VALENCIA.- El 1,9% de los valencianos afirma tener una alergia relacionada con su trabajo y el 0,9% asma, especialmente el personal docente, sanitario y de limpieza, según la II Encuesta de Condiciones de Trabajo, sobre los problemas de salud que sufre el trabajador y que relaciona con su puesto de trabajo.
Estos datos figuran en el artículo 'Alergias y trabajo. Relación trabajo y salud' del jefe del Servicio de Salud Laboral de la Dirección General de Salud Pública de la Conselleria, Valentín Esteban Buedo, y jefa del Área de Salud Laboral de la Dirección General de Salud Pública y Sanidad Exterior del Ministerio, Montserrat García Gómez, que se publica en el número 86 de la revista de Viure en Salut.
Las alergias son un problema que crece y de hecho cada vez se conocen más casos de enfermedades de patogénesis alérgica con origen laboral. Estas son, explican, el resultado de un sistema inmunitario hipersensible frente a una o más sustancias, ante cuyo contacto reacciona de forma exagerada.
Por sexos, el 1,6 por ciento de los trabajadores valencianos responde tener alergias relacionadas con su puesto de trabajo y el 0,7 por ciento asma, mientras que en cambio las trabajadoras el 2,4% alergias y el 0,6 por ciento asma. Las alergias son más frecuentes en los trabajadores de las empresas de la rama extractiva (4,3%), seguida de actividades sociales (3,9%) y textil (3,8%).
Por grupos de ocupación destacan, en cuanto a las alergias, los dependientes (4,8%), los docentes (3,7%) seguidos del personal de limpieza (2,2%). En cuanto al asma relacionado con su trabajo, las ocupaciones con mayores porcentajes son: sanitario (2,9%) y limpieza (1,4%).
La prevalencia del asma en adultos suele oscilar entre el 3% y el 5%, dependiendo de la definición de asma y de variaciones geográficas, y puede ser considerablemente más elevada en ciertas poblaciones urbanas de nivel económico bajo. Así la proporción de casos de asma del adulto en la población general que guarda relación con el ambiente de trabajo oscila entre el 2% y el 23%, aunque los cálculos recientes tienden hacia el límite superior.
Por su parte, del 5% al 10% de las consultas en dermatología general corresponden a dermatitis de contacto, y de éstas un 20% se pueden considerar alérgicas. Así, casi la mitad de las enfermedades laborales corresponden a dermatosis, y de ellas la mayor parte son dermatitis de contacto alérgicas.
En concreto, en la Comunitat Valenciana se han reconocido una media de 16 casos de asma profesional en los últimos 20 años, con un rango que oscila entre un mínimo de 6 casos, el año 2007, y un máximo de 32, en 1992. Sin embargo, esta tasa ha descendido a la mitad entre 1990 y 2009, de manera "similar" a la registrada en España "sin ración e infrareconocimiento de las enfermedades profesionales en nuestro país".
Con evolución similar pero con tasas más elevadas se encuentran las enfermedades profesionales de la piel declaradas desde 1990, entre las que se encuentran las dermatitis de contacto. También se observa que las tasas españolas han sido algunos años alrededor del doble que las correspondientes a la Comunitat Valenciana.
Al respecto, los autores mantienen que aunque el cuadro de enfermedades profesionales aprobado en 2006 amplia el número de enfermedades y trabajos capaces de producirlas en relación al anterior de 1978, esa ampliación "no ha tenido reflejo en la declaración de enfermedades profesionales, que parecen haber disminuido incluso las de tipo alérgico, a pesar de la introducción permanente de nuevas sustancias en el mundo del trabajo, y contando con que las interacciones entre las existentes, provoca la aparición de nuevas entidades de difícil encaje en el cuadro".
Así, los dos tipos de alergia química que más interesan desde el punto de vista de la salud en el trabajo son la sensibilidad por contacto o alergia cutánea y la alergia del tracto respiratorio. Las más frecuentes son la rinitis, la conjuntivitis, el asma laboral, la alveolitis alérgica extrínseca y la dermatitis de contacto alérgica.
Los síntomas de estos problemas de salud pueden comenzar con sólo unos minutos de exposición o bien tardar en aparecer algunas horas, incluso en la noche con lo que es más difícil establecer su relación inmediata con el trabajo. Sin embargo, la disminución de los efectos durante los fines de semana o las vacaciones, permite sospechar como posible causa el origen laboral.
El número de sustancias utilizadas en los procesos productivos en pocos años se ha incrementado "enormemente", y por ello son "muchas y de todo tipo" las sustancias que pueden causar sensibilización, como productos químicos como metales (cromo, niquel, platino), plaguicidas, antibióticos, isocia-natos, aceites minerales o colorantes, así como sustancias de origen animal como enzimas, pelos, polvo y aerosoles de diversos animales, y sustancias de origen vegetal como semillas, maderas o harinas.
Estas sustancias se pueden encontrar en un gran número de actividades laborales, que van desde la fabricación de plásticos, caucho, industrias textiles, al curtido de pieles, agricultura, ganadería, peluquería, limpieza, medicina, investigación o industria farmacéutica.
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