domingo, 11 de septiembre de 2011

Diada en Barcelona: 'Sin Valencia no hay independencia'

BARCELONA.- Un grupo de encapuchados ha irrumpido en la manifestación independentista de Barcelona que se celebra con motivo de la Diada y ha quemado una bandera española.

   Los hechos han tenido lugar sobre las 18.40 horas cuando la manifestación estaba avanzando en el paseo Lluís Companys en dirección al parque de la Ciutadella, frente a la antigua sede de los juzgados de la capital catalana.
    Ha sido entonces cuando un grupo de entre cuatro y cinco encapuchados ha colgado una bandera española desde un muro del paseo y la ha quemado con gasolina.
   Tras producirse los hechos, buena parte de los manifestantes han condenado estos hechos haciendo un largo silbido.
   Fuentes de la organización de la manifestación unitaria por la Diada han confirmado que la quema de la bandera española ha sido espontánea y no estaba en el guión previsto.
Unas 10.000 personas según el Ayuntamiento de Barcelona han secundado este domingo esa tradicional manifestación independentista que se organiza por la Diada en la capital catalana, y que este año se ha convertido en un alegato en favor del autogobierno --tras la reforma constitucional-- y del catalán, después del auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) sobre la inmersión.
   La quema de símbolos españoles se ha llevado el protagonismo en la marcha barcelonesa.
   Pese a estos disturbios, la manifestación ha transcurrido con normalidad, y ha empezado a las 18.00 horas --con una hora de retraso-- al grito de 'Indepedencia'.
   Entre los presentes había muchos simpatizantes de partidos como ERC y SI, que tenían sus propias pancartas, así como de otras formaciones de izquierda independentista como las CUP, Maulets y Endavant que sostenían otra con el lema: "Por los derechos sociales y nacionales, Independencia y Socialismo y 'Països Catalans".
   Enarbolando miles de 'senyeres' y 'estelades', los asistentes han coreado múltiples lemas y canciones en defensa de la independencia de Cataluña y también del catalán, y uno de los más repetidos ha sido el de 'queremos una escuela de todos, una escuela catalana' .
   Las pancartas y carteles que los ciudadanos llevaban también insistían en este aspecto y se han podido leer frases como 'Tenemos lengua propia, tenemos cultura propia, queremos un Estado propio', 'Catalonia is not Spain' y 'Visca la terra lliure (tierra libre)'.
   Los actos reivindicativos organizados por ERC y SI una vez terminada la manifestación han servido para que sus máximos dirigentes hicieran una férrea defensa del catalán ante los presentes y para pedir la independencia.
   Tanto el secretario general de ERC, Joan Ridao, como su presidente, Joan Puigcercós, han cargado contra el PP al que han acusado de querer dividir a los catalanes con el tema de la lengua y en otros ámbitos.
   Por ello, han defendido la necesidad de apostar por el derecho a decidir y por tener un Estado propio, alegando que "con un país independiente no habría conflicto lingüístico".
   Desde SI, los diputados Uriel Bertran y Alfons López Tena también han apostado por la independencia como "única vía que queda" a los catalanes para salir adelante.
   También han lamentado el papel "sumiso" del Govern de Artur Mas ante los ataques del Estado contra el autogobierno catalán y la inmersión y también los que vienen del PP.
  "CiU ha puesto al PP en las instituciones catalanas y ahora les sigue el juego impidiendo que el catalán pueda ser lengua única vehicular en la enseñanza", ha subrayado.
   La cabecera más radical, secundada por centenares de personas, ha continuado su camino después de Arc de Triomf y a mitad del Passeig Lluis Comanys han irrumpido cinco o seis encapuchados vestidos de negro con máscaras blanca y han prendido fuego con un bidón de gasolina a una bandera española que ellos mismos habían desplegado, acto que ha sido respondido con silbidos por algunos de los presentes.
   La manifestación ha continuado su recorrido hasta alcanzar un Passeig del Born que se ha visto abarrotado, y donde se han pronunciado dos discursos: el de la portavoz de la CUP Anna Gabriel y el de Endevant Josep Villarroya.
   La primera ha hecho un alegato reivindicando la izquierda independentista en defensa de un independentismo progresista radical tanto en ideología, propuestas y cultura política, y también ha lamentado la cada vez mayor preponderancia "de la extrema derecha en sus instituciones".
   Por su parte, Villarroya ha cargado contra el cese de las emisiones de TV3 en la Comunitat Valenciana a lo que ha sentenciado que "sin Valencia no hay independencia", cántico que fue secundado por la mayoría de los congregados.
   Tras los discursos han irrumpido en el escenario los encapuchados cuyo acceso ha permitido en todo momento la organización para quemar nuevamente una bandera de España, aunque esta vez también acompañada de la francesa y de la foto de El Rey.

El PP va a por la mayoría absoluta en Valencia

MADRID.- El Partido Popular considera "clave" para lograr la mayoría absoluta la obtención de un buen resultado en Cataluña y Andalucía y ve prioritarias una treintena de provincias, en las que cree que puede conseguir uno o hasta dos escaños más que en las elecciones de 2008 y también incluye algunas en las que hace casi cuatro años el PP ganó por muy poco.

   Según informaron hoy fuentes populares, esta estrategia se la ha transmitido la vicesecretaria general de Organización y Electoral Ana Mato a sus compañeros de la dirección del partido, a quienes ha pedido especial dedicación en estas dos CCAA y también en las más de 30 provincias donde el resultado del PP es susceptible de mejorar.
   Uno de los objetivos del PP para lograr la mayoría absoluta es lograr arrebatar al PSOE parte de los apoyos que tienen los socialistas en sus dos principales graneros de votos, Andalucía y Cataluña. Dos regiones en las que el PSOE logró casi cuatro millones de votos en las elecciones de 2008 y un total de 61 diputados en el Congreso (36 procedían de Andalucía y 25, de Cataluña).
   Sin embargo, el número de escaños conseguido por el PP entre ambas autonomías se elevó en 2008 a 32 escaños, casi la mitad que los socialistas. El PP se tendrá que aplicar para superar los 7 escaños que logró en Cataluña y los 25 de Andalucía. Algo que los populares, según las fuentes consultadas, confían en conseguir ya que en las elecciones generales del año 2000, cuando el PP logró la mayoría absoluta con Aznar, obtuvieron 12 escaños en Cataluña y 28 en Andalucía.
   El PP también se ha marcado como prioritarias una treintena de provincias en las que prevé que puede mejorar el resultado de las últimas elecciones generales. En el caso de las andaluzas, tiene margen para lograr al menos un escaño más por provincia en Córdoba, Jaen y Sevilla, aunque confían también en poder mejorar resultado en Almería (donde casi sacaron 9 puntos al PSOE en 2008) y Málaga, dos provincias en las que el PP empató en escaños con el PSOE.
   En el caso de Cataluña, el PP tiene margen para lograr más escaños en: Barcelona, donde obtuvo 5 diputados hace cuatro años, pero había logrado 8 en el 2000; Tarragona, donde logró un escaño en las últimas generales, pero había tenido dos también en 2000 y en Girona, donde no tiene ningún diputado, pero sí lo tuvo cuando Aznar logró la mayoría absoluta.
   En el caso de Madrid, el PP cuenta con 18 escaños en el Congreso, frente a los 15 de los socialistas, pero no descartan conseguir algún escaño más en la capital ya que en 2008 los populares sacaron 10 puntos de ventaja a los socialistas (340.000 votos más) y además tienen el precedente de 19 diputados en el 2000.
   Navarra también se ha convertido en otro de los lugares prioritarios para los populares, ya que tras la ruptura con UPN y los exiguos resultados de las autonómicas, el PP está tratando de recomponer los acuerdos con Unión del Pueblo Navarro para ir conjuntamente a los próximos comicios, también para hacer de tapón a las aspiraciones de Bildu en esta CCAA, que podría lograr un escaño si el voto del centro-derecha se divide.
   Y en Asturias, los populares tendrán que pelear por mantener sus cuatro escaños, ya que entra en liza el partido de Francisco Alvarez Cascos, que ya perjudicó al PP en las autonómicas y ha anunciado su intención de presentarse también a las generales.
   Los resultados del PP en las últimas generales en el País Vasco también son mejorables y por ello forman parte de las "prioritarias". En Vizcaya se quedaron con un escaño, frente a los 2 logrados en 2004 y los 3 que habían tenido en el 2000. Lo mismo sucedió en Guipúzcoa, donde los populares perdieron diez puntos desde el 2000 al 2008, pasando de dos a un escaño y algo parecido en Alava, donde pasaron de dos a un escaño, perdiendo en ocho años cerca de 13 puntos.
   Las cuatro provincias gallegas también entran a formar parte de las que aspiran a lograr más escaños para igualar los de la mayoría absoluta de 2000. Desde entonces, el PP ha perdido uno en La Coruña, ahora tiene 4, mientras que hace once años logró cinco; en Lugo tiene 2, frente a los 3 que obtuvo; en Pontevedra cuenta con 3, frente a los 5 que tenía y en Orense tiene 2 frente a los 3 de hace once años.
   En Castilla y León, el PP confía en poder tener un escaño más en Burgos, León y Salamanca; mientras que aspira en recuperar un diputado en cada una de las tres provincias aragonesas, Huesca, Zaragoza y Teruel.
   En Castilla La Mancha, la única provincia donde el PP tiene margen para añadir un diputado más es Toledo, donde empata a 3 escaños con el PSOE, aunque parte con una ventaja de 7 puntos sobre los socialistas logrados en las últimas generales. También en Albacete ambos partidos están empatados a dos diputados, pero la diferencia marcada en 2008 era más pequeña.
   Otro de los graneros de votos del PP por excelencia, Valencia, también tiene algo de margen, ya que el PP logró 9 escaños, frente a 7 del PSOE, pero con once puntos de ventaja y 70.000 votos.
   Lugares donde populares y socialistas empataron en escaños, como Las Palmas o Baleares también se encuentran entre estas provincias con especial interés para el PP, así como La Rioja o Tenerife. En estas dos últimos, el partido de Rajoy logró 3 diputados en cada una en el año 2000, mientras que en 2008, fueron 2, por lo que ahora, el PP espera poder igualar aquel resultado.
  La directora de campaña también ha transmitido a sus compañeros de partido, incluidos los directores provinciales de campaña con los que se ha reunido esta semana, que no tienen que confiarse por los resultados que dan las encuestas, sino que, por el contrario deben trabajar muy duro para lograr los mejores resultados.
   De hecho, puso como ejemplo que los resultados del pasado 22 de mayo, en las elecciones municipales y autonómicas, darían al PP entre 163 y 167 escaños en el Parlamento, es decir, no es la mayoría absoluta que persiguen los populares.
   Por ello, la dirección popular está pidiendo a todos sus representantes provinciales y regionales que impidan la maniobra que intenta Rubalcaba de distanciarse del Gobierno y de la gestión de Zapatero. En este sentido, explican las fuentes consultadas, se ha pedido a las estructuras del partido que movilicen a todos los alcaldes y concejales y que trabajen con la idea de que el adversario no es Rubalcaba, sino el PSOE en su conjunto. Por ello, la idea que transmitirán es que Rubalcaba no es diferente de Zapatero.

Ciudadanos y Mercado / Manuel Castells *

"Esta vergonzosa reforma de la Constitución dinamita cualquier credibilidad de los políticos que la votaron"
Zapatero quedará en la historia como el peor presidente de la democracia española hasta la fecha (Aznar al menos tenia coherencia ideológica). La pantomima de reforma constitucional perpetrada con nocturnidad y alevosía veraniega por los dos grandes partidos compinchados afecta a la raíz de la democracia y la autonomía del Estado. Ha sido una decisión impuesta por Merkel y Sarkozy, retomando una propuesta del PP. Se razona que era necesaria para calmar la desconfianza de los mercados sobre la deuda española que podría precipitar una crisis de las deudas europeas, en particular italiana, hundiendo así al euro. Reflotar a Grecia, Portugal e Irlanda es difícil. Salvar a España de la quiebra es inviable para las finanzas alemanas y francesas. De ahí la presión sobre el Gobierno español que hace tiempo abandonó cualquier veleidad de soberanía económica. Todo en nombre de vaticinios sobre el comportamiento de los mercados, poder supremo y misterioso al que hay que aplacar con sacrificios humanos: los recortes de gasto social afectan a salud, educación y pensiones, o sea, a la vida.

Pero ¿quiénes son los mercados? ¿Usted conoce personalmente a algún mercado? En realidad se les pueden poner nombres y apellidos: son los inversores (tal vez usted mismo) gestionados por intermediarios financieros. ¿Pero qué quieren los tales inversores y sus intermediarios? ¿El equilibrio fiscal? ¿La capacidad de pago de la deuda a largo plazo? Todo eso son cálculos estratégicos para llegar a otro fin, a lo que verdaderamente mueve la inversión: la ganancia contante y sonante a corto plazo. Así funcionan las finanzas, de eso dependen los dividendos para los accionistas y, sobre todo, las comisiones y primas para los operativos financieros. Y esa ganancia a corto plazo se obtiene por múltiples medios, entre ellos la apuesta por cambios de valoración de efectos financieros, incluidos los bonos del Tesoro y las divisas. De modo que según para quién la devaluación de la deuda soberana española y el aumento de la prima de riesgo pueden resultar en un pingüe negocio. Las grandes ganancias se producen precisamente en situación de turbulencia financiera. En cambio lo que los inversores (llamados mercados) tienen en cuenta son las perspectivas de actividad de cada economía. Porque la recesión y el aumento del paro son mal negocio para todos. Precisamente por eso, cuando en la primavera del 2010 España decretó medidas de austeridad la evaluadora Fitch rebajó la cotización de nuestra deuda pública. ¿Qué no harán ahora esos inversores al saber que, aunque a largo plazo la deuda española pudiera pagarse, a corto plazo el país se queda seco de estímulo fiscal posible en una situación en que la inversión privada no puede salir por si sola de la crisis de empleo y demanda? La atonía económica es la más negra perspectiva para los mercados.

Y por eso el mismo día en que los siseñores de las Cortes del Reino votaban atar de pies y manos al Estado discapacitándolo para obtener recursos cuando hiciera falta, subía la prima de riesgo española y caían las bolsas de todo el mundo como reacción al decrecimiento del empleo en EE.UU. En contraste, hubo una reacción alcista de las bolsas cuando se alcanzó el acuerdo para que EE.UU. pudiera endeudarse más. Y se han vuelto a hundir tras el anuncio por el FMI de la posibilidad de recesión a pesar (o a causa) de los recortes. Por esas razones pueden quebrar España y el euro, no por endeudarnos.

No se trata de salvar la economía española sino de aprovechar la crisis para maniatar a los representantes de los ciudadanos por si tienen la tentación de seguir a sus votantes en lugar de a los mercados interpretados por Merkel, Sarkozy y todos aquellos que salvan su pellejo político en sus países a costa de los otros europeos: una demostración de la des(U)nión Europea.

Pues este es el meollo de la cuestión: en nombre de los mercados (cuyo criterio está por ver) se impone una reforma constitucional a los ciudadanos, sin consultarlos y aprovechando una mayoría parlamentaria que puede disolverse en tres meses. Y de paso, se deslegitima una Constitución de quita y pon, que es intocable para según qué cosas y se manipula en unos días para lo que conviene a aquellos políticos coyunturalmente en el poder. Así jamás se hubiera aprobado la Constitución de 1978 que, por imperfecta que sea, permitió organizar una coexistencia política a partir de un consenso evolutivo que ahora se ha roto sin necesidad perentoria y sin informar a los ciudadanos del por qué de esa urgencia aparte de las oscuras referencias a la percepción de los mercados. Y es que los ciudadanos tienen derecho a equivocarse porque eso también es soberanía popular. Lo que no aceptan es invocar la democracia como fuente de legitimidad para después actuar sobre temas tan importantes aplicando el rodillo parlamentario como si el país fuera de los políticos. El ejemplo islandés vuelve a la memoria: tras meses de movimiento social un referéndum sobre las políticas de crisis llevó a la regulación financiera, al despido y encausamiento de políticos culpables de la crisis y al impago de las deudas bancarias. Y se arregló la cosa para la gente.

Si ya había una crisis de legitimidad profunda en la democracia española, fuente de la indignación que comparte una gran mayoría de la población, esta vergonzosa reforma de la Constitución dinamita cualquier credibilidad de los políticos que la votaron. Y de paso se lo pone muy difícil a Rubalcaba, que intentaba salvar los muebles de su partido y de la política tendiendo puentes al sentir de la sociedad. Si la fuente de la Constitución son los mercados, que manden los banqueros por la vía directa. Pero si los ciudadanos piensan que son ellos los constituyentes, tal vez podrían refundar la democracia pacíficamente y limpiar las instituciones de unos partidos mayoritarios que acampan en las Cortes como si fuera su finca y nosotros sus peones. Acampada contra acampada. Cinismo político contra esperanza de ciudadanía. A desalambrar.
(*) Sociólogo y profesor universitario

Generación sin futuro / Ignacio Ramonet

“El mundo será salvado, si puede serlo, sólo por los insumisos”. André Gide
 
Primero fueron los árabes, luego los griegos, a continuación los españoles y los portugueses, seguidos por los chilenos y los israelíes; y el mes pasado, con ruido y furia, los británicos. Una epidemia de indignación está sublevando a los jóvenes del mundo. Semejante a la que, desde California hasta Tokio, pasando por París, Berlín, Madrid y Praga, recorrió el planeta en los años 1967-1968, y cambió los hábitos de las sociedades occidentales. En una era de prosperidad, la juventud pedía paso entonces para ocupar su espacio propio.

Hoy es diferente. El mundo ha ido a peor. Las esperanzas se han desvanecido. Por vez primera desde hace un siglo, en Europa, las nuevas generaciones tendrán un nivel de vida inferior al de sus padres. El proceso globalizador neoliberal brutaliza a los pueblos, humilla a los ciudadanos, despoja de futuro a los jóvenes. Y la crisis financiera, con sus “soluciones” de austeridad contra las clases medias y los humildes, empeora el malestar general. Los Estados democráticos están renegando de sus propios valores. En tales circunstancias, la sumisión y el acatamiento son absurdos. En cambio, las explosiones de indignación y de protesta resultan normales. Y se van a multiplicar. La violencia está subiendo…

Aunque, en concreto, el formato mismo del estallido no es semejante en Tel Aviv y Santiago de Chile o Londres. Por ejemplo, la impetuosa detonación inglesa se ha distinguido, por su alto grado de violencia, del resto de las protestas juveniles, esencialmente no violentas (aunque no hayan faltado los enfrentamientos puntuales en Atenas, Santiago de Chile y varias capitales).

Otra diferencia esencial: los amotinados ingleses, quizás por su pertenencia de clase, no supieron verbalizar su desazón. Ni pusieron su furor al servicio de una causa política. O de la denuncia de una iniquidad concreta. En su guerrilla urbana, ni siquiera saquearon con ira sistemática los bancos… Dieron la (lamentable) impresión de que sólo las maravillas de los escaparates atizaban su rabia de desposeídos y de frustrados. Pero, en el fondo, como tantos otros “indignados” del mundo, estos revoltosos expresaban su desesperación, olvidados por un sistema que ya no sabe ofrecerles ni un puesto en la sociedad, ni un porvenir.

Un rasgo neoliberal que, de Chile a Israel, irrita particularmente es la privatización de los servicios públicos. Porque significa un robo manifiesto del patrimonio de los pobres. A los humildes que no poseen nada, les queda por lo menos la escuela pública, el hospital público, los transportes públicos, etc. que son gratuitos o muy baratos, subvencionados por la colectividad. Cuando se privatizan, no sólo se le arrebata a la ciudadanía un bien que le pertenece (ha sido costeado con sus impuestos) sino que se desposee a los pobres de su único patrimonio. Es una doble injusticia. Y una de las raíces de la ira actual.

A este respecto, para justificar la furia de los insurrectos de Tottenham, un testigo declaró: “El sistema no cesa de favorecer a los ricos y de aplastar a los pobres. Recorta el presupuesto de los servicios públicos. La gente se muere en las salas de espera de los hospitales después de haber esperado a un médico una infinidad de horas…” (1).

En Chile, desde hace tres meses, decenas de miles de estudiantes, apoyados por una parte importante de la sociedad, reclaman la desprivatización de la enseñanza (privatizada bajo la dictadura neoliberal del general Pinochet, 1973-1990). Exigen que el derecho a una educación pública y gratuita de calidad sea inscrito en la Constitución. Y explican que “la educación ya no es un mecanismo de movilidad social. Al contrario. Es un sistema que reproduce las desigualdades sociales” (2). A fin de que los pobres sean pobres para la eternidad…

En Tel Aviv, el 6 de agosto pasado, al grito de “¡El pueblo quiere la justicia social!”, unas 300.000 personas se manifestaron en apoyo al movimiento de los jóvenes “indignados” que piden un cambio en las políticas públicas del gobierno neoliberal de Benyamin Netanyahou (3). “Cuando a alguien que trabaja –declaró una estudiante– no le alcanza ni siquiera para comprar de comer es que el sistema no funciona. Y no es un problema individual, es un problema de gobierno” (4).

Desde los años 1980 y la moda de la economía reaganiana, en todos estos países –y singularmente en los Estados europeos debilitados hoy por la crisis de la deuda–, las recetas de los gobiernos (de derechas o de izquierdas) han sido las mismas: reducciones drásticas del gasto público, con recortes particularmente brutales de los presupuestos sociales. Uno de los resultados ha sido el alza espectacular del paro juvenil (en la Unión Europea: 21%; en España: ¡42,8%!). O sea, la imposibilidad para toda una generación de entrar en la vida activa. El suicidio de una sociedad.

En vez de reaccionar, los gobiernos, espantados por los recientes derrumbes de las Bolsas, insisten en querer a toda costa satisfacer a los mercados. Cuando lo que tendrían que hacer, y de una vez, es desarmar a los mercados (5). Obligarles a que se sometan a una reglamentación estricta. ¿Hasta cuándo se puede seguir aceptando que la especulación financiera imponga sus criterios a la representación política? ¿Qué sentido tiene la democracia? ¿Para qué sirve el voto de los ciudadanos si resulta que, a fin de cuentas, mandan los mercados?

En el seno mismo del modelo capitalista, las alternativas realistas existen. Defendidas y respaldadas por expertos internacionalmente reconocidos. Dos ejemplos: el Banco Central Europeo (BCE) debe convertirse en un verdadero banco central y prestarle dinero (con condiciones precisas) a los Estados de la eurozona para financiar sus gastos. Cosa que le está prohibida al BCE actualmente. Lo que obliga a los Estados a recurrir a los mercados y pagar intereses astronómicos… Con esa medida se acaba la crisis de la deuda.
 
Segundo: dejar de prometerlo y pasar a exigir ya la Tasa sobre las Transacciones Financieras (TTF). Con un modesto impuesto de un 0,1% sobre los intercambios de acciones en Bolsa y sobre el mercado de divisas, la Unión Europea obtendría, cada año, entre 30.000 y 50.000 millones de euros. Suficiente para financiar con holgura los servicios públicos, restaurar el Estado de bienestar y ofrecer un futuro luminoso a las nuevas generaciones.
 
 O sea, las soluciones técnicas existen. Pero ¿dónde está la voluntad política?
 
NOTAS
(1) Libération, París, 15 de agosto de 2011.
(2) Le Monde, París, 12 de agosto de 2011.
(3) Según una encuesta de opinión, las reivindicaciones de los “indignados” israelíes cuentan con la aprobación del 88% de los ciudadanos. (Libération, op. cit.)
(4) Le Monde, París, 16 de agosto de 2011.
(5) Léase Ignacio Ramonet, “Desarmar a los mercados”, Le Monde diplomatique en español, diciembre de 1997.

Nuestras exportaciones de aceite de oliva se incrementan en un 45% hasta junio

VALENCIA.- Las exportaciones de productos agroalimentarios de la Comunitat Valenciana mantienen su tendencia al alza en el primer semestre del año, con un aumento del 11,4% con respecto al mismo periodo del año anterior. Entre los productos agroalimentarios, el aceite de oliva muestra un ascenso del 45% en este periodo al alcanzar los 8,86 millones de euros, según ha informado la Generalitat en un comunicado. 

   Por provincias, Valencia es la más exportadora, con un valor de 7,7 millones de euros y un ascenso del 34% con respecto al primer semestre del año 2010. Le sigue Alicante, con 0,98 millones de euros y un destacado crecimiento del 251% y Castellón, con 0,14 millones de euros y un ascenso del 157,5%.
   Entre los países destino de las exportaciones de aceite de oliva de la Comunitat Valenciana encontramos tanto mercados europeos, Italia es el principal comprador con el 40% de las exportaciones, y mercados emergentes con un alto potencial de crecimiento - tres mercados BRIC se sitúan entre los 4 primeros puestos-.
   Así, Italia importa aceite en este periodo por valor de 3,5 millones de euros, lo que representa un aumento del 102%, seguido de China, con 1,29 millones de euros y un crecimiento del 353%; Rusia con 0,78 millones de euros y un ascenso del 39%. Completan los diez primeros destinos Brasil, Alemania, Ucrania, Estados Unidos, Tailandia, Hong Kong y Francia.

El PSPV reclama a Barberá una copia del informe sobre la deuda del Consell con la ciudad

VALENCIA.- El concejal del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Valencia Pedro Sánchez ha reclamado a la alcaldesa, Rita Barberá, una copia del informe que presentó al conseller de Hacienda y Administración Pública, José Manuel Vela, sobre la deuda de la Generalitat con Valencia, según ha informado el PSPV en un comunicado.

   Sánchez, que ha registrado esta petición en el Ayuntamiento, ha advertido de que Barberá "ha llevado este encuentro con su oscurantismo habitual" y ha criticado que no haya transcendido "ni los términos en los que produjo, ni el contenido del documento". No obstante, ha destacado que con esta reunión la primera edil "reconoce que la Generalitat le debe dinero".
   El concejal socialista ha manifestado su "escepticismo ante el montante de la reclamación" porque ha apuntado que a la alcaldesa "se le podría haber olvidado anotar alguna de las cantidades que la Generalitat adeuda al Ayuntamiento de Valencia".
   En concreto, ha explicado que de los fondos que deben transferir otras administraciones públicas al Ayuntamiento de Valencia "a fecha de 31 de agosto de 2011, la Generalitat solo ha transferido el 10,5 por ciento, la diputación el 23,18 por ciento y el Gobierno de España el 55,16 por ciento". "Una vez más se demuestra que las administraciones gobernadas por el PP son las que más deben a los valencianos, con el beneplácito de Rita Barberá", ha argumentado.
   Así mismo, ha subrayado que la Generalitat "no ha pagado nada de los 18,5 millones de euros que debe a la ciudad de Valencia desde 2004" y ha indicado que "se desconoce si el Consell ha pagado algo de los 12.028.676,45 euros que debe al Ayuntamiento en concepto de impuestos, tal y como reconoció el Gobierno municipal en respuesta a una pregunta planteada por el grupo socialista en el último pleno".
   Pedro Sánchez ha recordado que también está pendiente que la Generalitat "pague el Fondo de Cooperación Municipal por el que Valencia debería haber recibido sólo este año 816.320,00 euros".
   El concejal socialista ha considerado la reunión de Barberá con Vela como "el primer paso para que, por una vez, defienda los intereses de Valencia ante sus compañeros del Partido Popular para reclamar a la Generalitat que pague lo que debe".
"Sin embargo, ha continuado, queremos comprobar que no se le ha olvidado nada" porque ha defendido que "cuanto antes liquide la deuda con el Consell, antes podría pagar a las empresas e invertir en políticas de empleo".