Según ha informado la Generalitat en un comunicado, estas capillas «han sufrido desde hace más de un lustro los efectos del vandalismo, tal y como queda atestiguado en las fechas grabadas y pintadas en sus paredes, en especial durante 2023, probablemente ocasionados durante la celebración de eventos multitudinarios».
En esta línea, apunta que se trata de inscripciones «incisas» o dibujadas con diversas técnicas que, además de dañar la visibilidad de espacio, «interrumpen la lectura y la correcta conservación de las inscripciones originales conservadas del siglo XVII, que fueron recuperadas con la restauración del recinto».
El gerente del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, Nicolás Bugeda, ha destacado que esta actuación «responde a la premisa marcada por el vicepresidente primero y conseller de Cultura y Deporte, Vicente Barrera, de salvaguardar el conjunto monástico del Antiguo Convento del Carme, que es Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural».
«Para ello, alertados por los técnicos del CMCV y por el departamento de Seguridad y en la línea de continua colaboración con el resto de organismos adscritos a la Conselleria, hemos instado al IVCR+i a proceder para recuperar las capillas a su estado anterior», ha añadido Bugeda.
En este contexto, el director artístico del CMCV, Vicente Samper, contactó con la directora del Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i), Gemma Contreras, para que los técnicos del Instituto analizaran los daños en los confesionarios.
Gemma Contreras ha visitado ya el recinto para analizar los daños sufridos sobre patrimonio como «paso previo» a las actuaciones para revertir los desperfectos y ha señalado que la actuación que acometerá el IVCR+i «devolverá a estos confesionarios su dignidad, con la eliminación de estas adiciones y la recuperación de la lectura completa de estos recintos».
Con el objeto de conseguir determinar la naturaleza de los materiales empleados en estas inscripciones, los especialistas del IVCR+i realizarán un análisis con diversas tecnologías. En primer lugar, se tomarán fotografías con diferente longitud de onda, con luz visible, ultravioleta e infrarroja para determinar cuáles son los puntos que requieren un examen más profundo.
A continuación, se estudiará de forma más exhaustiva esas zonas, para lo que se utilizarán tecnologías sin toma de muestra, como la fluorescencia de rayos X, que aporta información cuantitativa y cualitativa de los elementos que constituyen el pigmento utilizado; o la espectrometría Raman, que permite identificar sólidos inorgánicos y la detección de pigmentos de origen orgánicos.
En el caso de que fuera necesario porque estos sistemas no permitan la identificación de las técnicas, se tomarán muestras para hacer un análisis más completo con microscopía electrónica de barrido y espectroscopia infrarroja por transformada de Fournier.
Una vez estén perfectamente identificados los materiales utilizados, se podrá diseñar el mejor método de eliminación de las inscripciones no originales de las paredes de los confesionarios, tras lo que se realizará un proceso de estucado y nivelación para recuperar el volumen en las zonas incisas.
El IVCR+i y el CMCV trabajan conjuntamente en otras partes del conjunto monumental para detectar otros posibles deterioros y su reversión.
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