Pero ahora, con el traslado de la competición de vela más importante del calendario a Emiratos Arabes ¿qué pasará con la infraestructura de un millón de metros cuadrados, que incluía 650 puntos de amarre, servicios para superyates, las bases de los 12 equipos y varios edificios, del puerto de Valencia?, se pregunta el diario deportivo 'Sport'.
El impacto económico, en esta ocasión, a diferencia de hace dos años –cuando dataron los beneficios en más de 30 millones de euros aunque supuso una inyección, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), de casi 2.768 millones–, va a ir a negativo.
Desde la Generalitat se han apresurado a anunciar que van a trabajar duro para conseguir la 34ª edición y solicitan para ello la ayuda del Estado mientras desde la oposición se multiplican las críticas a los gobiernos de Francisco Camps (Generalitat) y Rita Barberà (Ayuntamiento), a quienes acusan de excesivo protagonismo y de haberse mostrado partidistas en favor del ‘Alinghi’ suizo.
Tampoco entienden que ofrecieran nueve millones de euros para organizar una 33ª Copa América algo adulterada, con sólo tres regatas.
El sector hotelero ha optado por observar con resignación el revés por la pérdida de la prueba y aseguran que ya la tenían contemplada mientras que las asociaciones de vecinos solicitan el “uso ciudadano” de la dársena del puerto, donde estaban las bases de los equipos participantes. La ‘Marina Real Juan Carlos I’, seguirá siendo gestionada y explotada por el Consorcio Valencia 2007.
La 33ª edición de la Copa América va a consistir en tres regatas entre el ‘Alinghi’ suizo y el ‘BMW Oracle’ estadounidense en febrero del próximo año. Precisamente un mes en el que las condiciones climáticas y marítimas de Valencia no son las más adecuadas para realizar esta prueba de tan alto nivel de competitividad.
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