Alfonso Alonso, sin duda el más importante dirigente político del PP
en el País Vasco, ha dimitido como presidente del PP en esa Comunidad y
ha anunciado que ‘deja la política’, tras el maltrato recibido por parte
de Pablo Casado a instancias de Cayetana Alvarez de Toledo y José María
Aznar.
Un Casado que pretendió imponerle a Alonso en el País Vasco un pacto
electoral con Cs -inexistente en esa Comunidad- y que finalmente optó
por recuperar, por encargo de Aznar, al ultraconservador Carlos Iturgaiz
que ayer tildó al gobierno de Pedro Sánchez de ‘fascio comunista’
mientras le ofrecía un acuerdo o especial relación a Vox.
La marcha de la política española en general y de la vasca en
particular de Alfonso Alonso es una pérdida importante que el PP va a
pagar muy cara con este giro a la derecha extrema en el que pretende
implicar a Cs y Vox.
Y todo ello mientras Inés Arrimadas discutía en público -con
escandaloso espectáculo- con su adversario interior en Cs Francisco
Igea, al que acusa de querer repartirse cargos de la Ejecutiva en los
despachos. Lo que niega Igea mientras amenaza a Arrimadas con publicar
los mensajes que se han estado enviando ambos en los últimos días.
Menudo espectáculo lamentable están ofreciendo el PP y Cs a tan solo
24 horas de que se reúna en Madrid la ‘Mesa de Diálogo’ de los gobiernos
de España y Cataluña para abordar lo que Pedro Sánchez califica de
‘conflicto político’ y que en realidad es un problema de ausencia de
legalidad y orden público en Cataluña.
Naturalmente, en el Palacio de La Moncloa estarán encantados con esta
crisis en el seno del PP y con el giro hacia la derecha extrema que
incluye la marcha de Alonso y el regreso de Iturgaiz, que sin duda
pilota Aznar que es quien este momento maneja los hilos en el PP.
El que probablemente va a cazar dos pájaros con el mismo disparo
porque con la presencia de Iturgaiz al frente de la candidatura vasca
del PP no solo fulmina a Alonso, uno de los pocos dirigentes de Mariano
Rajoy que aún quedaba en puestos de responsabilidad en el PP sino que,
además, Aznar empuja a Cs hacia su autodestrucción al ponerse Inés
Arrimadas en el País Vasco al servicio de la facción más extrema del PP,
que representa Iturgaiz.
Una Arrimadas que ayer ofreció en público un lamentable espectáculo
con Igea y que va de error en error, presentando una imagen de escaso
liderazgo y falta de respeto y cortesía (dándole palmaditas en el hombro
a Igea) y de ninguna prudencia política. Lo que anuncia que la crisis
de Cs no se acaba con la marcha de Albert Rivera sino que va a continuar
camino de una más que posible autodestrucción.
Y todo ello mientras: Felipe González critica la presencia de Pablo
Iglesias en la Comisión del Gobierno que recibe información del CNI; y
mientras España se muestra dispuesta a perder fondos de cohesión
europeos para salvar los de ayuda a la agricultura; y cuando la
Organización Mundial de la Salud acaba de anunciar el riesgo de una
‘pandemia’ por el coranovirus de China que se extiende por varios países
del mundo a gran velocidad.
Cuestiones todas ellas que a los gobernantes y dirigentes políticos
de este país les deberían de hacer reflexionar para tomar medidas
preventivas en la defensa del interés general.
(*) Periodista
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