ALICANTE.- El presidente valenciano, el socialista Ximo Puig, ha proclamado hoy que
"se ha acabado la guerra del agua" y ha apostado por una nueva política
hídrica basada en la defensa del trasvase Tajo-Segura y la potenciación
tanto de la desalinización como de la reutilización de aguas depuradas.
Tras presidir hoy en Alicante la constitución de la mesa
interdepartamental del Gobierno valenciano para abordar la nueva
política hidráulica, donde ha afirmado que su ejecutivo "no busca
confrontación y polémica" en materia de agua sino la "defensa del
interés general de los regantes y los consumidores".
Una actuación basada en el "diálogo y la racionalidad" para "acabar
con la politización" y la "demagogia aquí, allí y más allá que, además,
no es el camino" como, en su opinión, se refleja que no se haya
alcanzado el fin del problema tras largos años de polémicas.
Puig ha sostenido que, "de verdad", hay recursos suficientes para
"atajar el problema de la falta de agua" siempre que se haga
correctamente y mediante la combinación del Tajo-Segura, la
modernización de regadíos, la desalinizacion y reutilización.
Acerca del Tajo-Segura, ha prometido
velar por el cumplimiento del Memorándum que lo rige, del cual ha
recordado que fue aprobado por el
PP, por lo que es este partido "el responsable de las actuales
limitaciones".
Al mismo tiempo que se ha comprometido a defender el trasvase, ha
reconocido que cada vez hay menos reservas en los pantanos de cabecera
del Tajo (actualmente al 16 por ciento de capacidad) y ha señalado que
de los 300 hectómetros cúbicos que se transfieren realmente de media al
año de los 700 posibles si los embalses estuvieran llenos, unos 100
alcanzan a Alicante.
Ha proseguido que la desalinizadora de Torrevieja produce
actualmente 30 hectómetros cúbicos, muy lejos de su máxima capacidad de
120, por lo que reclamará al Gobierno central que aumente la potencia
eléctrica para duplicar la cantidad a corto plazo.
En este punto, ha señalado que si se lograran los 120 hectómetros,
prácticamente compensaría al agua que llega anualmente del Tajo, lo que
serviría para paliar la falta del trasvase en años de extrema sequía en
la cabecera.
Sobre el precio de agua desalinizada, aproximadamente a 0,50 euros el
metro cúbico por 0,30 la proveniente del Tajo-Segura, se ha mostrado
convencido de que con iniciativas como el aumento de la producción de la
planta de Torrevieja se conseguirá abaratar el coste final.
También ha pedido al Ejecutivo central que dirija 10 millones de
euros a reparar la balsa de San Diego, en Villena, que está inutilizada
por una avería.
Junto a estas demandas, ha subrayado la necesidad de potenciar la
reutilización, para lo cual su Consell tiene en marcha obras para
aprovechar cerca de 200 hectómetros de aguas depuradas que se
desaprovechan, con una inversión de 25 millones de euros.
"Sólo con las obras que tenemos proyectadas en las instalaciones de
Alicante, Orgegia, Rincón de León, Elda y Pinedo se pueden recuperar 70
hectómetros cúbicos", ha apuntado antes de señalar que en el caso de la
última, su agua puede servir para resolver el problema de los regantes
del río Magro y la Foia de Bunyol.
Del mismo modo, se ha referido a la finalización del trasvase
Júcar-Vinalopó para conseguir que transfiera 30 hectómetros en lugar de
los 5 actuales.
A este respecto, en breve se finalizará el tramo de obras del margen
derecho con la automatización de las conducciones y la puesta en marcha
del tramo 7, y del embalse de Cuesta, mientras que en los presupuestos
de 2016 se prevé en el inicio de las obras del margen izquierdo que,
dentro de un proyecto a 4 años, significará una inversión de 46 millones
de euros.
Puig también ha anunciado la creación de un congreso internacional
sobre el agua en el Mediterráneo, un evento que tendrá "gran potencia" y
en el que estarán todos los países ribereños para discutir las
estrategias hídricas a largo y corto plazo.
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