores del informe, sobre todo en los 55 países más
vulnerables, que "tienen una capacidad muy limitada o nula para hacer
frente a los aspectos sanitarios o socioeconómicos" de esta crisis.
Además
la covid-19 podría hacer que aumenten los niveles de inseguridad
alimentaria aguda en los países que dependen de las importaciones de
alimentos, el turismo y las exportaciones de petróleo, alertan, en
momentos en que el oro negro registra un desplome histórico.
Según
una proyección del Programa Mundial de Alimentos, 265 millones de
personas podrían sufrir de hambre en 2020, es decir casi dos veces más
que en 2019, debido al impacto económico de esta crisis sanitaria.
"Las
personas que necesitaban ayuda van a necesitarla durante más tiempo y
nuevas personas van a sufrir inseguridad alimentaria debido al
covid-19", dijo Arif Husain, economista del PAM y coautor del
informe, para quien el nuevo coronavirus "no pudo llegar en peor
momento".
Por segundo año
consecutivo, tres países golpeados por conflictos -Yemen (15,9 millones
de personas afectadas), República Democrática del Congo (15,6) y
Afganistán (11,3)- registraron los peores resultados a nivel mundial.
"Los
conflictos siguen siendo la principal causa de las crisis alimentarias
en 2019, pero las condiciones climáticas extremas y las crisis
económicas son cada vez más importantes", señala el texto.
Venezuela, que atraviesa una grave crisis económica y
política, figura en el cuarto puesto, con 9,3 millones de personas en
situación de inseguridad alimentaria aguda y necesidades de asistencia
urgente.
Además, añade el informe, 1,2 millones de migrantes
venezolanos sufrieron en 2019 inseguridad alimentaria aguda en Colombia y
Ecuador, dos de los principales destinos de los venezolanos que huyen
de la severa escasez de alimentos y la hiperinflación que ha reducido
drásticamente el poder adquisitivo en su país.
El año pasado Venezuela no figuraba en este informe debido a que no se disponía de cifras fiables.
Los autores del informe advierten sobre el impacto del cambio climático en varios países.
Unas
4,4 millones de personas se enfrentaron en 2019 a crisis alimentarias
en el llamado corredor seco de América Central, integrado por El
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
La inseguridad
alimentaria en esta zona, una de las más susceptibles al cambio
climático en el mundo, se debió principalmente a la sequía, que afectó a
los cultivos de maíz y frijoles, a los pequeños caficultores y a los
trabajadores agrícolas que aún no se habían recuperado plenamente de la
sequía de 2018.
"Dado que se prevé que el cambio climático aumente
la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, los países del
Caribe se enfrentan a formidables desafíos para proteger a las personas,
los medios de subsistencia y las infraestructuras y para mantener sus
logros económicos, sociales y ambientales", alertan los autores del
informe.
Por su parte los ministros de Agricultura del grupo de 20
países más industrializados (G20) emitieron el martes una declaración
en la que se comprometieron a garantizar un aprovisionamiento
"suficiente" de alimentos para el mundo, "en cantidad suficiente y a
precios razonables".
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