domingo, 1 de abril de 2018

El Hospital de Alzira ya es de control público tras casi 20 años de nefasta gestión privada


VALENCIA.- El paso de lo privado a la gestión pública del Hospital La Ribera en Alzira, en Valencia, se ha hecho por fin efectivo este domingo. Tras casi veinte años funcionando como una concesión administrativa, esta reversión supone el "principio del fin" del modelo de privatización que ha fracasado en dicho centro.

Carmen Montón, Consellera de Sanidad, ha asegurado que la transición se ha realizado con "absoluta normalidad y sin incidencias" y que durante esta noche han sido atendidas 99 personas en urgencias y se ha producido el nacimiento de una niña. Montón ha visitado el hospital horas después de que haya espirado el contrato con Ribera Salud, que hasta ahora gestionaba de manera privada.
El president de la Generalitat, Ximo Puig, en un vídeo transmitido por su cuenta de Twitter, ha asegurado que se trata de un "día importante" para la sanidad valenciana porque "ante la Sanidad todas las personas debemos ser iguales, sin diferencias por razones económicas".
Puig ha transmitido un mensaje de "tranquilidad" a los ciudadanos de La Ribera que, ha dicho, "van a estar atendidos con toda la profesionalidad, como siempre" y ha afirmado que este domingo "comenzamos una nueva etapa que mejorará la salud asistencial".

"La salud es un derecho, no un negocio"

La Conselleria lleva trabajando en esta reversión desde que hace dieciocho meses se comunicó a Ribera Salud que no se renovaría el contrato. Hace un año entregó a la empresa concesionaria las normas de reversión para garantizar la normalidad en la transición.
Montón ha asegurado que el proceso se ha realizado de manera "ordenada, planificada y transparente" y supone un "compromiso cumplido" del Pacto del Botánico porque para el Consell la salud "es un derecho, no un negocio".
El Departamento arranca con una plantilla de 1.423 trabajadores fijos, 254 temporales que cesaron ayer pero serán reemplazados a través de la Bolsa, y con 310 trabajadores estatutarios, y Sanidad prevé la incorporación de 303 nuevos trabajadores en lo que queda de año, para el que ya están organizados todos los turnos.
Con el paso del Departamento de Salud de La Ribera a la gestión directa pública se inicia el fin del "modelo Alzira" que hace dos décadas inicio de manera pionera el Partido Popular de la Comunitat Valenciana.

Las CCAA que crecieron más y menos en 2017

MADRID.- El pasado 1 de marzo se publicó el dato definitivo de crecimiento de la economía española en 2017. Según la Contabilidad Nacional Trimestral, el resultado final del conjunto del año arrojó una expansión del PIB equivalente al 3,1%. No obstante, al aportación de las comunidades autónomas a dicho crecimiento fue muy desigual, recoge www.libremercado.com.

Así lo demuestra la Contabilidad Regional que publica el Instituto Nacional de Estadística y que sirve para desglosar los datos de crecimiento. Dicho informe nos permite constatar el sorprendente desempeño de Aragón y Asturias, que adelantaron a Madrid para convertirse en las dos regiones que más crecieron en 2017.
Para ser precisos, la autonomía aragonesa subió su PIB un 3,6%, una décima por delante del 3,5% que se anotó el principado asturiano. Como explica el INE, "el mayor crecimiento en la tasa de variación del PIB registrado en Aragón se debió tanto a una evolución de las ramas primarias, sensiblemente más favorable que la observada a nivel nacional, como a un mejor comportamiento de las ramas pertenecientes a la industria".
Madrid, la locomotora de la recuperación económica, se quedó en el tercer puesto de la tabla, con un aumento del PIB equivalente al 3,4%. No obstante, el año 2017 tiene un sabor dulce para la región que gobierna Cristina Cifuentes, puesto que se confirmó el sorpasso a Cataluña en el ranking que mide el tamaño de las economías regionales.
Por encima del promedio nacional se situaron también Murcia (3,3%), Cataluña (3,3%), Cantabria (3,2%), Comunidad Valenciana (3,2%), Galicia (3,1%) y País Vasco (3,1%).
Por debajo de dicho umbral, pero por encima del crecimiento medio del 2,4% que se anotó la UE-28, aparecen las economías regionales de Canarias (2,9%), Navarra (2,8%), Baleares (2,7%), Andalucía (2,7%), Castilla-La Mancha (2,5%) y Extremadura (2,4%).
Sorprende, por mediocre, el flojo nivel de crecimiento observado en Baleares, que venía ocupando puestos destacados en los índices anuales de aumento del PIB autonómico. Pero los peores datos de la serie son para Castilla y León (1,9%), La Rioja (1,8%), Melilla (1,7%) y Ceuta (1,6%).

El obispo de Santander reivindica el perdón para los corruptos


VALLADOLID.- El obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge pidió perdón para esos científicos que “no saben lo que hacen cuando juegan con la vida humana como si fuera un producto que se puede manipular, transformar, vender o alquilar”; tampoco esos “sabios” que en sus laboratorios que “ya pueden clonar al ser humano privándole de su verdadera naturaleza de hombre libre y de criatura nacida del amor entre un hombre y una mujer”. 

Citó, igualmente, a los que trafican con los seres humanos, incluso con los niños, “que tampoco saben lo que hacen cuando los arrojan en miserables pateras al mar, expuestos a todos los peligros con la única esperanza de dejar atrás un pasado de hambre, de violencia y de muerte; muchos de ellos, demasiados, acabarán en el fondo del mar, convertido así en el más cruel de todos los cementerios”.
Y por último, añadió, “no saben lo que hacen esos políticos corruptos que anteponen su codicia a la búsqueda del bien común; los que halagan los más bajos instintos con la demagogia y el populismo olvidándose de que la verdad no puede ser ni tergiversada ni camuflada; los que sólo buscan el poder para servirse de él y no para servir al pueblo del que provienen”.
Sánchez Monge, natural de Fuentes de Nava (Palencia) recordó en la Primera Palabra, ‘Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen’, fue el mitrado más reivindicativo que en el resto. “Jesús no pide a Dios, juez supremo, que haga justicia ante la injusta muerte de un inocente como es él. Clavado en la cruz se dirige a Dios para pedirle que otorgue su perdón a quienes le han crucificado”, explicó el obispo de Santander. A su juicio, Jesucristo perdona “nuestros muchos y graves pecados porque también los hombres y mujeres de hoy no sabemos lo que hacemos”.
Sánchez Monge se refirió a la segunda palabra, ‘Y Jesús le dijo (al buen ladrón): en verdad te digo hoy estarás conmigo en el paraíso’. “Jesús no promete un paraíso virtual, promete el paraíso a quien pasa por la cruz, a quien asume con fe y humildad la fragilidad de la vida y la verdad de la propia existencia”, sostuvo. Por eso, la cruz, “instrumento de tortura y lugar de sufrimiento, es puerta del paraíso y promesa de salvación”. La respuesta de Jesús al “buen ladrón es aliento de vida en el momento último de la muerte”.
 “Es vida prometida al pecador arrepentido”, argumentó, según la Cadena SER.

Cosas que no se pueden olvidar al hacer la declaración de la Renta

MADRID.- El miércoles 4 de abril es un día importante para marcar en el calendario: empieza oficialmente la Campaña de Renta y llega la hora de hacer cuentas con el fisco. Muchos ciudadanos esperan ansiosos este momento porque confían en que su declaración salga a devolver y en recibir un buen pellizco de Hacienda. Aún no se conocen las estimaciones oficiales, pero cada año se suelen presentar unos 20 millones de declaraciones y, normalmente, alrededor del 70% sale a devolver, según www.vozpopuli.com.

Lo primero que hay que tener claro es el calendario. Este año la Campaña empieza oficialmente el 4 de abril y se extenderá hasta el 2 de julio, un poco más de lo habitual. Desde el pasado 15 de marzo se puede descargar la nueva aplicación que permitirá hacer la declaración en un solo 'clic' a casi cinco millones de contribuyentes. Puedes consultar en este enlace cómo funciona la aplicación y en este otro las fechas clave de la declaración de este año.
Durante estos días toca empezar a recabar todos los datos importantes para hacer la declaración e informarse de las novedades y las particularidades de la comunidad autónoma en la que reside cada uno. No hay que olvidar que hay muchas diferencias en materias que afectan directamente a la vida diaria de los ciudadanos, como el alquiler, la compra de vivienda y los gastos de guardería, por ejemplo.
De hecho, los técnicos de Hacienda, creen que los contribuyentes podrían maximizar su declaración y beneficiarse aún más de ciertas ventajas fiscales, por lo que han elaborado un decálogo de los 10 olvidos más frecuentes de los ciudadanos para que tomen buena nota estos días e incluyan en su declaración toda la información. Estas son las cosas que no se pueden olvidar:
  • Rendimientos de trabajo. Hay algunos gastos deducibles que pueden incluirse en los rendimientos de trabajo como las cuotas sindicales o las de los colegios profesionales, siempre que la colegiación sea obligatoria para trabajar y con un límite de 500 euros al año. También se pueden incluir los gastos en abogados si se ha ido a juicio con una empresa (límite de 300 euros anuales) o los gastos que supone la movilidad geográfica de un parado que acepte un empleo que le obligue a cambiar de residencia. Además, los trabajadores con discapacidad pueden desgravarse entre 3.500 euros y 7.750 euros si están en activo. 
  • Titularidad de los inmuebles. Sobre todo las viviendas y locales vacíos que se imputan como rentas inmobiliarias. Hay que revisar que no incluyan viviendas que ya no son de nuestra propiedad, que sean de varios titulares o habitadas por el ex cónyuge.  
  • Ganancias patrimoniales. Es importante revisar este tipo de ganancias en la transmisión de inmuebles y otros bienes y tener en cuenta las exenciones que existen para mayores de 65 o personas en situación de dependencia severa. También hay otra exención en la transmisión de vivienda habitual si las ganancias se reinvierten en una nueva compra o rehabilitación de otra vivienda en menos de dos años. 
  • Cambios en la situación familiar. Es muy importante reflejar los nacimientos, defunciones y cambios del estado civil en la declaración de la renta. Todas estas variables afectan al mínimo familiar y a algunas deducciones familiares. También hay que tener en cuenta las situaciones de discapacidad, tanto personales como familiares, especialmente las sobrevenidas o agravadas durante 2017.
  • Impuestos negativos. Hay ayudas familiares que se implementan a través de los conocidos 'impuestos negativos, como la ayuda a familias numerosas, la de descendientes o ascendientes con discapacidad, las familias monoparentales con dos hijos sin anualidades por alimentos o las madres trabajadores con hijos menores de 3 años.   
  • Deducciones autonómicas. Es importante dedicar un poco de tiempo a repasar las deducciones autonómicas, ya que, aunque sean desconocidas por el contribuyente, pueden suponer importantes beneficios fiscales por gastos por estudios de los hijos, adopción, alquiler de vivienda y otras muchas cosas. En este punto, los técnicos de Hacienda recomiendan descargar el Manual de la Renta en la web de la Agencia Tributaria, leer el índice y repasar los apartados que interese a cada persona.
  • Alquileres. La deducción estatal ha desaparecido, pero se mantiene vigente para los contratos firmados antes del 1 de enero de 2015. Así, los inquilinos con contratos anteriores a esa fecha pueden seguir deduciéndose el 10,05% de las cuotas en el periodo impositivo por el alquiler de su vivienda habitual, siempre que su base imponible sea inferior a 24.107,20 euros anuales. Ademas, algunas comunidades tienen sus deducciones propias como Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid y Comunidad Valenciana.
  • Compra de vivienda. La deducción estatal también ha desaparecido, pero se sigue aplicando a los que compraron o hicieron pagos para su construcción antes del 1 de enero de 2013. Estos contribuyentes mantienen el derecho a la desgravación siempre que se hayan deducido por esa vivienda en 2012 o en años anteriores. Pueden deducirse hasta un 15% de las cantidades invertidas con un límite de 9.040 euros. Además, los que hayan realizado algún gasto en obras de rehabilitación o ampliación de la vivienda habitual antes de 2013, también deben revisar a fondo el borrador. Igual que los contribuyentes que se han gastado dinero en adecuar sus viviendas a las personas con discapacidad antes de 2013 y si las obras han acabado antes de 2017. 
  • Aportaciones a partidos políticos y donativos. Las aportaciones a partidos dan derecho a una deducción del 20% de las cuotas de afiliación. La base máxima de esta deducción será de 600 euros anuales. Además, la última reforma fiscal introdujo importantes mejoras en algunas deducciones por donativos siempre que hayan sido certificadas por la entidad beneficiaria.
  • Planes de pensiones. A pesar de que el borrador tiene incluidas las aportaciones a planes de pensiones, conviene revisar todos los datos antes de validar el documento. Y es que estas aportaciones permiten rebajar considerablemente la base imponible del IRPF. También se pueden reducir las aportaciones a planes de pensiones realizadas por el cónyuge del contribuyente cuando éste perciba rendimientos del trabajo o de actividades económicas inferiores a los 8.000 euros al año.   
  • Cláusulas suelo. Y finalmente no hay que olvidarse de las cantidades devueltas procedentes de las cláusulas suelo de las hipotecas. Según Gestha, el dinero que se pagó al banco y que este devolverá después es el reintegro de un pago indebido, por lo que no constituye renta. Tampoco se integrarán en la base imponible los intereses que tienen la finalidad de indemnizar y que están relacionados con las cláusulas suelo. Aunque hay una excepción cuando estos intereses se cobran en metálico y han formado parte de la deducción por inversión en vivienda habitual o de deducciones establecidas por las comunidades. En esos casos hay que regularizar dichas deducciones indebidas de los cuatro ejercicios no prescritos de 2013 a 2016.

El mercurio del pez espada enfrenta a Roma y Madrid

BARCELONA.- La presencia de mercurio en los grandes depredadores del mar —sobre todo en el emperador y el pez espada, pero también tiburones como la tintorera y el marrajo— ha abierto una refriega comercial y de salud pública entre España e Italia, según El País

El país transalpino retiró del mercado y destruyó el año pasado 50 lotes de origen español —casi uno por semana— de estas especies al detectar en ellos niveles de mercurio superiores al máximo legal fijado por la Unión Europea (UE), de un miligramo por kilo. Un informe del Gobierno español, sin embargo, cuestiona los análisis hechos por las autoridades italianas y considera que están causando pérdidas millonarias injustificadas a los productores nacionales.
El litigio tiene en vilo a un sector que mueve más de 500 millones de euros al año solo con estas especies, de las que dependen un centenar de barcos y más de 2.000 empleos. “Están destruyendo envíos de varias toneladas que valen decenas de miles de euros de forma incomprensible”, se queja Emilio Martínez, de la empresa gallega Espaderos del Atlántico. “Nosotros sometemos cada lote a estrictos análisis que dan resultados muy por debajo del límite y que luego en Italia los superan. Hay algo que no encaja”, añade.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, la flota española es de largo la mayor productora mundial de emperador y pez espada, nombres que se utilizan indistintamente para especies muy parecidas entre sí. Italia, a su vez, es el principal consumidor y cada año importa de España unas 15.000 toneladas, valoradas en más de 120 millones.
Los datos del sistema de alertas rápidas en seguridad alimentaria de la Unión Europea (RASFF, en sus siglas en inglés) ilustran la magnitud del litigio. Si todo el comercio de pescado entre los 28 Estados miembros motivó en la última década 459 alertas por la presencia de mercurio, solo las lanzadas por Italia por pez espada y tiburón españoles representan dos terceras partes del total (295). La alerta es la notificación más grave sobre una incidencia alimentaria que prevé la UE y exige la retirada y destrucción del producto al considerarse que entraña un riesgo para la población.
Las repetidas alertas italianas han catapultado en la última década a España hasta los primeros lugares de la denostada lista de los 10 países del mundo cuyas exportaciones alimentarias más avisos generan en la red europea de seguridad alimentaria. Este hecho llevó al Gobierno español a mover ficha en 2015 ante “las grandes repercusiones económicas y comerciales” del caso, según consta en un informe remitido a la Comisión Europea a cuyas conclusiones que ha tenido acceso El País.
El estudio, hecho por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición analizó con detalle 35 casos en los que Italia había notificado la presencia excesiva de mercurio. El objetivo era aclarar, entre otras cuestiones, hechos aparentemente inexplicables como los 24 lotes que en origen habían dado resultados negativos y que al llegar en Italia hicieron saltar las alarmas.
La agencia española, que ha declinado ofrecer más información sobre su trabajo, puso el foco en lo que, según todas las fuentes consultadas, está en el origen de la controversia: la forma en la que se toman las muestras para realizar los análisis. “El mercurio se acumula a lo largo de la vida de los grandes pescados en los tejidos grasos”, explica Victòria Castell, jefa de servicio en la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria. 
Por ello, Juana Parada, directora de la asociación de productores Organización de Palangreros Guardeses, lamenta que “si de un lote solo se analizan los ejemplares más grandes, y por tanto, de más edad, o la muestra se coge de la parte más grasa del pescado, los resultados de mercurio saldrán más altos”.
 “Esto puede llevar a destruir todo un lote por unas muestras mal tomadas”, añade.
Para evitar estos problemas, la normativa europea detalla exhaustivamente en el reglamento 333/2007 cómo las muestras deben ser tomadas y analizadas, de forma que los resultados sean lo más ponderados posible. 
Y es aquí donde España cuestiona los análisis italianos, hasta el punto de sostener en el informe que “en el 95% de las notificaciones investigadas” no quedaba acreditado que se hubieran cumplido “los procedimientos de muestreo” establecidos.
El País ha tratado de obtener, sin éxito, la versión del Ministerio de Sanidad italiano sobre las conclusiones del informe español. La respuesta que ofrecieron a la Comisión Europea en 2015 era negar que sus análisis incumplieran los “requisitos del reglamento 333/2007”. En cualquier caso, las gestiones del Gobierno español no parecen haber surtido efecto alguno. Desde la elaboración del informe, las alertas se han seguido repitiendo hasta alcanzar el año pasado, con 50, su nivel más alto en una década.

Cae el símbolo del modelo de la privatización sanitaria del PP

VALENCIA.- El principio del fin de un polémico modelo sanitario basado en la gestión privada de la sanidad pública que impulsó el PP de forma pionera en la Comunitat Valenciana. 

Así podría definirse, según eldiario.es la recuperación para el sistema público del hospital de Alzira y de todo el departamento sanitario de La Ribera que este domingo 1 de abril volverá a depender de forma directa de la Conselleria de Sanidad, en cumplimiento del compromiso del 'Pacte del Botànic' que sellaron PSPV-PSOE y Compromís con el apoyo parlamentario de Podemos para formar el Gobierno del cambio en la Comunitat Valenciana.
El origen del modelo se remonta al 19 de junio de 1997. Ese día se firmó el contrato de gestión de servicios públicos por concesión entre la Consellería de Sanidad de la Generalitat y la Unión Temporal de Empresas (UTE) Ribera Salud.
El entonces presidente Eduardo Zaplana impulsaba el primer caso en España de un hospital de gestión privada echando mano de las quebradas cajas valencianas Bancaja y CAM, como accionistas de Ribera Salud. El PP extendió el polémico modelo a las comunidades en las que gobernaba y Esperanza Aguirre lo implantó en Madrid.
Ese primer contrato, con una vigencia de 10 años, tenía como objeto la gestión indirecta, por concesión administrativa, de la prestación de los servicios de atención sanitaria especializada, tanto hospitalaria como ambulatoria del área de la Ribera.
El nacimiento del denominado modelo Alzira se producía el 1 de enero de 1999, con la entrada en vigor de ese contrato. Sin embargo, lejos de cumplirse, las pérdidas de cinco millones de euros para Ribera Salud en los cuatro primeros años de vigencia del acuerdo llevaban a ambas partes a su cancelación el 3 de diciembre de 2002. Lo ocurrido, en lugar de cuestionar el modelo, supuso su ampliación (y encarecimiento).

Operación de rescate: más dinero para la adjudicataria

Tras la resolución del contrato, el Consell inició una operación de rescate dirigida a hacer las condiciones más atractivas para la adjudicataria. En primer lugar, se compró a Ribera Salud las instalaciones del hospital de La Ribera por 43,9 millones de euros y se le abonaron, además, 26,3 millones en concepto de "lucro cesante", algo que no estaba previsto en el contrato.
Después se volvió a sacar a concurso la adjudicación pero con una reformulación del modelo que contemplaba, además de la gestión del hospital, el control de los centros de salud del departamento.
Pero el cambio sustancial estaba en lo económico: el canon anual que la administración valenciana pagaba a la empresa por cada habitante (cápita) de la comarca de La Ribera (257.000 habitantes) creció un 68%, pasando de 225 a 379 euros por habitante. La cifra no ha parado de crecer: actualmente es de 777 euros por habitante y año.
El concurso lo volvió a ganar Ribera Salud y el nuevo contrato empezó su vigencia el 1 de abril de 2003 por un plazo de 15 años, ampliables cinco años más, una prórroga que la actual consellera de Sanidad, Carmen Montón (PSPV-PSOE), con el apoyo del presidente del Consell, Ximo Puig (PSPV-PSOE), anunciaron que no se iba a hacer efectiva.
Comenzaba así el proceso de reversión y una guerra abierta con Ribera Salud, que ha planteado sin éxito un alud de recursos judiaciales para tratar de frenar la reversión.
Por el camino, Ribera Salud cambió de accionistas y de dirigentes y el modelo se extendió a otros cuatro hospitales de la Comunitat Valenciana (Dénia, Elche, Torrevieja y Manises).
Actualmente, la compañía está participada por Banco de Sabadell (que absorvió a la CAM) y la americana Centene Corporation (que adquirió el 50% de participación de Bankia).
El consejero delegado desde hace años es Alberto de Rosa, hermano de Fernando de Rosa, consejero de Justicia del Gobierno de Francisco Camps y exvicepresidente del Consejo General del Poder Judicial por designación del PP.
Además de poseer la mayoría accionarial del hospital de Alzira, Ribera Salud controla también el hospital de Elche y el de Torrevieja. En Denia tiene un 35% de las acciones, mientras el resto son de la aseguradora DKV. El negocio sanitario que echó a andar en la comarca de La Ribera saltó también a la Comunidad de Madrid y ha llegado hasta a Perú, donde Ribera Salud es accionista de dos hospitales.
Tanto Ximo Puig como la consellera Montón han manifestado en reiteradas ocasiones su intención de recuperar todos los hospitales privatizados por el PP a medida que vayan finalizando las concesiones, tal y como se ha hecho en Alzira.
El resto de centros sanitarios de gestión privada finalizan sus concesiones en 2021 (Torrevieja y Denia), en 2024 (Manises) y en 2025 (Elche).

Un coste de 2.000 millones

La teoría sobre la supuesta mayor eficiencia del modelo Alzira es muy discutible. De acuerdo con los datos oficiales a los que ha tenido acceso eldiario.es, el pago a cuenta de la cápita por paciente, a la que se sumaba o restaba posteriormente la liquidación anual resultante de otro tipo gastos de la concesionaria y de la Administración, asciende desde abril de 2003 a la actualidad a 2.104,9 millones de euros. La cifra solo se ha conocido después de que el actual Gobierno del PSPV-PSOE y Compromís haya intentado poner en orden las cuentas antes de hacerse cargo de la gestión del hospital.
El dato, en cualquier caso, es provisional, dado que la Generalitat reclama 105 millones a su favor de la liquidación pendiente de los años 2013, 2014 y 2015 y todavía está por hacer la liquidación de 2016, 2017 y los tres primeros meses de 2018.
Sin embargo, la empresa, en una reciente comparecencia del gerente del hospital de Alzira, tan solo reconoce una deuda de 50 millones.
Aunque el precio final de los 15 años de concesión supera los 2.000 millones, no es todo el coste que el departamento privatizado de la Ribera ha tenido para la Generalitat Valenciana. De acuerdo con el contrato, Ribera Salud no asume los costes de farmacia ambulatoria, prótesis y endoprótesis, oxigenoterapia, transporte sanitario y salud pública.

El hospital estrella de la privatización sanitaria del PP vuelve a ser público

VALENCIA.- El principio del fin de la privatización sanitaria por excelencia empieza este domingo 1 de abril. La primera concesión privada de la sanidad pública en España, el Hospital de Alzira, vuelve a la gestión pública directa tras 18 años del ya conocido como "modelo Alzira", criticado por concebir la sanidad como un negocio y suponer enormes sobrecostes a la Administración pública.  

La sanidad pública valenciana ganó la batalla judicial a finales del año pasado, cuando el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) rechazó suspender cautelarmente la decisión que tomó la consellería de Sanidad de no prolongar la concesión de la gestión privada del centro al grupo empresarial Ribera Salud.
Esta concesión expiró este sábado y la Generalitat ya comunicó hace meses a esta Unión Temporal de empresas (UTE) que gestiona varios hospitales en la Comunitat Valenciana que no iba a prorrogar la concesión que tenía en el Hospital de Alzira. 
Ribera Salud había solicitado al TSJCV la suspensión cautelar de la decisión de la consellería de Sanidad, pero el tribunal entendió que no prolongar el contrato con la UTE "no produce perjuicios de imposible o difícil reparación". 
Entonces empezó la ofensiva judicial del grupo Ribera Salud contra la Generalitat, que supera los 50 contenciosos administrativos. La Generalitat de Valencia denunció en su día que "la mayoría de ellos trataban de obstruir el funcionamiento normal con recursos ante temas tan dispares como la designación de unidades de referencia, las instrucciones de la consellería sobre la organización de redes asistenciales, o la resolución sobre unidades oncológicas".
El cambio de gestión fue una promesa firmada en el Pacto del Botánico entre PSOE y Compromís: terminar con el mayor experimento de gestión privada en la sanidad pública española porque, como dijo la consellera de Sanidad Universal de la Generalitat valenciana, Carmen Montón, "la sanidad es un derecho y no debe estar sujeta a la gestión empresarial". Los promotores de la externalización defendían en su día que el modelo supondría un ahorro a la Administración; sin embargo, el sindicato de médicos cifró recientemente en 65 millones de euros los sobrecostes de este modelo para las arcas públicas en los dos últimos años
Ribera Salud —a quien el Gobierno valenciano ha pagado 2.000 millones en 15 años por la gestión del hospital de Alzira— es uno de los grupos empresariales más beneficiados por el modelo privatizador de la sanidad que instauró el PP del entonces presidente Zaplana en la Comunitat valenciana en 1997 y que exportó, años después, a la Comunidad de Madrid.
Las reglas del juego son simples: la Administración encarga construir un hospital a una empresa —que lleva también la gestión y la contratación de personal— y, a cambio, la Administración le paga una cantidad (canon) por cada persona que vive en el área de influencia del hospital, aunque no sean, necesariamente, pacientes del mismo. El modelo aplicado en Alzira  fue un fracaso desde el principio.

La Generalitat tuvo que rescatar la concesión

Primero, porque la inversión final de la UTE fue de 72 millones de euros, frente a los 41 millones anunciados inicialmente. Y segundo, porque cuatro años después de la puesta en marcha del hospital de Alzira, la Generalitat valenciana tuvo que rescatar la concesión porque Ribera Salud —que acumulaba por aquel entonces pérdidas por valor de 5,24 millones de euros—  no podía mantenerlo. 
"Extinguir el contrato obligó a rescatar el hospital y abonar a Ribera Salud el importe de la inversión realizada, para lo que se dedicaron 43,9 millones de euros", según explicó a Público la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad de Madrid (CAS-Madrid).
Después del rescate, la Generalitat volvió a sacar el hospital a concurso con una mejora de las condiciones económicas y ¿quién se lo llevó? Pues Ribera Salud, la misma empresa que lo había hecho fracasar.