CASTELLÓN.- Salvamento Marítimo ha iniciado este jueves
las operaciones para la extracción del hidrocarburo que permanece en el
petrolero Woodford, hundido en 1937 al norte de las Islas Columbretes
por un submarino italiano durante la Guerra Civil, según ha informado en
rueda de prensa la secretaria general de Transportes, Carmen Librero.
Carmen Librero; la delegada del Gobierno en la Comunitat
Valenciana, Paula Sánchez de León; el director de Salvamento Marítimo,
Juan Luis Pedrosa; y el director general de Marina Mercante, Rafael
Rodríguez Valero, se han reunido este jueves en la Autoridad Portuaria
de Castellón con autoridades municipales y autonómicas, así como con
representantes del sector pesquero y turístico para exponer el plan de
actuación.
Fomento activará un dispositivo que incluye las más modernas
técnicas de buceo en saturación en esta operación, cuya finalidad es
eliminar una fuente de contaminación y evitar un importante riesgo
ambiental para las aguas del mar Mediterráneo "en caso de que pueda
producirse una fuga", según ha explicado Librero.
El Woodford, construido en 1914 y hundido a 40 millas al noreste
de Castellón y 15 millas al norte de Columbretes al ser alcanzado por
dos torpedos, se encuentra a unos 80 metros, una gran profundidad que
dificulta de forma importante las operaciones submarinas.
La secretaria general de Transportes ha señalado que Salvamento
Marítimo ha venido realizando diversas operaciones de vigilancia e
inspección en la zona del hundimiento --tanto submarinas como en
superficie-- que han permitido constatar que el buque hundido era el
origen de episodios periódicos de contaminación por vertido de
hidrocarburo, "aunque de escasa importancia, puesto que el fuel es
ligero y se deshace enseguida".
Finalmente, se determinó que la extracción del hidrocarburo solo
sería posible con una campana seca de buceo en saturación que permitiera
mantener turnos de trabajo de ocho horas a 80 metros de profundidad.
Tras evaluar la situación y la "gran complejidad" técnica que implicaban
las operaciones, se realizó un plan de actuación para acometer la
descontaminación del pecio Woodford que comienza ahora.
Librero ha manifestado que, como medidas preventivas de seguridad
ante el operativo de extracción, se ha creado un plan de seguridad
realizado por Lloyds Register y un Plan de Contingencias y se han
desplazado equipos de lucha contra la contaminación a bordo del buque
Clara Campoamor. Así mismo, ha señalado que se utilizarán buzos
"altamente cualificados".
La secretaria general ha explicado que, debido a la complejidad de
la operación, no se ha podido definir el tiempo que durará, aunque se
estima que podría estar entre cuatro y ocho semanas, dependiendo de las
condiciones climatológicas.
Por su parte, el director de Salvamento Marítimo, Juan Luis
Pedrosa, que ha señalado que es la primera vez que se acomete una
operación "tan compleja y con medios técnicos tan avanzados", ha
subrayado que fueron los propios pescadores que faenan en la zonas los
que hace tres años alertaron de que podía suceder algo "por el olor a
petróleo".
Ha destacado que el Plan de Contingencias diseñado para esta
operación está integrado por un avión, dos helicópteros, dos
remolcadores de salvamento, dos salvamares, un guardamar, 600 metros de
barreras oceánicas y 500 metros de barreras absorbentes. En los trabajos
se utilizará una campana seca de buceo que permite descender a una
profundidad de 200 metros, un tiempo máximo de trabajo en el fondo de 16
horas diarias en dos turnos y, gracias a un módulo de saturación, una
permanencia en presurización de los buzos de hasta 28 días.
Los buceadores se alojarán permanentemente dentro del complejo de
saturación, situado en la cubierta del Clara Campoamor y con capacidad
para cuatro personas, donde pueden permanecer hasta 28 días, con una
presión igual a la que hay a 80 metros de profundidad.
Para realizar las labores de inmersión, los buceadores acceden
directamente a la campana seca --en turnos de dos personas-- desde el
complejo de saturación, y a continuación dicha campana se sumerge en el
agua. Ambos elementos están interconectados y en ellos se mantienen las
mismas condiciones de presión que en la zona de inmersión, según ha
afirmado Pedrosa.
Cada sesión de trabajo se prolongará durante ocho horas y a su
finalización la campana se iza a bordo del buque y se vuelve a acoplar
al complejo de saturación para permitir el consiguiente cambio de turno.
Se ha calculado que puede haber unos 1.000 metros cúbicos de
hidrocarburo a extraer.
Las operaciones de extracción constan de una primera fase en la
que se realizará una inspección para definir dónde se depositará la
campana de buceo para, posteriormente, limpiar las zonas elegidas en la
superficie de los tanques.
Más tarde se producirá la medición de espesores y la fijación de
una brida base en la plancha para la posterior colocación de la válvula.
Seguidamente se taladrará la chapa de los tanques mediante la técnica
de hot-tap y montaje de la válvula, se conectarán las mangueras (riser) y
se procederá al bombeo a través de las mangueras de aspiración del
hidrocarburo a bordo del buque Clara Campoamor -en unos tanques
habilitados a tales efectos-.