viernes, 2 de junio de 2023

Jorge Rodríguez no piensa dar “cheques en blanco” en la Diputación de València y exigirá “alguna área de responsabilidad”


VALENCIA.- El pasado miércoles se conoció la sentencia absolutoria a Jorge Rodríguez, expresidente socialista de la Diputación de València, en el contexto del Caso Alqueria. El alcalde de Ontinyent, ex del PSPV, conocía su inocencia cinco años después de ser arrestado (el 27 de junio de 2018) por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) por la presunta contratación ilegal de una decena de cargos de alta dirección vinculados al Partido Socialista y a Compromís en el marco de una operación impulsada por la Fiscalía Anticorrupción, según recuerda eldiario.es

Este jueves, Rodríguez -acompañado de su exjefe de Gabinete en la institución provincial, Ricard Gallego, también arrestado en esa misma operación- acudía a la Ciudad de la Justicia a recoger la sentencia, “si esperábamos a que llegara a Ontinyent, hubiéramos tardado más tiempo”, al tiempo que celebraba que se acabe su “pesadilla”. 

El alcalde de Ontinyent ha lamentado: “Primero hay una muerte civil absoluta de la noche a la mañana: Nos levantamos presidiendo la Diputación y siendo gente entre comillas honorable y nos acostamos siendo presuntos delincuentes. Pasas de tener 2.000 llamadas a ninguna y de que te den palmaditas en la espalda a que huyan de ti”.  

En todo caso, ha puntualizado que “lo más duro” de este proceso es el “dolor inmenso” que vivió su gente cercana y que se “salvaron” por mantener la confianza de los vecinos de Ontinyent; “no solo desde el punto de vista política sino sobre todo de salud mental y emocional”.

Rodríguez ha vuelto a criticar que el operativo policial de su detención fue desmesurado, sin entrar en “teorías conspiratorias”, se ha preguntado cuánto dinero llegaría a costar en su momento y ha deslizado que dejó “en el aire que algo más habrá”: “Eso generó desde el primer momento una duda tan grande que era imposible luchar contra la credibilidad de cualquier medio de comunicación a la Fiscalía o a la Policía frente a un acusado”. 

El expresidente de la Diputación de Valencia ha asegurado que su partido, La Vall ens Uneix, no va a dar ningún “cheque en blanco” para la formación del gobierno de la corporación provincial, en el que su voto será decisivo. “Nuestro voto no va a ser solo para el día de la investidura, tendrá que mantenerse a lo largo un gobierno”, ha advertido.

En cualquier caso, Rodríguez no ha querido concretar a qué bloque se decantarán hasta que no finalice el escrutinio completo de las elecciones del 28M en los próximos días. Además, ha hecho notar que actualmente tienen “un problema de desconfianza” con ambas partes (PSPV y PP) y están en una fase de “reconciliación”: “Unos no nos quisieron y no nos trataron bien y otros nos pedían ocho años de cárcel, es complicado”.  

Así mismo, ha insistido en que su partido quiere “participar” en el gobierno de la Diputación, ocupar “alguna área de responsabilidad” e impregnarlo de su “espíritu claramente municipalista”. “Y por supuesto, que la sensibilidad y la voz de la Vall d'Albaida se tenga muy presente”, ha recalcado.

Eso sí, ha dejado claro que “desde luego” no quiere volver a ser presidente de la Diputación ni volver a ostentar un cargo en ella: “Tengo muy claro que hay etapas de tu vida que se cierran, en este caso dolorosamente, aunque haya habido un final feliz”.

Ha explicado que todavía no están en el “punto” de hablar de cargos, aunque sí han mantenido conversaciones con el presidente en funciones de la corporación Toni Gaspar o el vicepresidente Carlos Fernández Bielsa (ambos socialistas) y con el presidente del PP en la provincia de Valencia, Vicente Mompó.

A su juicio, sería “un poco atrevido” ir más allá hasta que no tengan confirmada el acta de diputada cuando finalice el escrutinio del 28M, un puesto que ostenta Natàlia Enguix, y hasta que no recuperen la “confianza”: “No lo sé, estamos en ese camino de reconciliación con unos y otros”.  

“Allá donde estemos tenemos que dar estabilidad y tenemos que satisfacer las necesidades de la Vall d'Albaida más allá de cargos o áreas concretas. Hasta que no tengamos el acta clara, clara, no hemos querido ilusionarnos demasiado porque cuando nos ilusionamos siempre nos pasa algo”, ha expuesto.

Dicho esto, ha remarcado que no pueden estar “toda la vida lamiéndose las heridas y hay que pasar página, hablar con unos y otros y tratar de reconducir esa falta de confianza”. También ha reconocido la “buena relación” que mantuvieron con el grupo de Compromís, cuyos representantes “de alguna manera también han sufrido el mismo calvario” en el caso Alquería.

Sobre la postura del PP, quien ejerció la acusación popular en el juicio, ha sostenido que “lo mínimo” sería que no recurrieran la sentencia si pretenden negociar el gobierno de la Diputación. “Yo no me siento con alguien que pienso que es un delincuente”, ha ilustrado.  

Respecto a si se imaginaba que acabarían teniendo la 'llave' del gobierno de la Diputación, ha hecho notar que “si lo leyeras en un libro o vieras una serie pensarías que es mentira”: “Nos pasaron muchas cosas malas en muy poco tiempo, porque nos pasen dos buenas no pasa nada. Un poco de justicia poética como me dicen compañeros del PSOE, -excompañeros-”, ha remarcado.

En clave judicial, cuestionado por la coincidencia de la sentencia dos días después del 28M, Rodríguez ha afirmado que es una forma de que “la justicia no interfiera en la política”, aunque ha reconocido que hubiera sido mejor que se publicara antes de que se convocaran las elecciones: “Somos plenamente conscientes de que si hubiera salido antes la sentencia nuestro resultado hubiera sido mejor, es una obviedad”.

Preguntado por el todavía president de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig, Rodríguez ha reconocido que se alegra de que “al menos” le felicitara por su absolución. Ha explicado que este miércoles recibió un mensaje y una llamada de Puig y han quedado para hablar durante este jueves, así como que “incluso” el exsecretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos le ha “felicitado”.

“Siempre digo lo mismo: no echo en falta la parte política porque cuando a alguien le pasa esto después de cinco años no tiene restitución. Echo de menos esa parte humana de que 'puede ser que nos equivocáramos', que fuimos 'excesivamente duros' o que no 'nos dejaron explicarnos'”, ha manifestado, y ha defendido que “una buena forma de empezar a recuperar la confianza es reconocer si en un momento determinado no has estado a la altura de lo que se esperaba.


Vox amenaza con cerrar la Acadèmia Valenciana de la Llengua


VALENCIA.- El adelanto de las elecciones generales ha obligado al PP a ir con cautela en los pactos postelectorales. Los populares obtuvieron un excelente resultado en toda España el 28M pero no lograron desembarazarse de Vox en seis autonomías, entre ellas la Comunitat Valenciana, donde necesitarían al partido radical para un Gobierno estable, a juicio de Levante.

El anticipo de los comicios al 23 de julio pone más foco sobre esos posibles pactos de 'barones' regionales del PP con la extrema derecha, que llegarían en plena campaña y podrían ser utilizados por la izquierda para alertar de que Feijóo haría lo propio para alcanzar La Moncloa.  

De momento, el silencio en el PPCV al respecto de cualquier negociación con Vox es absoluto, replicando la estrategia de Génova, que de momento está evitando dar directrices a los territorios, al menos en público. 

Aunque también se está a la espera de recibir indicaciones de Madrid, el candidato de Vox a la Generalitat, Carlos Flores, ha venido avisando en los últimos días a través de su cuenta de Twitter de sus exigencias a la hora de negociar con Mazón.  

Ya en la noche del lunes, Flores publicó un mensaje en el que agradeció a los más de 300.000 valencianos el apoyo recibido y les "aseguró" que su "voz va a ser escuchada" y que "su mandato va a ser realidad", dando a entender que Vox reclamará sillas en el Consell para permitir la investidura de Carlos Mazón, al que no le valdría con la abstención ultra si PSPV y Compromís votan en contra.

Un día más tarde, tras el adelanto electoral, Flores dejó entrever el malestar en Vox por las "dudas" del PP sobre esos pactos. El condenado por violencia machista ponía en duda la voluntad de los populares de alcanzar acuerdos con su formación y, con el ejemplo de Extremadura, abría la puerta a que el PP explore pactos con la izquierda en la Comunitat Valenciana para esquivar a la extrema derecha. 

En esa misma línea de dar por seguro un pacto con el PP, el líder de Vox ya se atreve a deslizar algunas de sus hipotéticas medidas de gobierno pese a que el PP insiste en su voluntad de gobernar en solitario. La última, este jueves, ha sido la de amenazar con su cierre a la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL).  

El candidato ultra apela directamente a la institución que regula el uso del valenciano para afearle que el lunes, tras la victoria de la derecha, escogiera como palabra del día 'nefast'.

Así, Flores recomienda a la AVL que para el próximo 26 de junio, fecha de constitución de las Corts, escoja el término 'canvi', en clara referencia al cambio de Gobierno en la Generalitat. Pero va más allá e ironiza con que "si tienen algún inconveniente" pueden seleccionar la palabra "adeu". 

No es la primera vez que Vox expone públicamente sus intenciones de clausurar algún ente público. Hace apenas un mes ya amenazó a los trabajadores de À Punt con cerrar la televisión pública, que definió como "insulto a los valencianos", "desperdicio de dinero" y "máquina de adoctrinamiento separatista". 

El PP de la Comunitat no habla aún de fechas para la investidura de Mazón como presidente


VALENCIA.- La gran pregunta que corre estos días por los círculos políticos valencianos es cuándo será la investidura de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat. Pero el PP ni siquiera habla aún de fechas. ¿Antes de agosto? La respuesta es sintomática: "Hay plazos que no podemos aventurar", recoge El Mundo.

De hecho, el PP ya ha elevado la consulta a los letrados de las Cortes Valencianas, según admiten fuentes del partido. Hay dudas de hasta cuándo se podría estirar legalmente el calendario para evitar lo que busca Pedro Sánchez con el adelanto de las elecciones generales: solapar la campaña con los pactos de PP y Vox.

La única fecha clara en el calendario valenciano es la del 26 de junio, día en que se tienen que constituir las nuevas Cortes. El reloj empezará entonces a correr, si bien en los grupos parlamentarios hay diferentes interpretaciones sobre la velocidad a la que puede hacerlo. Además, podría entrar también en juego lo que decidan la Presidencia y los integrantes de la Mesa... que deben pactar también los partidos.

De entrada, el reglamento pone plazos sin distinguir entre días hábiles o naturales, lo que podría llevar como tarde, según las interpretaciones, a una investidura el 21 de julio. Es decir, un día antes de la jornada de reflexión y a las puertas de las elecciones generales.

Ahora bien, el reglamento del parlamento autonómico contempla que, en esa primera votación, el candidato necesita de la mayoría absoluta para ser investido. De lo contrario, "se procederá, 48 horas después, a una nueva votación en la que será suficiente el voto favorable de la mayoría simple". 

Efectivamente, y a falta de más concreción, sobre el papel las 48 horas se cumplirían el domingo electoral, si bien las fuentes consultadas señalan que los letrados de la cámara podrían también fijar la nueva sesión para el lunes.

El PP no descarta ir a una primera sesión de investidura sin tener amarrados los apoyos de Vox, precisamente para jugar con los tiempos. Porque lo que plantea también el reglamento es que, "si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato o candidata obtuviera la confianza de las Cortes Valencianas", habría que disolver la cámara. 

Dicho con otras palabras, PP y Vox aún tendrían ese margen de dos meses para cerrar un pacto de gobierno.