martes, 9 de mayo de 2017

Baldoví, diputado de Compromís por Valencia, el líder político mejor valorado de España

MADRID.-El portavoz de Compromís en el Congreso y diputado por Valencia, Joan Baldoví, sigue siendo el líder político más valorado por los ciudadanos, con una nota de 4,54 puntos en el CIS, muy por encima de la que recibe el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con una calificación de 2,9.

Así consta en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que, como es habitual, evalúa al jefe del Ejecutivo y a todos los portavoces parlamentarios del Congreso, a excepción del caso del PSOE, en el que pregunta por el presidente de la gestora, Javier Fernández.

Según este sondeo, los dirigentes políticos más valorados tras Joan Baldoví son Xavier Domènech, de En Comú Podem (4,27); Alberto Garzón, de IU (4,26); y el portavoz del PNV, Aitor Esteban, con una nota de 4,25.

Ninguno de los cuatro grandes partidos aparece hasta el quinto puesto, que ocupa el socialista Javier Fernández con una nota de 4,12.
El líder de Ciudadanos (Cs), Albert Rivera, ocupa el séptimo lugar con 3,68, mientras que el de Podemos, Pablo Iglesias, se sitúa en el undécimo, con un 3. Mariano Rajoy se coloca en el puesto 13 de los dieciséis de la clasificación, con la citada nota de 2,91.
En el sexto lugar de esta lista está la portavoz de Bildu, Marian Beitialarrangoitia (3,98), y tras Albert Rivera (puesto 7) se sitúan Alexandra Fernández, de En Marea (3,36), y los canarios Ana Oramas (CC), con un 3,28, y Pedro Quevedo (NC), con un 3,11. El portavoz adjunto de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, se sitúa en décimo segundo lugar con una nota de 2,96.
Los tres últimos puestos de esta clasificación los ocupan Íñigo Allí, de UPN (2,88); Francesc Homs, del PdeCat -quien ya no está en el Congreso por haber sido inhabilitado- (2,61); e Isidro Martínez Oblanca, de Foro, con un 2,49

Sabadell es el segundo banco detrás del Popular en deuda derivada del ladrillo

MADRID.- La di­ges­tión del la­drillo por parte de la banca es­pañola re­sulta mucho más pe­sada de lo que se es­pe­raba por parte de al­gunos de sus res­pon­sa­bles. Los prin­ci­pales bancos aún so­portan casi 94.000 mi­llones de ac­tivos du­dosos o ad­ju­di­cados al cierre del primer tri­mestre y se re­duc­ción se li­mita a tan sólo un 3,5% de media res­pecto al cierre del pa­sado ejer­ci­cio. Por en­ti­da­des, el Banco Sabadell se acerca al Popular, pri­mero, en deuda acu­mu­lada por el efecto la­dri­llo, según desvela hoy https://www.capitalmadrid.com

El Banco de España ya alertaba hace unos días sobre este problema, más acuciante en algunas entidades que en otras.
El empacho de ladrillo, o la "resaca" según los términos del ministro Cristóbal Montoro al referirse a la deuda pública, por parte de la banca española supone todavía 93.725 millones de euros en sus balances, a tenor de los datos presentados por los siete bancos que cotizan en el selectivo al cierre del primer trimestre.
Desde luego, la "evacuación", según los términos que utilizan sus propios directivos, de esos activos improductivos se produce a un ritmo menor al deseado, aunque algunos de los consejeros delegados de los grandes bancos consideren que el lastre inmobiliario irá a menos en los próximos trimestres por la recuperación del sector inmobiliario.
Si se compara la cifra conjunta ofrecida por los principales bancos al cierre de marzo con la que acumulaban al cierre de 2016, la reducción se limita a 3.388 millones de euros, un 3,48% menos.
El Banco de España, en su último Informe de Estabilidad Financiera, cifraba en 190.000 millones de euros el total de activos improductivos de todo el sector financiero, con una reducción anual del 9%. El supervisor advierte de que este lastre impide una recuperación de la rentabilidad perseguida por todas las entidades, con unos ROE por debajo del coste de capital.
Las coberturas de dichos activos se han incrementado a lo largo de la crisis y ya suponen como media algo más del 50%, aunque varían según la situación de cada uno de los bancos. Eso sí, dichas provisiones suponen una merma sustancial en los resultados individuales de cada entidad que pueden desembocar en pérdidas frente a los beneficios que pudieran obtener por su actividad puramente bancaria.
"No queremos ser un banco inmobiliario", sentenciaba hace algunas semanas el consejero delegado del Popular, Ignacio Sánchez Asiaín, antes de la presentación de las cuentas de su grupo correspondientes al primer trimestre del ejercicio.
Pese a esas pretensiones, el caso del Popular es el más grave entre los principales bancos españoles, ya que hasta marzo el volumen de activos improductivos se eleva hasta los 36.839 millones de euros, algo por debajo de los más de 37.000 millones que soportaban al cierre del pasado ejercicio. Su consejero delegado busca la fórmula para poder acelerar el ritmo para aliviar esa enorme carga.
De hecho, el Popular más que duplica la cifra de activos improductivos del segundo banco peor situado, como es el Sabadell que cuenta con un esquema de protección de activos (EPA) por la integración de la intervenida CAM. El grupo presidido por José Oliu soporta 18.275 millones de activos problemáticos, de los que 8.968 millones de euros son adjudicados.
Santander y BBVA, los dos grandes grupos internacionales, rondan los 10.000 millones de euros en ese tipo de activos, mientras que Caixabank se sitúa algo más por debajo (7.600 millones de euros). Pese al traspaso de activos a la Sareb o banco malo, Bankia soporta todavía una losa de unos 11.000 millones de euros.
Bankinter es el que goza de una posición más desahogada, ya que su exposición al inmobiliario se ha reducido algo por debajo de los 511 millones de euros. Esta entidad es la que se ha visto menos afectada por el pinchazo de la burbuja del inmobiliario a lo largo de toda la crisis y sus coberturas (48% de problemáticos) se comparan en igualdad con aquellos que más peso de ladrillo tienen en sus balances.