lunes, 2 de noviembre de 2009

Camps nombra a Clemente secretario general y coloca a Blasco como portavoz en las Corts

VALENCIA.-El presidente de la Generalitat valenciana y del PPCV, Francisco Camps, nombró hoy al vicepresidente de las Corts Valencianes, Antonio Clemente, nuevo secretario general del PPCV en sustitución de Ricardo Costa, mientras que el nuevo portavoz del PP en las Corts Valencianes será el conseller de Inmigración y Ciudadanía, Rafael Blasco, informaron en fuentes 'populares'.

Asimismo, junto con Antonio Clemente como secretario general, el delegado del Gobierno valenciano en Alicante, José Císcar, se ocupará de la vicesecretaría general; el alcalde de Castellón, Alberto Fabra, será coordinador general, y el vicepresidente tercero del Consell y conseller de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, Juan Cotino, se ocupará de la coordinación de las relaciones entre la Generalitat y el partido.

Rafael Maluenda, que actuaba como portavoz del PP en las Corts desde el cese de Ricardo Costa, ocupará el lugar de Clemente en la vicepresidencia primera de la Mesa de la Cámara.

Camps justificó los cambios realizados en la dirección del partido "por las circunstancias" vividas las últimas semanas y porque considera que es lo más conveniente para la formación a falta de un año y medio para la celebración de las elecciones autonómicas y municipales.

Así lo avanzó el presidente del PPCV en rueda de prensa, tras la celebración del Comité Ejecutivo regional, en la que compareció junto con los nuevos dirigentes del partido y en la que confirmó que no habrá ningún cambio en los miembros del Consell.

Por otro lado, los nombres propuestos por el pressidente del PPCV fueron aprobados por el Comité Ejecutivo Regional con cuatro votos en contra, que provienen de miembros de la provincia de Alicante liderada por José Joaquín Ripoll quien ha mostrado su disconformidad a la solución que se ha dado.

Son una "minoría de votos", según señaló Camps en al rueda de prensa posterior al Comité asegurando que el 100% de las provinicas de Valencia y Castellón han suscrito las propuestas y en Alicante lo ha hecho el 80 por ciento.

Ataúdes chinos / Rafael Martínez-Simancas

El negocio de las funerarias está "muerto", y no es una alusión a la clientela habitual de estas empresas, sino a que ha llegado el ataúd chino y ha roto el mercado. Son baratos, parecen bonitos y cuelan por cajas de roble cuando están hechos de las virutas de sacar punta a los lápices. El único que podría expresar queja por su acabado es el difunto pero se le trata como un consumidor sin derecho a reclamar debido a su condición de finado. Luís Carandell se hubiera divertido con este nuevo episodio de "Celtiberia Show".

En Galicia están preocupados porque les hunden el sector puesto que no pueden contra ataúdes de setenta y cinco euros, un precio realmente competitivo. Por menos de cien euros resuelves el entierro del abuelito y, encima, te dan cambio para tomarte unas cañas. Es el "Todo a Cien" de la muerte. Los ataúdes chinos llegan en barcos de la morgue que realizan un largo viaje (un recorrido que luego se ampliará con el muerto al que deben acompañar al más allá), por lo tanto son cajas de "larga distancia". Es verdad que ni los materiales, ni el acabado son de primera calidad, pero los deudos no se fijan en el roble sino en la herencia que van a repartir. Es triste hablar de costes cuando habría que hablar de sentimientos, pero en cuestión de regateo funerario todos somos primos lejanos.

Se calcula que hace cien años los españoles pagábamos setecientas pesetas por un entierro con caballitos blancos y caballitos negros; una cantidad desorbitante comparada con el salario medio. De aquellos entierros barrocos (la última estampa la incluyó Manolo Summers en "La Niña de Luto") a estos funerales con ataúdes de top-manta ha pasado un siglo y una gran falta de respeto. Y, en esta ocasión, la culpa es nuestra porque fue un empresario valenciano el que llegó a China con la idea de hacer un encargo que abaratara los costes. De aquí a colocar lápidas de gomaespuma estamos a un paso.

Todo empezó cuando alguien introdujo un vaso con flores de plástico en el cementerio, ese fue el inicio de un declive estético que ahora se manifiesta con los ataúdes chinos. El consuelo es que, al menos, no son reciclables porque lo último sería tener que aguardar, en lista de espera, a que quede uno libre, o buscarlos de segunda mano y con pocos desperfectos. Pero tampoco vayamos a dar ideas porque bastante sufre la industria del ataúd como para sugerir nuevos abaratamiento de los costes.

Nos teníamos por el país que mejor "vida" le daba a sus muertos tal y como dice El Tenorio, pero al final somos unos cuatreros de tanatorio. Unos cínicos de setenta y cinco euros.

'Caja Murcia' no tiene quien la quiera / Apunte de Argárico

A punto de comenzar el baile de la FROB, 'Caja Murcia' se encuentra compuesta y sin novio, entrada en años y fondona como está, y con una dote aparente pero llena de sorpresas. Los últimos inspectores, estupefactos, del Banco de España le han encontrado demasiadas goteras, lo que confirma las precauciones tomadas en su día, ya en los contactos preliminares, por 'Caja Sur' (propiedad de la Iglesia Católica) y 'Caja Mediterráneo' (el único poder real que le queda a Alicante dentro de la autonomía valenciana) cuando un muy sospechoso Carlos Egea se acercó a ambas por iniciativa propia, buscando la solución a su gran embrollo.

Ninguna ha 'picado' el anzuelo y el resto de potenciales parejas ha quedado alerta. La presidencia de la CECA para un lorquino ha quedado así también cegada totalmente y dispuesta para un Rodrigo Rato, ya virtual presidente de 'Caja Madrid', que es con la que realmente quiere la CAM una fusión para poder digerir con total garantía una situación contable mucho más que comprometida aunque le haya vendido a una financiera gallega (?), al igual que ha hecho 'Caja Murcia' (250 millones de euros), una más que abultada deuda de 'Polaris' de 550 millones.

Por ahí van los verdaderos tiros y todo lo demás que se nos vende desde prensa local en papel, hambrienta de financiación para poder acabar el ejercicio 2009, son versiones interesadas de cada momento, cuando técnicamente 'Caja Murcia' está a punto de intervención si el Banco de España así lo decidiese y pese a los últimos esfuerzos para que no se le corra el rimel ni se le venga abajo el maquillaje ante el sofoco que se avecina antes del 31 de diciembre próximo.

Es absolutamente incierto, por otra parte, que exista un modélico 'modelo de gestión' murciano como baza estratégica para pilotar fusiones. La única verdad, y nuestra gran tragedia financiera regional, es un patrimonio inmobiliario y de suelo agrícola, cuyo valor real es hoy nueve veces inferior a su imputación en el activo al omitir su revisión a la baja. Un desastre para una Murcia en franco declive y tendente a la decadencia económica por el saqueo de la corrupción.

La torpeza de Egea y su profundo desconocimiento de la sociedad alicantina y la situación política objetiva en la Generalitat han dado al traste con la fusión más natural de 'Caja Mediterránero' con 'Caja Murcia'. En Alicante jamás ha impresionado un huertano que va de 'prima dona' ni un Ángel Martínez del que se dice, en tono jocoso, que 'es incapaz de leerse todo lo que dice que ha escrito', en una clara demostración de que lo han calado y saben que va por ahí diciendo ser lo que no es, y haciendo el rídículo y dejando en ridículo a Murcia también allí.

Las exigencias de entrada de David frente a Goliat, sabiendo lo que se sabe de 'Caja Murcia' a determinados niveles financieros (lejos de la propaganda pagada a medios impresos madrileños en virtual quiebra) y donde no cotiza ese ratio de eficiencia que tanto se esgrime para obviar hablar de solvencia y morosidad real, han causado hilaridad y provocado el descarte rápido ante estrategia tan provinciana, primaria y prepotente.

También los sindicatos y la dirección de zona de la CAM en Murcia han tenido que dar su opinión en Alicante ante qué clase de potenciales socios se encontraban, recordando el resultado de un proceso similar con la antigua Caja Rural de Murcia y, finalmente, los alicantinos han preferido mirar al norte más cercano a Europa que a un sur cada vez más desdibujado y andaluz.

Es igualmente erróneo que la nonata fusión con 'Caja Sur' fuese impedida por los socialistas andaluces cuando fue la propia Iglesia Católica la que no estaba dispuesta a ir de la mano de cualquiera, sabiendo todo lo que hay que saber de fulano y de mengano con la ayuda de zutano Mendoza y su obsesión con la masonería murciana de nuevo cuño. El Vaticano tiene en la UCAM una buena 'antena' que, fobias personales aparte, parece estar resultando muy útil para poder afinar en los temas generales de nuestra región, desde el punto de vista de Roma.

Acudir a monseñor Ureña, ex obispo de Cartagena, para su intercesión y aval personal parece ahora que no fue lo más acertado o bien alertó a Bertone, vía Nunciatura Apostólica, de las aviesas intenciones desde Murcia con la ejemplar obra social cordobesa. La Junta de Andalucía supo muy pronto la postura eclesial y no se desagastó para nada en una batalla sin sentido porque esa fusión era una necesidad personal del señor Egea, y nada más, para confundir sus cloacas contables con las cordobesas.

No ha sido baladí respecto a la CAM la influencia, la mala influencia sobre Egea, del financiero oriolano Agustín Pérez Espinosa, ni cierta dependencia de Eduardo Zaplana a través de terceros, amigos de juventud y negocios, hoy favorecidos en extremo desde la cuarta planta de la sede en Gran Vía Salzillo donde, por cierto, las medidas de seguridad son extremas desde que algún promotor inmobiliario arruinado logró llegar para algo más que cantarle las cuarenta al máximo ejecutivo de la entidad, visto que se tuvo que avisar a la Policía Nacional.

Lo que faltaba para que Francisco Camps haya dado orden a Roberto López de no prosperar en más conversaciones con la gente de Murcia, incluido un Valcárcel que no le traga por ser tan buen promotor del cartagenero Federico Trillo, el tapado de Rajoy para gobernar la Región en el futuro, y llegar a San Esteban cuando a nuestro presidente le pase lo que, indefectiblemente, le tiene que pasar con la Policía y la Justicia de jurisdicción y ámbito nacional de actuación ante la creciente presión social contra la corrupción política.


(De http://murciaconfidencial.blogspot.com)