VALENCIA.- La Unió de Llauradors i Ramaders ha
destacado este viernes que el coronavirus ha puesto en evidencia que el
sector de la agroalimentación, "a veces excesivamente criminalizado", no
es el mayor responsable de la contaminación atmosférica, según los
datos publicados por diversos estudios que destacan una reducción de
emisiones en los últimos 15 días.
La organización se hace eco del estudio realizado por
investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) sobre la
evolución de emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) en las principales
ciudades españolas, y resalta la reducción del 64% mientras que la
agricultura y la ganadería han seguido con su actividad.
Este estudio pone en evidencia la reducción de emisiones de NO2
que se ha dado entre el periodo del 10 al 14 y del 15 al 20 de marzo a
consecuencia de las medidas impuestas por el Gobierno relativas a la
limitación de la movilidad de los ciudadanos, según la Unió.
Este gas, cuya fuente principal es el transporte -representa un
82,3% del total de las emisiones estatales- afecta muy directamente a la
calidad del aire, principalmente de las ciudades, por la aglomeración
de vehículos.
Igualmente, la Agencia Espacial Europea difundió el pasado 13 de
marzo unas imágenes en las que ya se constataba la importante
disminución de las emisiones de dióxido de nitrógeno en Italia y
empezaba ya a apreciarse claramente en España.
Además del NO2, el transporte emite el 99,2% del dióxido de azufre
(SO2) en España, un potente contaminante atmosférico producido por la
combustión de combustibles fósiles. Asimismo, el transporte representa
el 26,1% del total de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI)
estatales - particularmente en forma de dióxido de carbono (CO2) -, las
cuales contribuyen significativamente al calentamiento global y
mantienen un ritmo ascendente desde 2012.
Por su parte, el sector agrario, "que sigue manteniendo su
actividad en estos difíciles momentos", emite el 11,6% de las emisiones
de GEI, menos de la mitad de lo que emite el sector transporte y con una
función estratégica en el suministro de alimentos, ha señalado la
organización.
A pesar de ello, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima
(PNIEC), que establece la senda de reducción de emisiones para los
próximos diez años, contempla una reducción de emisiones para el sector
agrario de un 12% para 2030 respecto a 1990, mientras que para el
transporte se limita a un escaso 2,5%.
"Esta crisis debe hacernos reflexionar sobre las prioridades de
reducción de emisiones en el largo plazo y de los sectores que deben
afrontar más esfuerzos", ha insistido. "El sector agroalimentario cumple
con una labor fundamental como es la de producir alimentos para la
población, por lo que deben marcarse objetivos realistas que no
comprometan dicha labor", ha concluido.
La organización destaca también el gran esfuerzo que se ha hecho
desde el sector durante los últimos años en materia de emisiones,
reduciendo en el periodo 1990-2018 el 98% de las procedentes de la quema
de rastrojos y el 50% de las enmiendas calizas, lo que indica una clara
mejoría en las prácticas agrarias y un compromiso por parte del sector
en la tarea de reducir emisiones.
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