viernes, 5 de noviembre de 2010

El BOE publica el nombramiento de las magistradas suplentes para el TSJCV del año judicial 2010-2011

MADRID.- El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este viernes el acuerdo de 28 de octubre de 2010, del Pleno del Consejo General del Poder Judicial, por el que se nombran magistradas suplentes para el año judicial 2010/2011, en el ámbito del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

   En concreto, el BOE publica que el Pleno del Consejo General del Poder Judicial ha acordado nombrar para el año judicial 2010/2011, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 147 del Reglamento 1/95, de 7 de junio, de la Carrera Judicial, a las magistradas suplentes, en el ámbito del TSJCV.
   Así, doña María Carmen Agut García y doña Inmaculada Ballester Pastor, han sido nombradas magistradas suplentes del TSJCV, teniendo en cuenta que contra el acuerdo cabe interponer recurso contencioso-administrativo ante la Sala Tercera del Tribunal Supremo en el plazo de dos meses, contados desde el día siguiente al de su publicación en el BOE.

El aeropuerto de Castellón está pendiente de documentación de Aerocas para proceder a las autorizaciones

CASTELLÓN.- El subdelegado del Gobierno en Castellón, Antonio Lorenzo, ha reiterado este viernes que el Ejecutivo central está "absolutamente predispuesto a que se agilicen los trámites del aeropuerto para que se puedan conceder las autorizaciones pertinentes para su puesta en funcionamiento", aunque ha señalado que "todavía falta documentación que tiene que aportar la promotora de esta infraestructura, Aerocas".

   Lorenzo ha respondido así a las críticas del Consell en las que responsabiliza al Gobierno central del retraso en la puesta en marcha del aeropuerto.
   El subdelegado ha asegurado que Aerocas debe aportar documentación referida a la Agencia Estatal de Gestión Aérea, a la presencia de las Fuerza y Cuerpos de Seguridad del Estado en el aeropuerto, al Plan de Emergencias  y al Punto de Inspección Fronterizo.
   "La predisposición del Gobierno es favorable, pero todavía falta documentación", ha afirmado Lorenzo, quien ha añadido que no le parece "leal" que "la administración responsable de la construcción del aeropuerto alegue que otra administración es la responsable de que se abra más pronto o más tarde el aeropuerto, puesto que la Generalitat Valenciana sabe cuáles son los problemas".

EUPV reclama al Consell la copia de las alegaciones que remitió al Gobierno sobre el posible emplazamiento de Zarra

VALENCIA.- EUPV ha reclamado al Consell la copia de las alegaciones que remitió al Ministerio de Industria sobre el posible emplazamiento del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en Zarra.


   Así lo ha explicado en un comunicado el diputado autonómico e integrante de EUPV, Lluís Torró, quien ha denunciado que el Consell "no ha contestado a ninguna de las preguntas presentadas por el grupo de izquierdas hace más de un mes sobre la postulación de Zarra" para albergar el ATC.
   "La respuesta por escrito que hemos recibido es incompleta, genérica, poco concreta y, desde luego, no atiende a ninguna de las diversas preguntas que habíamos presentado", ha manifestado Torró, quien ha subrayado que, por ello, EUPV quiere estudiar las alegaciones que se remitieron al Ministerio de Industria "para comprobar con detalle su contenido".
   EUPV, quien ayer mismo estuvo con la Plataforma contra el ATC en Zarra en los actos reivindicativos que celebró, ha manifestado que el Consell "sigue teniendo una postura turbia y poco clarificadora en este tema, sigue sin atender a este colectivo y sin pronunciarse de manera clara contra el almacén". "Parece que el PP nada entre dos aguas", ha criticado Lluís Torró.

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Ford prevé fabricar 300.000 vehículos en su fábrica de Almussafes en 2010

VALENCIA.- Ford tiene previsto cerrar el presente ejercicio con un volumen de producción de alrededor de 300.000 unidades en su planta de Almussafes (Valencia), según han informado fuentes de la compañía durante la presentación de los nuevos C-Max y Grand C-Max, que se fabrican en exclusiva en esta instalación.

   Dichas fuentes han señalado que esta cifra es inferior a las 347.000 unidades producidas durante el pasado ejercicio y han justificado esta bajada de la producción por la difícil situación del mercado y por el paro de actividad llevado a cabo para adaptar la instalación a la fabricación de los C-Max y Grand C-Max, que son los coches más grandes que se han producido en Almussafes en toda su historia.
   La factoría valenciana de Ford, en la que trabajan alrededor de 5.000 personas en la producción de vehículos, fabrica en la actualidad los modelos Focus, Fiesta y los monovolúmenes C-Max y Grand C-Max, aunque en julio del próximo ejercicio se dejará de fabricar el Focus, que se localizará en la factoría alemana de Saarlouis.
   La planta de Almussafes fabrica diariamente unas 1.000 unidades de todos los vehículos, de las que 750 unidades corresponden a los C-Max y Grand C-Max. En este sentido, dichas fuentes han afirmado que la previsión es elevar la cadencia de producción de los monovolúmenes a alrededor de 1.000 unidades diarias.
   Por otra parte, otras fuentes de la corporación del óvalo en España han afirmado que tienen previsto cerrar el presente año con una cuota de mercado en España de en torno al 8,5%, lo que supondrá un leve descenso en comparación con las cifras contabilizadas en 2009.
   No obstante, han explicado que esta reducción ha sido consecuencia de la disminución de las ventas en canal de flotas y de empresas por parte de Ford, para centrarse en el canal de particulares que aporta una mayor rentabilidad. "No ha sido un mal año", han añadido.
   La factoría de Almussafes se encarga de la fabricación en exclusiva de los C-Max y Grand C-Max, que son los primeros vehículos que utilizan la nueva plataforma C del consorcio, que se montará en otros diez modelos o derivados del consorcio, entre los que se encuentra el futuro Focus, que se lanzará a principios del próximo año.
   En la planta valenciana también se producirán, a partir de 2013, las versiones híbridas de este modelo que se destinarán al mercado europeo y a partir del próximo ejercicio se iniciará la exportación de unidades del Grand C-Max al mercado norteamericano.

Arrebato social en Francia / Ignacio Ramonet

No es una sorpresa. Desde hace más de dos siglos, la protesta está en el código genético político de la sociedad francesa. Además de ser derechos constitucionales, la manifestación callejera y la huelga constituyen modos naturales de ejercer la plena ciudadanía. Cada nueva generación considera que participar en los cíclicos arrebatos de cólera social es un rito de paso para acceder a la mayoría de edad democrática. 

Esta vez, el detonante de la crisis ha sido el presidente francés. Desacreditado y enfangado en varios hediondos escándalos, obcecado por el FMI y las agencias de calificación, Nicolas Sarkozy se muestra sordo a las quejas del pueblo y pretende demoler una de las joyas principales del Estado de bienestar: el derecho a jubilarse a los 60 años. 

Conquistado tras decenios de enfrentamientos, este avance social es percibido, en el imaginario colectivo, como un totem intocable. Sarkozy -que, en 2008, prometió respetarlo- ha subestimado el apego de los ciudadanos a ese derecho. Y aprovechando el choque causado por la crisis, desea imponer una reforma que retrasa la edad legal de jubilación de los 60 a los 62 años, amplía el periodo de pago de cotizaciones a 41,5 años y retrasa la edad para cobrar una pensión completa de los 65 a los 67 años. 


Algunos creen que, en realidad, Sarkozy quiere romper el régimen público de jubilación por repartición, basado en la solidaridad entre las generaciones, y sustituirlo por un régimen privado que representaría un mercado de entre 40.000 y 100.000 millones de euros. Denuncian que la compañía de seguros que más se beneficiaría de ello es el grupo Malakoff Médéric cuyo consejero delegado es... Guillaume Sarkozy, el hermano del Presidente. 

La reacción de los principales sindicatos es unánime. Sin rechazarla en totalidad, reclaman modificaciones argumentando que el coste de la reforma recaerá esencialmente sobre los asalariados, vapuleados ya por la crisis, y que ello agravará las desigualdades. Organizaron varias jornadas de movilización antes del verano. Pero el Gobierno, en una actitud prepotente, mantuvo su rechazo de negociar. 

Grave error. Con la vuelta al trabajo, en septiembre, se reunieron asambleas generales en centenares de empresas y administraciones. Los asalariados confirmaron su decisión de no dar "ni un paso atrás". Convencidos que si se cedía en algo tan sagrado como la jubilación a los 60 años, se les vendría encima una avalancha de nuevos recortes en la Seguridad Social, la sanidad, la educación y los servicios públicos. 

Estas asambleas demostraron que las direcciones sindicales eran mucho menos radicales que sus bases exasperadas por los constantes retrocesos sociales. Inmediatamente, regueros de acciones colectivas se extendieron por todo el país; millones de personas se echaron a la calle; la huelga popular prolongada entorpeció el funcionamiento de los transportes; algunas ciudades, como Marsella, quedaron paralizadas... A medida que se repiten las jornadas de acción, nuevas categorías sociales se van sumando a una protesta que adopta expresiones inéditas. 

Lo más original es el bloqueo de las refinerías y los depósitos de carburante. Lo más notable es la masiva incorporación de los estudiantes de secundaria. Algunos imaginaban a esta "generación Facebook" ensimismada y autista, pero su energía contestataria reveló su angustia frente al derrumbe del futuro... Y su temor a que, por vez primera desde 1945, si nada cambia, le toque vivir en peores condiciones que sus padres. El nuevo modelo neoliberal destroza el ascensor social... 

La protesta cristaliza un malestar social profundo y una suma de descontentos acumulados: desempleo, precariedad, pobreza (hay ocho millones de pobres), dureza de la vida diaria... Ya no es sólo un asunto de pensiones sino una batalla por otro modelo social.

Lo más significativo es el apoyo popular, entre el 60% y el 70% de los franceses aprueba la protesta. Nadie acaba de entender cómo la Francia arruinada de 1945 pudo costear el Estado de bienestar, y la Francia de hoy, quinta potencia económica mundial, es incapaz de hacerlo. Nunca ha habido tanta riqueza. 

Los cinco principales bancos franceses obtuvieron, en 2009, unas ganancias de 11.000 millones de euros. Y las cuarenta principales empresas obtuvieron, ese mismo año, beneficios de 47.000 millones de euros.... ¿Por qué no gravar, en provecho de los pensionistas, tan cuantiosos capitales? La Comisión Europea estima que una pequeña tasa sobre las transacciones financieras aportaría al conjunto de los Estados de la Unión Europea, cada año, entre 145.000 y 372.000 millones de euros... Más que suficiente para pagar el aumento de los sistemas de pensiones. 

Pero el dogma neoliberal exige que se exonere el capital y se ajusten más los salarios. De ahí el pulso actual en Francia. La sensación general es que ninguno de los dos antagonistas puede transigir. Las organizaciones sindicales, empujadas por una corriente de radicalización, siguen unidas después de varios meses de ofensiva. Ceder constituiría un fracaso semejante al de los mineros británicos en 1985 frente a Margaret Thatcher. Lo que significó el fin de la resistencia obrera en el Reino Unido y abrió la puerta a las "terapias de choque" ultraliberales. 

Nicolas Sarkozy cuenta con el apoyo de la Unión Europea (1), del FMI, de la banca y del empresariado europeo(2) temeroso de que la "chispa francesa" incendie la pradera social del continente. El abandono de su reforma le condenaría a la derrota electoral en 2012. 

La historia social francesa enseña que cuando una protesta ha ido tan lejos como la actual, jamás se ha desinflado. Siempre ha vencido.

Notas:
(1) El Consejo Europeo, en Barcelona, en marzo de 2002, recomendó: "Para 2010 deberá intentarse elevar progresivamente en torno a cinco años la edad media en que se produzca el cese efectivo de actividad de las personas en la Unión Europea".
(2) En España, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, defiende como "imprescindible y aconsejable", la subida de "la edad de jubilación a los 70 años". Añade que "los asalariados deben trabajar más y, desgraciadamente, ganar menos". Pide ampliar el periodo de cálculo de la pensión a "toda la vida laboral", y que los ciudadanos se hagan "pensiones privadas". Europa Press, 26 de julio de 2010 y ABC, Madrid, 15 de octubre de 2010.

La corrupción de la democracia / Fernando Álvarez Uría *

A medida que uno va envejeciendo tiende a hacerse conservador. Dicen que esta deriva es ley de vida, sin embargo, José Vidal BeneytoPepín para todos los que lo conocimos– prueba todo lo contrario, pues año tras año su pensamiento ha ido ganando en radicalidad. En esto, y en su beligerancia contra el capitalismo desbocado, se asemeja al Pierre Bourdieu de Contrafuegos. Tanto Bourdieu como Pepín fueron dos sociólogos europeos que pusieron por escrito, en las últimas etapas de sus vidas, es decir, en estos últimos diez años, reflexiones para servir a la resistencia contra la invasión neoliberal.

La corrupción de la democracia, el libro recientemente editado por  Libros de la Catarata, está formado en su mayor parte por artículos publicados en la prensa española, predominantemente en el diario El País, del que Pepín fue socio fundador y habitual colaborador. Pero, a pesar de que sus artículos son análisis de carácter sectorial, análisis relacionados con campos muy diversos, sin embargo, bajo esos fogonazos aparentemente inconexos, nos encontramos con un razonamiento sociológico de fondo, con un diagnóstico a la vez lúcido y ácido de nuestro tiempo. Pepín disecciona en este libro los síntomas de un síndrome, es decir, define las raíces del mal que aqueja a nuestra sociedad. Señala las causas de nuestro malestar, intenta, como señala Cécile en la nota preliminar del libro, tejer un tapiz que nos sirva de diagnóstico del presente.

Voy a intentar sintetizar las grandes líneas maestras de la argumentación del Profesor Vidal-Beneyto sobre las que se apoya a mi juicio su diagnóstico, es decir, la corrupción de la democracia. Creo que por razones de coherencia lógica es preciso comenzar el razonamiento por la última parte del libro, Los desafueros del capitalismo, para pasar posteriormente a explicar en ese marco La quiebra de la política, y para llegar, en fin, a la primera parte titulada La deriva de los valores. Por último queda una cuarta parte muy importante, la de los remedios, o, si se prefiere, las alternativas.

Los desafueros del capitalismo
En los últimos treinta años se ha producido a escala mundial una gran revolución del capitalismo, una gran transformación, por utilizar la terminología de Karl Polanyi, que se asemeja, por sus efectos de cambio social en cadena, a la revolución que se operó en la Inglaterra del siglo XVIII. Y es que el capitalismo ha dejado tendencialmente de ser predominantemente un capitalismo industrial, territorializado, basado en la extracción de plusvalía del trabajo de los obreros de las fábricas, para ser sustituido por un capitalismo financiero radical, un capitalismo global fruto de la concentración del capital en manos de las multinacionales y de los magnates de las finanzas.  Dicho en otros términos, un tanto esquemáticos, el trabajo ha dejado de ocupar el centro de la vida social para ser sustituido por la especulación, las jugadas de póker, las opas hostiles y las fusiones, por el comportamiento devastador de los hedge funds, los fondos especulativos y los bonos basura, por el imperio, en fin, del capitalismo de casino. Se calcula que al menos un tercio de las empresas norteamericanas que cotizan en bolsa manipularon sus resultados financieros. A esta carrera desbocada por el enriquecimiento, al margen de la menor consideración ética, no es ajena la economía del crimen. Los delitos económicos, los delitos de cuello blanco han proliferado, así como el refugio del dinero negro en los paraísos fiscales, pero  también el narcotráfico, el comercio de seres humanos, la prostitución, la industria armamentística, el tráfico de inmigrantes, en suma las mafias y la criminalidad organizada. Las nuevas tecnologías han contribuido por su parte a la rápida expansión de esta mancha de aceite financiera, pero sobre todo el pretendido mercado auto-regulado a escala mundial careció del control de los Estados, y de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Así fue como la economía financiera pudo desarrollarse en forma de burbuja a lo largo y a lo ancho del mundo alejada de la economía real. Los estallidos de esta burbuja producen efectos catastróficos en el tejido productivo, y en el tejido social, de modo que se podría afirmar que los bonos basura, los bonos buitre, como se denominan en el libro, son la otra cara de la miseria del mundo.

Las nuevas industrias flexibles,  las multinacionales, las nuevas empresas de la comunicación, supeditadas al capital financiero internacional, las reconversiones industriales, las deslocalizaciones de empresas, favorecidas por el desarrollo de las nuevas tecnologías,  han transformado en profundidad el viejo tejido productivo. La amenaza del paro y el crecimiento de la precariedad pesa sobre cada trabajador como una espada de Damocles. En la era del capitalismo especulativo el crecimiento económico ya no va acompañado del crecimiento del empleo, sino más bien de su destrucción. Un buen ejemplo nos los proporciona la reciente fusión de Iberia y British Airwys que sin duda ampliará la cuota de mercado de la nueva compañía pues evitará reduplicaciones y rigideces, pero supondrá a la vez un reajuste de las plantillas y nuevos despidos. De momento, y antes de que la reestructuración empresarial se haya hecho realidad, los responsables de la cúpula de la nueva empresa se han subido el sueldo fijo, tras la fusión, en un 56%.

La revolución operada por el nuevo capitalismo financiero ha desbordado doblemente al Estado-nación: por arriba (globalización, mundialización, actores transnacionales) y por abajo (nacionalismos, actores básicos subnacionales –clanes, etnias, tribus, comunidades–). La lógica misma del Estado social ha sido puesta en entredicho y el capitalismo renano tiende a ser desplazado por el capitalismo anglosajón.

La quiebra de la política
Georg Simmel ya mostró en su Filosofía del dinero, un libro publicado en 1900, cómo la expansión de la economía monetaria provocaba la fragilización de los vínculos sociales y un proceso de individualización cada vez más intenso. El imperio del capital ha generado el secuestro de la democracia y su progresiva corrupción. Vidal Beneyto comparte la tesis de sociólogos, como Alain Touraine, Ralf Dahrendorf e Ignacio Sotelo,  de que la socialdemocracia ha muerto. La socialdemocracia ha muerto porque, entre otras cosas, la escena social ha sufrido una mutación. El paro fragiliza a la clase obrera y a sus organizaciones de defensa y protección. Si el Estado social promovió un fuerte desarrollo de la propiedad social, de los servicios públicos, y de las empresas públicas, ahora los magnates de las finanzas reclaman, en nombre de la eficiencia, de la competitividad, e incluso de la creación de empleo, la privatización de las empresas públicas. En realidad velan por sus propios intereses, y los de sus amigos del colegio. Amenazan con la quiebra de lo público y proponen la sustitución del ámbito solidario de la Seguridad Social por unos planes de pensiones que suponen en realidad el retorno al primitivo sistema de capitalización abierto por las mutualidades en el siglo XIX. El aborrecimiento de lo público, la fragilización de lo comunitario, la volatilización del bien común, va acompañada de la entronización del individuo autotélico, del carrierismo y del imperio de la trampa, la evasión fiscal, y el desprestigio de la política. La primacía del dinero es también la primacía del individuo calculador, del homo oeconomicus que sabe aprovechar las  múltiples oportunidades que le ofrecen los mercados para enriquecerse.

Una marea de cemento ha arrasado y sigue arrasando las costas españolas, y no solo las costas como prueban esas ciudades fantasmales construidas por los Poceros de turno. Bajo el manto democrático han proliferado los negocios turbios, las recalificaciones de terrenos, los planes urbanísticos diseñados a medida de quienes van a dar el pelotazo, los golpes de mano de empresarios y políticos sin escrúpulos. No se trata sin embargo de casos aislados de corrupción: la sociedad, sus élites y sus instituciones están corrompidas. Es la democracia misma, convertida en una ciénaga, lo que está en entredicho, pues nos encontramos ante una  corrupción sistémica.

La desestabilización del mercado de trabajo y de los sistemas de protección social provocan incertidumbre, inseguridad, miedo. Se explica así la búsqueda de refugios como reacción salvadora: Todos refugiados en la familia, escribe Pepín, escondidos en la pareja; acuclillados en el microgrupo; mitificando los valores más tranquilizadores, la autoridad, la seguridad, la patria; ocultando el conflicto y reivindicando el consenso como razón de ser de la sociedad.

La deriva de los valores
El individuo glorificado permanece autista en su torre de marfil narcisista. No sabe a qué atenerse pues el debate público ha sido secuestrado por los voceros mediáticos y por el pensamiento único de los partidos políticos en permanente campaña de autocelebración. El ruido mediático no deja espacio para un debate serio que permita la objetivación y la clarificación de los problemas sociales, de modo que se ha creado el mejor caldo de cultivo para el rechazo de la política y la personalización del poder, es decir, para el avance de la demagogia. En este marco no es extraña la progresión de la nueva derecha, del racismo y de la xenofobia.

Un hilo rojo de corrupción y redes clientelísticas parte de las grandes organizaciones financieras, atraviesa el espacio social y político, para llegar a envolver a los grupos mediáticos encargados de servir de eco a la teodicea del capital. A ello concurren intelectuales de izquierdas que se pasaron con armas y bagajes a las filas reaccionarias, pero también intelectuales mediáticos de inteligencia estrecha. Las grandes empresas de la información pertenecen a los nuevos amos del universo que hacen posible la sociedad mediática de masas y secuestran la opinión pública. Para ello cuentan no solo con periodistas sumisos, sino también con filósofos mediáticos, literatos y políticos encargados de sustituir la ética por la estética, lo sustantivo por lo accidental, la verdad por la mentira, la información por la persuasión-manipulación. La prensa, la radio, la televisión, los sondeos, no sólo enmascaran la realidad, producen la realidad mediática y determinan la agenda del debate político del que quedan excluidos los profesionales críticos de las ciencias sociales. La izquierda debe a su vez asumir sus responsabilidades pues no logra romper la argolla ideológica que la bloquea para salir de la pobreza de su discurso.

¿Qué hacer?
La postmodernidad, el pensamiento débil, las narrativas del yo encajan bien en el proceso de desterritorialización del capital en una especie de no man’s land social. En el seno de la nueva sociedad líquida proliferan la anomia y la depresión.

En La Política Aristóteles definió a la democracia como el gobierno de los pobres, y Vidal-Beneyto es sobradamente inteligente como para no dejar que se apropien de la democracia precisamente quienes la corrompen, es decir, los ricos que nos gobiernan. En consonancia con su trayectoria personal, la trayectoria de un intelectual comprometido con la democracia (desde el “contubernio de Munich”, a la creación de la Junta democrática, pasando por la creación de CEISA) nos convoca a intervenir como ciudadanos en el espacio público, y a crear redes de resistencia para hacer surgir, entre todos, una nueva democracia participativa que frene la irresistible ascensión del capitalismo depredador en el que estamos instalados. Para esta ingente tarea hace falta el concurso de todas las fuerzas progresistas, desde los que militan en el ecologismo político, las asociaciones de mujeres, los nuevos movimientos sociales y los viejos militantes de la izquierda, hasta la revitalización o refundación de los organismos internacionales. Frente a la corrupción, frente al terrorismo y el individualismo, nos propone recuperar la moral pública, volver al espíritu de resistencia ciudadana.  Voy a detenerme aquí, voy a dejar en suspenso las alternativas, que se pueden ir desgranando a lo largo de la lectura de la obra. Este es un libro para reflexionar y debatir, y si es posible para tratar de llevar a la práctica las innumerables  propuestas que surgen de la lectura de este ensayo, escrito por un pensador consecuente, que a sus más de ochenta años se alza valiente contra Estados, iglesias, nacionalismos,  multinacionales, sectas y mafias. Pepín Vidal-Beneyto, maestro y amigo, libertario, internacionalista, republicano, demócrata, habla aquí con la voz propia de un sociólogo crítico, y lo hace para poner en práctica un proceso de objetivación de la realidad al servicio de la verdad. A nosotros nos corresponde ahora intentar estar a su altura, retomar el testigo que él nos entrega, y prolongar su resistencia ejemplar ante lo intolerable.
(*) Intervención de Fernando Álvarez-Uría, catedrático de Sociología de la Complutense, en la presentación del libro de José Vidal-Beneyto, La corrupción de la democracia (Libros de La Catarata, 2010), celebrada (3 de octubre de 2010) en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.