VALENCIA.- El Hospital de La Fe de València, junto a otros centros de Andalucía y
Cataluña, está desarrollando estudios piloto "pioneros" para la
detección de la atrofia muscular espinal (AME) a través del cribado
neonatal.
La
atrofia muscular espinal es una enfermedad neuromuscular, de carácter
genético, que se produce por una degeneración de las motoneuronas y
conduce a la debilidad y atrofia progresiva muscular y, hasta hace poco,
a la muerte por insuficiencia respiratoria.
Los
avances científicos de los últimos años han convertido esta enfermedad
tan grave en una patología tratable, ha explicado la empresa
farmacéutica AveXis, que en un comunicado detalla que el reto actual es
tratar a los niños antes de que se manifieste la enfermedad porque,
cuando las terapias se administran tardíamente, aunque frenan su
desarrollo, no logran restaurar la funcionalidad motora perdida.
Precisamente,
para favorecer el diagnóstico precoz de la AME, la Comunitat Valenciana
va a desarrollar un estudio pionero de detección de la atrofia muscular
espinal a través del cribado neonatal.
La
neuropediatra Inmaculada Pitarch, coordinadora del área pediátrica de
la Unidad de Enfermedades Neuromusculares Raras del Hospital de la Fe,
ha puesto de manifiesto la necesidad de un diagnóstico precoz para la
AME en el marco de las VII Jornadas Neuropediátricas que se han
desarrollado en este hospital valenciano dirigidas a neuropediatras,
pediatras, médicos de Atención Primaria, médicos rehabilitadores y
fisioterapeutas.
Esta
especialista, que ha centrado su intervención en el diagnóstico
diferencial de la debilidad muscular en la edad pediátrica, destaca que
las enfermedades neuromusculares son crónicas, la mayoría de ellas
comienzan a manifestarse en la infancia y tienen un componente genético y
de carácter progresivo que provoca pérdida de fuerza muscular.
"Son
enfermedades raras, de baja prevalencia, en las que es muy importante
el diagnóstico precoz para su abordaje multidisciplinar y para la
instauración del tratamiento que cambiará el curso natural de la
enfermedad", ha subrayado.
La
neuropediatra ha apuntado que las patologías que se incluyen en el
cribado conocido como prueba del talón están dirigidos a enfermedades
graves, con una baja prevalencia y que cuentan con tratamiento.
"Actualmente, la AME es una patología que cumple con los criterios que
se precisan para ser incluida en el cribado neonatal. Además, la
experiencia clínica ha corroborado el gran beneficio del tratamiento
precoz", asegura.
El
Hospital de La Fe, además de otros centros de Andalucía y Cataluña,
están desarrollando estudios piloto para la incorporación de la AME en
los programas de cribado neonatal. El screening para esta patología es
además una realidad en varios países en todo el mundo como Estados
Unidos, Australia, Taiwán, Alemania o Bélgica, donde, tras su
implementación, se han conseguido resultados excelentes en cuanto al
diagnóstico, tratamiento y pronóstico de esta patología.
"Esperamos
que el estudio piloto de la Comunitat Valenciana sirva para la
generalización a todo el Estado de esta patología en las pruebas de
cribado neonatal", comenta. "Es importante frenar la enfermedad en un
paciente evolucionado, pero el gran reto para los clínicos es impedir
que el niño desarrolle la patología y hoy estamos en condiciones de
poder hacerlo", ha añadido.
La
atrofia muscular espinal está causada por la ausencia o la anomalía del
gen SMN1, lo que provoca en los pacientes una pérdida rápida e
irreversible de las motoneuronas de la médula espinal con afectación de
todas las funciones musculares, incluidas la respiración, la deglución y
el movimiento.
La
AME afecta a aproximadamente uno de cada 10.000 nacidos vivos y una de
cada 54 personas es portadora de la anomalía genética. Se estima que en
España entre 300 y 400 familias cuentan con algún miembro afectado.
En
el tipo 1, el más grave de esta enfermedad, la degeneración y pérdida
de las motoneuronas comienza antes de nacer y progresa rápidamente hasta
el punto de que a los seis meses de edad se ha producido ya la pérdida
de más del 95 por ciento.
Los
niños que no reciben tratamiento temprano padecen una gran dependencia y
discapacidad que les impedirá realizar acciones tan básicas como
sentarse sin ayuda. Nueve de cada diez pacientes con AME tipo 1 mueren
si no reciben tratamiento o necesitan ventilación mecánica permanente
antes de los 2 años de vida.
En
un futuro próximo los pacientes con AME dispondrán de nuevas opciones
terapéuticas, que se suman a las actuales, como la terapia génica que
puede frenar la evolución de la enfermedad.
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