Cree el Presidente socialista valenciano Ximo Puig que adelantando
las elecciones autonómicas de su Comunidad al 28-A, en coincidencia con
los comicios generales, renovará el poder.
Pero se puede equivocar como
erró Susana Díaz en Andalucía y ello a pesar que Puig considera que el
28-A la participación de los votantes subirá y luego bajará en la fecha
inicialmente prevista del 26 de mayo, por el cansancio y hartazgo
ciudadano de la que sería una larguísima campaña electoral de casi 100
días.
Pero sobre todo Puig quiere aprovechar el tirón electoral de Pedro
Sánchez en las encuestas para que el debate sobre su gestión en Valencia
se quede oculto detrás del debate nacional del 28-A. Por ello protesta
su aliada en el gobierno valenciano la nacionalista Mónica Oltra que
hubiera preferido la fecha del 26-M.
Y poco le importa a Puig que la precampaña valenciana que ahora
empieza se mezcle con la fiesta de las Fallas del próximo día 19. De
igual manera que la campaña de los comicios generales incluirá la Semana
Santa, de acuerdo con los planes de Sánchez y sus estrategas
electorales.
Ahora bien, está por ver si el PP ha conseguido sobreponerse en
Valencia al cúmulo de escándalos de corrupción que les hizo perder el
poder. Como falta por ver el porcentaje que Vox obtendrá en el
territorio valenciano, una vez que el reparto de escaños en sus 3
provincias puede provocar un vuelco y un efecto similar al de Andalucía.
Sobre todo porque en cada una de las tres provincias se reparten
muchos escaños (40 en Valencia, 35 en Alicante y 24 en Castellón), y
esta vez habrá 6 partidos en liza (PP, PSOE, Compromís, Cs, Podemos y
Vox) y todos ellos sumarán escaños, a sabiendas que Podemos está en
dificultades y que Vox puede irrumpir con fuerza.
Por lo que no está claro es que el PSOE pueda mantener la presidencia de
Valencia como ocurrió en 2015, a pesar de la victoria del PP que logró
31 escaños, seguido de los 23 del PSOE, 19 de Compromís, 13 de CS y 13
de Podemos, los que suman los 99 diputados de la Cámara valenciana.
Además al estar las elecciones valencianas en clave nacional del 28-A
ello puede dañar los resultados de Compromís y si Podemos cae también
como lo anuncian las encuestas el trío del centro derecha de PP, Cs y
Vox puede hacerse con el poder valenciano como ya ocurrió en Andalucía.
Lo que de confirmarse acabaría derrotando a Puig y daría la razón a
Oltra que teme que su partido se diluya en el debate nacional de la gran
campaña electoral del 28-A.
(*) Periodista
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