VALENCIA.- El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos
Osoro, ha anunciado este domingo la apertura de la causa de canonización
del que fuera también arzobispo de Valencia entre 1946 y 1966,
Marcelino Olaechea y Loizaga.
Así lo ha indicado al término de la homilía en la misa que ha
presidido en sufragio por el prelado vasco, en la que ha señalado que la
puesta en marcha inmediata del proceso pretende que ""no se pierdan las
pruebas que todavía existen en personas que viven aún y que pueden
manifestar quien fue este gran arzobispo de Valencia".
El titular de la archidiócesis de Valencia ha asegurado, además,
que "es de una fuerza extraordinaria para nosotros el que hagamos el
recuerdo de un hombre que también en su vida hizo presente a Jesucristo y
no tuvo miedos". Según el prelado, "Don Marcelino fue un hombre
profundamente de Dios y lleno de los dones del Espíritu Santo".
Además, por primera vez, tras la homilía y en la oración de los
fieles, se ha mencionado ya a monseñor Olaechea como "siervo de Dios".
La oración ha sido leída por el delegado diocesano para las Causas de
los Santos, el sacerdote Ramón Fita y, en ella, ha pedido "para que
conservemos la memoria agradecida del que fue nuestro arzobispo, el
siervo de Dios don Marcelino Olaechea y Loizaga, y sintamos su
protección desde el cielo".
Antes de concluir la eucaristía, en la que han concelebrado el
inspector provincial de los salesianos, congregación a la que pertenecía
monseñor Olaechea, además de otros religiosos de la congregacíon y
miembros del Cabildo de la Catedral, el arzobispo de Valencia ha
exhortado a que "este día sea de gracia para toda nuestra archidiócesis
de Valencia y un motivo de impulso para seguir anunciando el evangelio y
ser más fuertes testigos de Cristo en este mundo, regalando su amor en
cualquier circunstancia".
Marcelino Olaechea nació en Baracaldo (Vizcaya) el 9 de enero de
1888 y falleció en Valencia el 21 de octubre de 1972. Fue obispo de
Pamplona desde 1935 a 1946 y arzobispo de Valencia desde 1946 hasta su
jubilación en 1966. Sus restos mortales reposan en la capilla de Santo
Tomás de Villanueva de la catedral de Valencia, donde recibieron
sepultura tras un multitudinario funeral presidido por su sucesor al
frente de la archidiócesis, monseñor José María García Lahiguera.
Entre otras muchas instituciones en la archidiócesis de Valencia,
impulsó el Instituto Social Obrero para formación de trabajadores, el
Banco y la Tómbola de Nuestra Señora de los Desamparados para ayuda a
necesitados, las Escuelas Deportivas'Benimar', las de Enfermería Nuestra
Señora de los Desamparados, la de Capacitación Agraria y la de
Periodismo de la Iglesia.
Igualmente, fue impulsor de la Escolanía de la Virgen de los
Desamparados, la Asociación Católica de Maestros, así como de la
construcción de miles de viviendas protegidas. Asimismo, promovió un
Sínodo Diocesano, congresos eucarísticos regionales, misiones populares,
la construcción del seminario en Moncada y la creación de más de 180
parroquias.
Durante su pontificado también organizó las celebraciones por el
25 aniversario de la coronación de la Virgen de los Desamparados y, con
ese motivo, impulsó la visita de su imagen a numerosas parroquias
valencianas.