VALENCIA.- La implantación de la nueva estructura provincial del PSPV, que comenzó a configurarse este sábado, pone en evidencia que los socialistas valencianos siguen en crisis. Dos días después del primer congreso provincial, el de Valencia, la disposición de los dos bloques del partido de cara al siguiente cónclave, el de Castellón (el día 15), atenta contra toda lógica, según "Las Provincias".
El alcalde de Morella, Ximo Puig, cuyo grupo quedó excluido en la cumbre del sábado y ostenta la mayoría de los militantes castellonenses, pide integración. Mientras, el entorno del secretario general del PSPV, Jorge Alarte, quien hizo saltar por los aires el acuerdo en Valencia y tiene escasa capacidad de maniobra en Castellón, amenaza ahora con una candidatura alternativa.
La voluntad conciliadora del por ahora único candidato a la secretaría general de Castellón, Francesc Colomer, contrasta con la posición de la llamada Plataforma Municipalista, que en el congreso nacional del PSPV fue la pata de Alarte en la provincia.
El portavoz de este grupo y de los socialistas en el Ayuntamiento de la capital de La Plana, Juan María Calles, sugirió ayer que los alartistas/sevillistas (la plataforma surgió en inicio alrededor del ex ministro Jordi Sevilla) podrían oponerse al alcalde de Benicàssim si éste no respeta las cuotas.
Textualmente, afirmó que Colomer "puede liderar perfectamente el proyecto del PSPV en Castellón, aunque también podría haber alguna otra candidatura, que, desde luego, no va a ser la mía". Según matizó poco después, se refería a que cualquier militante tiene el derecho y la posibilidad de aspirar a cualquier cargo orgánico, por lo que no podía prever que ninguno lo hiciera.
Pero, acto seguido, comentó que la Plataforma Municipalista espera que el futuro líder provincial "llegue a una solución de consenso y equilibrio territorial y orgánico", en la que los grandes focos electorales estén "convenientemente representados en la nueva ejecutiva".
La postura de los afines a Alarte en Castellón resulta difícil de comprender para los lermistas, que a pesar de todo no cejan en su empeño de llegar a un congreso, el del sábado, que se resuelva de manera tranquila y con el visto bueno general de todos los militantes. A cinco días del siguiente cónclave, el entorno de Ximo Puig ha tomado la iniciativa para que, en lo que a acuerdos se refiere, por ellos que no quede.
Colomer aseguró ayer que su ejecutiva será "de integración" y "sin hipotecas". Ahora bien, lanzó un mensaje a Alarte: no habrá cuotas ni familias. El líder del partido reclama una presencia del 50% en los órganos de dirección provinciales y vía libre para el congreso local de Castellón capital, que se celebrará a partir de diciembre.
Sin embargo Colomer ya había advertido tanto a Alarte como a su padrino, Puig, que haría buen uso de su "autonomía" para configurar su equipo con las personas que creyera convenientes. El también alcalde de Benicàssim ha proclamado, durante su ruta por las agrupaciones de la provincia, que su proyecto no es personal, sino político, y para presentarlo ha organizado un acto el próximo jueves en la ciudad de Castellón al que invitará a "todos los que quieran ir".
El alcalde de Morella, Ximo Puig, cuyo grupo quedó excluido en la cumbre del sábado y ostenta la mayoría de los militantes castellonenses, pide integración. Mientras, el entorno del secretario general del PSPV, Jorge Alarte, quien hizo saltar por los aires el acuerdo en Valencia y tiene escasa capacidad de maniobra en Castellón, amenaza ahora con una candidatura alternativa.
La voluntad conciliadora del por ahora único candidato a la secretaría general de Castellón, Francesc Colomer, contrasta con la posición de la llamada Plataforma Municipalista, que en el congreso nacional del PSPV fue la pata de Alarte en la provincia.
El portavoz de este grupo y de los socialistas en el Ayuntamiento de la capital de La Plana, Juan María Calles, sugirió ayer que los alartistas/sevillistas (la plataforma surgió en inicio alrededor del ex ministro Jordi Sevilla) podrían oponerse al alcalde de Benicàssim si éste no respeta las cuotas.
Textualmente, afirmó que Colomer "puede liderar perfectamente el proyecto del PSPV en Castellón, aunque también podría haber alguna otra candidatura, que, desde luego, no va a ser la mía". Según matizó poco después, se refería a que cualquier militante tiene el derecho y la posibilidad de aspirar a cualquier cargo orgánico, por lo que no podía prever que ninguno lo hiciera.
Pero, acto seguido, comentó que la Plataforma Municipalista espera que el futuro líder provincial "llegue a una solución de consenso y equilibrio territorial y orgánico", en la que los grandes focos electorales estén "convenientemente representados en la nueva ejecutiva".
La postura de los afines a Alarte en Castellón resulta difícil de comprender para los lermistas, que a pesar de todo no cejan en su empeño de llegar a un congreso, el del sábado, que se resuelva de manera tranquila y con el visto bueno general de todos los militantes. A cinco días del siguiente cónclave, el entorno de Ximo Puig ha tomado la iniciativa para que, en lo que a acuerdos se refiere, por ellos que no quede.
Colomer aseguró ayer que su ejecutiva será "de integración" y "sin hipotecas". Ahora bien, lanzó un mensaje a Alarte: no habrá cuotas ni familias. El líder del partido reclama una presencia del 50% en los órganos de dirección provinciales y vía libre para el congreso local de Castellón capital, que se celebrará a partir de diciembre.
Sin embargo Colomer ya había advertido tanto a Alarte como a su padrino, Puig, que haría buen uso de su "autonomía" para configurar su equipo con las personas que creyera convenientes. El también alcalde de Benicàssim ha proclamado, durante su ruta por las agrupaciones de la provincia, que su proyecto no es personal, sino político, y para presentarlo ha organizado un acto el próximo jueves en la ciudad de Castellón al que invitará a "todos los que quieran ir".
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