lunes, 28 de mayo de 2018

M.C.Reyna: "Zaplana está enfermo en la cárcel y hay etarras enfermos en su casa"


VALENCIA.- La periodista María Consuelo Reyna, gran valedora Zaplana en su acceso a la presidencia de la Generalitat, cree que se está tratando al expresidente peor que a etarras enfermos, según dice en una entrevista en www.esdiario.com

Ejerció el periodismo durante tres décadas y, aunque retirada hace años, nunca ha dejado de ejercerlo con su visión crítica de la sociedad y la política. María Consuelo Reyna (Valencia 1944), primera mujer subdirectora y directora en uno de los principales medios de comunicación tuvo un rol determinante en el acceso de Eduardo Zaplana al gobierno de la Generalitat, aunque reduce su papel al de mera opinadora. La entrevista se desarrolla el lunes, horas antes de la detención del ex presidente y de conocerse la sentencia del caso Gürtel. Se completa el viernes con tres preguntas, esta vez por escrito, tras la decisión de la juez de enviar a la cárcel a Zaplana, un dirigente político con el que llegó a tener una gran relación de amistad y del que recibió en 1999 la distinción cultural de la Generalitat.

-Usted participó en una especie de refundación del Partido Popular valenciano con Aznar
No. Tampoco mucho.
-Hubo un “golpe de mano” en la dirección del PPCV. Cambio de presidente y de candidato a la Generalitat. De Pedro Agramunt a Eduardo Zaplana y usted estuvo en la “operación”
Si me preguntaban yo contestaba. Nada más (ríe) 
-Ha conocido algo a Aznar y bastante a Zaplana. ¿Cree que están ambos en Ciudadanos?
¿En Ciudadanos? No.
-¿No están o estaban participando en la sombra?
No. Aznar no sé honradamente lo que está haciendo. Zaplana está centrado en otras causas más importantes vitalmente para él, todo lo demás tiene otras prioridades. 
-¿Se siente decepcionada o engañada tras la detención y posterior entrada en prisión del ex presidente?
Ni decepcionada, ni engañada. Creo profundamente en la presunción de inocencia que, en este caso, ha sido masacrada con un linchamiento inhumano de Zaplana al dar por cierto todo lo que se ha publicado. Visto desde la distancia de no ejercer ya el periodismo, me causa asombro el odio que hay encerrado en muchas de las informaciones. Quizá sea cierto aquello de “muero tranquilo porque nunca le he hecho un favor a nadie”. Y Zaplana hizo favores, favores públicos, favores normales, a muchísima gente. Pero, a lo que íbamos, hasta que un juez no dicte sentencia lo que me siento es asombrada. 
-¿Ello supone que habrá que rescribir la historia de su gestión al frente de la Generalitat tras el caso Erial?
La historia de su gestión, no. Es la que es, les guste o no les guste a algunos. Fue el que dio impulso nacional e internacional a la Comunidad. Un recordatorio. Zaplana se estrenó llegando a un acuerdo con Bono para ampliar lo que entonces era la N-III, una asignatura pendiente desde hacía muchísimos años que tenía ahogada a Valencia. Y como ese ejemplo otros muchos. Eso es así y basta mirar alrededor para darse cuenta. Y si esto se confirma, entonces lo que habrá que reescribir es la historia personal de Zaplana, no la de su gestión.
-¿Cree que Zaplana es corrupto?
El tiempo lo dirá. 
-¿La jueza carece de sensibilidad al ordenar su prisión pese a estar enfermo?
Lo que sé es que Eduardo Zaplana está seriamente enfermo y que otros mismos en su situación, o mucho menos grave, con numerosos delitos de sangre juzgados y condenados, han sido enviados a casa o a un hospital. Vaya, un montón de etarras. Tampoco entiendo muy bien porque ha habido una detención-espectáculo en Valencia, en lugar de en Madrid que es donde tiene su residencia. A Valencia venía todas las semanas para su tratamiento oncológico, imprescindible para su salud… Quizá me he vuelto mayor, pero humanamente me parece durísimo hacerle eso a una persona cuya vida depende de esas sesiones semanales. ¿Era necesario actuar así?
-¿La hipoteca reputacional ve que la estamos superando? ¿Era tan grande como decían?
Es tan grande como en cualquier otro sitio. Lo que pasa es que la Comunidad Valenciana en estos últimos años mediáticamente hemos sido machacados. Éramos lo peor de lo peor. No recurro al y tú más, pero sólo la familia Pujol, su corralito, sus historias, son mayores que todo lo de la Gürtel y lo que ha pasado aquí. Y los 800 millones  de los EREs otro tanto.  Yo no he visto así a uno de la familia Pujol ni a uno de los EREs ni a nadie de nadie entrar en una coche policial, esposado con la cabeza gacha como ocurrió con Serafín Castellano. Es como si aquí se hubiera humillado a los valencianos, no sé por qué, no lo he entendido nunca.
-¿No ha llegado atisbar cuál es la razón?
Quizá porque esto era un feudo del PP. Eso me lo dijo una vez Aznar, para ganar las elecciones generales es necesario ganar en Valencia, sino se gana la Comunidad Valenciana se pierde.
-¿Eso lo sabe Rajoy?
No lo  sé. Yo creo que no. Aznar lo sabía y por eso se volcó como se volcó aquí. Eso también lo saben los otros partidos. Valencia es un objetivo para que no la gane el PP. Les pongo una prueba que me chocó muchísimo: el día de las elecciones autonómicas y municipales hubo una manifestación de Compromís y de alrededores y venían a celebrar la derrota de Rita, no venía a celebrar su triunfo. Es como raro.
-¿Falta una refundación del PP en la Comunitat?
Creo que sí y profunda. 
-Delimítela. En nombres, en objetivos ¿En qué?
Para empezar, dejar para siempre los comportamientos que son absolutamente reprobables. Y, segundo, tratar de ilusionar a ciertos sectores de la sociedad para que vuelvan al PP hasta integrarse en él. Yo veo la calidad intelectual de gente del PP de hace unos años y veo la calidad intelectual de gente de ahora y la verdad no me gusta.
-La inmensa mayoría de políticos de hace unos años está fuera de combate
Bueno, unos lo están por presunta corrupción. Otros han sido absueltos de la presunta corrupción y ha quedado en nada, pero el PP sigue considerándolos apestados y comete un error porque esa gente que dentro de la vorágine de procesos luego ha resultado que nada de nada, y conozco varios de esos casos. Luego están a los que el PP, en sus luchas internas, les pegó la patada porque eran a lo mejor demasiado buenos o  no le gustaba lo que están haciendo. Y finalmente lo que no han estado en el PP, tampoco creo que estén en Ciudadanos, porque a Ciudadanos aquí en Valencia tampoco los veo con un equipo excesivamente brillante para lo que podrían tener.
-Quizá con estas plataformas que están montando en Ciudadanos a las que va Manuel Valls y a las que parece que se van a incorporar figuras de fuera... ¿Eso funciona bien?
A mi me choca. Está bien. Se puede concurrir con extranjeros a las elecciones municipales. Pero si  tienes que recurrir en las dos ciudades mayores a extranjeros es que los tuyos no te gustan.
-Zaplana, en su última conferencia celebrada recientemente en el Ateneo, defendía centrarse más en la agencia digital y la educación y no en el debate en los nacionalismos
Si nos centramos en la educación podríamos solucionar los nacionalismos. 
-Pero habrá que contar con los nacionalistas y eso parece imposible.
Con los partidos nacionalistas parece imposible, con el PNV aún. Con Cataluña imposible. Hablando de catalanes y vascos, recuerdo lo que me dijo hace muchos años (el exministro) Martín Villa: 'Con los vascos siempre se puede pactar, siempre se puede llegar a acuerdos, o no; pero sea lo que sea ellos cumplen. Si dan una palabra la cumplen. Con los catalanes nunca sabes. Tú llegas a un acuerdo y al día siguiente lo vulneran y te piden una cosa más que casi siempre es económica. Una financiación, un cuartel de la Guardia Civil, una cesión del Estado'. De este comentario hará treinta años y el tiempo le da la razón. El PNV siempre va por la vía de la Constitución y los otros por el monte.
-¿Ve un contagio del nacionalismo radical catalán hacia la Comunidad Valenciana?
Bueno, en la educación no es que pueda haber contagio es que está contagiadísima de las misma forma de actuar contando cosas que quizá no son propias. La educación, o por lo menos la enseñanza. La enseñanza de la Historia debe ser la Historia y punto, aunque no les guste la Historia es lo que hay, cada cual tenemos la que tenemos.
-¿El éxito de la izquierda es por el fracaso y la división de la derecha o porque han sido capaces de ilusionar?
Para empezar, éxito de la izquierda juntita, como partidos individuales ha ganado la derecha ¿no? O sea, se tienen que unir todos en una amalgama a veces extraña para poder gobernar.  A mí por ejemplo me asombra que Ribó sea alcalde, pero creo que a él le asombra muchísimo más que a mí. Ni se lo cree que sea alcalde de Valencia. Ni en su mejores sueños pudo soñar jamás que iba a ser alcalde de Valencia, y lo es. De un partido minoritario apoyado por otros, y todo eso se refleja en lo que se refleja.
-El PP ha pedido demasiadas veces perdón.
Yo creo que sí. Había que pedir una vez o dos veces perdón de verdad y no estar excusándose constantemente por cosas que están siendo juzgadas y, en muchos casos, apartados antes de ser juzgados y condenados. Vuelvo a lo mismo de siempre, a Rajoy se le ha masacrado por mandar un mensaje estúpido a Bárcenas. En el caso de Andalucía siguen  siendo queridos, adorados Chaves y todos los demás. Me acuerdo de Felipe González a la puerta de la cárcel despidiéndose de Barrionuevo y Vera, condenados, con aplausos. Si por casualidad a Rajoy se le hubiera ocurrido ir a la cárcel a dar un abrazo a Bárcenas. ¡Buueeno! Lo que noto muchísimo es la distinta vara de medir.
-¿Los casos de presunta  financiación irregular del PSPV y Bloc son equiparables a Gürtel?
No tengo ni idea si son equiparables. En la difusión desde luego no, en las cantidades no lo sé, pero no se puede ser un poquito corrupto, o se es o no se es.
-¿Cuál es su opinión de Ximo Puig?
Está haciendo lo que puede, y con bastante sensatez, todo lo que Mónica Oltra le deja.
-¿La que manda es Oltra entonces?
No. Manda Ximo Puig sin que Mónica Oltra se entere.
-De Joan Ribó, que ya nos ha dicho que nunca pensaba que iba a ser alcalde
-¿Vosotros creíais que iba a ser alcalde algún día?
-Es cierto que proviene de un partido pequeño que por sí solo era complicado acceder a la vara de mando. ¿Su gestión qué le parece?
Su gestión es toda, es el responsable de toda. Me parece, excepto en el tráfico que ha armado un cacao impresionante e impresentable porque está hecho sin estudio de mala manera y por eso han tenido que hacer y deshacer en muchos sitios que ha causado muertes, son brindis al sol de un señor que como sea quiere dejar su huella en Valencia.
-¿Se refiere a Ribó o a alguno de sus concejales?
A todos.
-Tráfico aparte, ¿lo está haciendo bien?
¿Qué hace? Es lo que yo sé. ¿Qué hace?
-¿Tendrá cintas que  cortar el año que viene?
Creo que no. Como no sean de carriles bici o las cosas ésas que pone en medio de las calles... Un cambio de placa de las calles, un no sé qué de la Memoria. Son cosas no profundas, no de cambio de la ciudad. ¿Ha hecho algo para cambiar la situación de los sin-techo?  ¿Ha mejorado los servicios sociales? ¿Ha mejorado la Universidad Popular? ¿Ha mejorado algo de la gente que más necesita el apoyo del gobierno municipal o autonómico? Yo no veo que esto esté muy lucido. Sigo viendo los indigentes que veía siempre, en los mismos sitios que los veía siempre. Sigo viendo que son las parroquias, Cáritas y la Casa Caridad quienes dan las ayudas. ¿Las escuelas infantiles del Ayuntamiento han mejorado? ¿Están mejor de lo que estaban?
-En su última conferencia Zaplana criticó a los nacionalismos del mundo de Compromís, Escola Acció Cultural, pero también el posible repunte del regionalismo o blaverismo, quizá porque potencian localismos
Zaplana sí que vivió una cierta etapa de Unión Valenciana donde surgió gente que puso en el disparadero. Esa gente está hoy en el Bloc, como Vicente Flor por ejemplo, y otros muchos. González Lizondo vio el peligro. 
-Valore la labor de una serie de políticos. Antonio Montiel, el ex líder de Podemos en la Comunitat, con el que ha tenido una buena relación.
-Solo sé que ha dimitido. Me parece una persona recta, responsable, coherente con sus principios.
Manolo Mata, portavoz del PSPV en Les Corts.
-Está entusiasmado con lo que está haciendo ahora. La pasión de su vida es la política y si una persona es feliz con lo que hace es más fácil que lo esté haciendo bien.
-Isabel Bonig, lider regional del PP.
No me gusta como lo está haciendo. Nada. Creo que ni ella misma está convencida con lo que dice y, por eso, es imposible que transmita nada.
-Fernando Giner, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia
Es la gran esperanza blanca de la política valenciana. Blanca y silenciosa. No le veo tener una presencia arrasadora como en el caso de su jefe.
-Toni Cantó, diputado nacional de Ciudadanos.
Lo conocí como actor. No lo sé si está actuando. Como actor era bueno.
-Mónica Oltra, vicepresidenta del Consell.
Siempre me ha molestado muchísimo que me dieran sermones. Mónica Oltra tiene algo de sermón monjil que no me gusta nada.
-La polémica del chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero ¿qué le parece?
El asunto del chalé me encanta (ríe). Si hubiera que encontrar un símbolo de incoherencia sería ése.
-Los dirigentes de izquierdas también tiene derecho de tener una vivienda digna.
Pues claro que sí. Todo el derecho del mundo. Los demás tenemos derecho a unas hipotecas como las de ellos. Si este señor tiene su puesto asegurado año y medio más. En el fondo es como un contrato no fijo y seiscientos y pico mil euros son muchos euros para que sea prácticamente tu primera vivienda y hablar de que la herencia te respalda...La herencia es de tus padres, tus padres no se han muerto, podrán respaldarte con sus propiedades, pero no hables de la herencia no seas mentiroso.
-Su opinión de Salvador Navarro, del papel del empresariado valenciano.
No los veo con el empuje que tenían antes. Esta nueva hornada, esta generación de empresarios tiene menos peso. No los veo con mando como en tiempo de Jiménez de La Iglesia, Federico Félix. Quizá era otra generación.
-¿Quién sería un buen alcalde para Valencia?
(Piensa ocho segundos) González Pons, Manolo Mata.
-¿Rita fue una buena alcaldesa?
Menos en el último tramo, quizá porque se sentía muy acosada y tiró la toalla, en los anteriores sí. El gran cambio de Valencia ciudad se produce en la etapa de Zaplana-Rita, aunque se llevaban especialmente mal. Cambia Valencia y cambia la Comunidad. Rita embelleció muchas cosas, la ciudad estaba infinitamente más limpia de lo que está ahora, infinitamente más acogedora, fácil y amable de lo que es ahora. Por primer vez en muchísimos años los valencianos nos sentimos orgullosos de Valencia, eso ahora se va perdiendo.
-Cuál es su opinión acerca del feminismo actual y todas la derivadas, como el movimiento Me Too o el de las actrices francesas en defensa del hombre que no comete delitos. ¿Cómo lo contempla en su posición de mujer que ha crecido en un mundo de hombre y ha llegado?
Nunca me he declarado feminista porque lo que hago no quiero que lo valoren por el sexo sino por la cabeza. He estado como decías en un mundo (el periodístico) de hombres y me valoraban por lo que hacía. No me gusta el movimiento feminista en el que parece que es muchísimo más importante la vida de una mujer que la vida de un niño. Organizamos manifestaciones brutales en defensa de la mujer maltratada, de la mujer violada, asesinada y somos incapaces de realizar esas mismas acciones en defensa de los niños que son violados, maltratados.. Esa pareja de ancianos apaleada por cuatro chicos en el País Vasco. ¿Ha pasado algo con esto? Debemos luchar contra una sociedad violenta en general. Por otra parte, tampoco es bueno cuando se habla de cuotas. No quiero ser cuota de nada. O valgo o no valgo.
-Desde el distanciamiento y tras ejercer  tres décadas el periodismo ¿qué opinión le merece los actuales medios de comunicación valencianos?
El panorama que veo es muy triste. Hablo más de lo que conozco que son los medios escritos. Son medios que van dando palos, sí, pero un poco a lo que cae, sin saber muchas veces el por qué los dan. No tienen criterio, ni tienen línea, no tiene una redacción que sea sólida. Vosotros de eso sabéis bastante, de cómo  las redacciones de los periódicos han ido quitando gente porque sí. Deshaciéndose de la gente que les costaba caro para quedarse con becarios prácticamente. Los becarios, para empezar, rara vez tienen memoria, y un periódico si algo necesita es memoria. 
-Hay quien piensa que con Google ya tenemos suplida la memoria.
Google muchas veces te engaña, te dice mentiras sin más. Antes teníamos que llamar veinte veces a veinte personas para confirmar cualquier noticia y aún así podíamos meter la pata, pero es que eso yo creo que ahora no se practica. Llamar a la fuente directamente.
-Cuál es su opinión del medio que dirigió hasta finales de 1999
Mi opinión la dice la OJD. Si están en una difusión de 15.000 ejemplares oficiales, pues (mi opinión) no es buena precisamente.
-¿Los digitales cree que son el futuro?
Tienen futuro si adquieren algunas prácticas de los escritos, de confirmar más las informaciones de no ser tan tan tan escandalosos, que por un titular la noticia en sí no importa nada. Los titulares no se corresponden con lo que dicen abajo. Lo que dicen por la mañana es mentira. Una cosa es que los periódicos vayamos siempre presionados por el tiempo y otra cosa es que no te molestes en confirmar una información, que los teléfonos sigan funcionado en la fuente.
-¿Y las televisiones?
Veo series y ya está.

Investigan una posible manipulación de pruebas a favor de Zaplana


VALENCIA.- Seis días antes de que la Guardia Civil pusiera en marcha la operación Erial que ha acabado con el expresidente de la Generalitat Valenciana Eduardo Zaplana en prisión preventiva, un alto funcionario autonómico valenciano accedió, al parecer, al expediente de adjudicación a la empresa de la familia del 'exconseller' Juan Cotino de una de las parcelas del plan eólico por la que supuestamente habría pagado una suculenta comisión al exdirigente popular, recuerda hoy El Periódico.

El diario 'El Mundo' desveló que se trataría de Alfonso Roselló, jefe de servicio del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial y que trabajó en la Agencia Valenciana de la Energía que creó Zaplana, en la que fue entre otras cosas jefe de área de administración. También es el marido de Auxiliadora Hernández, secretaria autonómica de educación en el Gobierno del expresidente y que ocupó varios altos cargos en sus 'consells', que llegó a declarar como investigada en el 'caso Gürtel'.
Roselló estuvo el 16 de mayo en el Centro de Archivo y Logística de Ribarroja del Turia unos 16 minutos como refleja el registro de entrada que llevan los vigilantes de seguridad. Después apareció fuera de sitio la carpeta que contenía la información sobre el plan eólico valenciano que unos días después, el 23 de mayo, fue a recoger la UCO ya con Erial en marcha. Por eso se dieron cuenta de que alguien había estado allí consultando ese mismo dosier, como reflejaron los agentes en un informe oficial. Se estudia ahora si faltan documentos o si se manipuló otros.
Nada más conocerse la noticia, la Generalitat anunció la apertura de un expediente informativo a Roselló, que dirigirá la Conselleria de Transparència. Pero Rafa Climent, 'conseller' de Economia, de la que depende el IVACE, ha pedido a la Conselleria de Hisenda, de la que depende el centro logístico, que informe de entradas y salidas 'sospechosas' en un tiempo más amplio que los últimos días.

Investigación rigurosa

"Hay que hacer una investigación muy rigurosa y muy detallada, no única y exclusivamente de hace 10 días; hay que ir un poco más atrás", ha señalado Climent, que ha pedido investigar "durante un periodo de tiempo amplio" quién ha entrado en el almacén y "para qué".
De hecho, el 'conseller' ha señalado que por un proyecto de cambio de relación de puestos de trabajo en el IVACE, Roselló ya había ido en otras ocasiones a consultar documentación, por lo que no quiere "juzgar de manera negativa a nadie sin saber qué ha pasado". De esta manera, Climent ha dejado abierta la posibilidad de que fuera otra la persona que dejó fuera de sitio la carpeta en cuestión o a que fueran más de una las que revolvieran esas carpetas.

Así fue el reparto del plan eólico de Eduardo Zaplana bajo sospecha

VALENCIA.- Un acuerdo del 26 de julio de 2001 de la Generalitat aprobaba el Plan Eólico de la Comunidad Valenciana en el que mediante convocatoria pública se ecogerían los proyectos que instalarían parques en 15 zonas que se sacaron en bloque a concurso. El procedimiento, que ya generó polémica en ese momento, es ahora investigado en el juzgado de Instrucción número 8 de Valencia por formar parte del caso Erial, recuerda hoy Abc

Las sospechas se centran en que el entonces jefe del Consell, Eduardo Zaplana -para quien la juez ordenó prisión el pasado jueves-, amañó las adjudicaciones -al igual que las de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV) en 1997- para que recayeran en determinadas sociedades. Una de ellas vinculada a Sedesa y al grupo empresarial de la familia Cotino (Vicente Cotino, empresario y sobrino del ex director general de la Policía Juan Cotino).
A cambio de ello, habría recibido comisiones (los investigadores calculan que 10,5 millones de euros), cuyo dinero ocultó posteriormente en paraísos fiscales para después tratar de que volviera a España. Un proceso de blanqueo para el cual se habria servido de sociedades pantalla, testaferros y asesores fiscales -como Joaquín Barceló o Francisco Grau, ambos también en la cárcel- o despachos de abogados.
Uno de los argumentos determinantes para que la juez mandara a Zaplana a prisión fue, de hecho, el cobro de 6,5 millones de euros por parte de la familia Cotino a través de un ingreso en una cuenta en Luxemburgo perteneciente a la empresa Imison International SA. Según revelaron varios medios este fin de semana, ha sido gestionada por Beatriz García Paesa, la sobrina de espía Francisco Paesa, quien entregó al exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán.

Expedientes

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha registrado durante varios días las instalaciones de la Conselleria de Economía para revisar todos los expedientes relacionados con el plan eólico. Las preadjudicaciones fueron conocidas en 2002 y las definitivas se produjeron en 2003. El reparto se lo llevaron en su mayoría empresas en unión temporal y las más beneficiadas resultaron Renomar, Guadalaviar y Proyectos Eólicos Valencianos. Junto a ellas figuraban Eólica de Levante (formada por Elecnor, Colortex y Eléctricas Vinalopó) y Nuevas Energías Valencianas (Nevag y Umweltkontor Renovable Energy).
Renomar recibió 23 parques eólicos en cinco demarcaciones. En el momento de la preadjudicación estaba integrada por Iberdrola (a través de Energía Hidroeléctrica de Navarra), Energías Eólicas Europeas y Fernando Roig. Posteriormente, Acciona se hace con EHN e Iberdrola -tras su separación- deja de formar parte del consorcio. Su responsable desde julio de 2004 fue el exdirector del Instituto Valenciano de Finanzas, José Manuel Uncio.
Guadalaviar se llevó también cinco zonas. Estaba participada igualmente por Acciona junto a Elecnor. Precisamente a esta primera empresa fue a parar José Monzonís, director general de Industria y responsable directo de la tramitación de la convocatoria del plan eólico, un año después de cesar en el cargo en 2005.
Por último, se encuentra Proyectos Eólicos Valencianos, que se quedó con tres áreas y en la que se sitúa especialmente el foco de la investigación. La sociedad estaba participada por Endesa, Bancaja y Sedesa (propiedad de la familia Cotino). Los dos últimos vendieron sus participaciones unos años después. Aunque lo intentaron con Iberdrola, finalmente lo hicieron a Endesa, obteniendo una plusvalía de 39,3 millones de euros.
Aunque tanto Vicente como José Cotino fueron detenidos en el marco de la operación la pasada semana, ambos quedaron en libertad. Para los investigadores, además del trozo de pastel y el beneficio económico que supuso para ellos la adjudicación de los parques eólicos, también habrían colaborado en el blanqueo de las comisiones que pagaron a Zaplana.

Eduardo Zaplana, auge y caída del hombre que pagaba siempre en efectivo

MADRID.- Eduardo Zaplana era el prototipo de hombre triunfador. Tuvo todos los cargos públicos dentro de un partido que se pudieran desear. Y después en la empresa privada. Como le sucedió a Iñaki Urdangarin, le recomendaron para un buen puesto en Telefónica, donde ha permanecido hasta que la compañía privada (igual que su partido) le echó en cuanto se hizo efectiva su detención el martes pasado. La jueza Isabel Rodríguez le envió a la carcel de Picassent (Valencia) incomunicado y sin fianza acusado de blanquear 10,5 millones de euros procedente de comisiones ilegales.

Zaplana, el triunfador, el hombre que se hacía los trajes a medidas en la sastrería de El Corte Inglés de la calle Serrano y compraba corbatas Hermès, que solía pagar en efectivo en las tiendas gourmet del barrio de Salamanca, el eterno caballero bronceado al que tomaban el pelo en el PP porque siempre iba impecable y le apodaron Don Limpio, ya no tiene quien le baile el agua. Al menos públicamente. 
Sus amistades y conocidos a los que más de una vez llevó en el avión privado que utilizaba cuando ejerció de cargo público o en verano navegando por el Mediterráneo no quieren saber nada de él. Unos se sienten estafados y otros se han alejado haciendo suyo el refrán de "cuando las barbas de tu vecino veas arder, pon las tuyas a remojar", según constata www.vanitatis.elconfidencial.com.

Roma, París y las duras sesiones de quimio

Como aseguraba a Vanitatis una amiga que lo defiende: "Ahora resulta que todos sabían que Eduardo era un corrupto y un delincuente. ¿Y si eran conocedores de esa situación, por qué aceptaban que les invitara a comer? ¿O se iban con él de viaje a Roma o a París? ¿O le hacían la pelota y jugaban con él al tenis, aunque no tuvieran ganas? Efectivamente Zaplana -antes de que le detectaran la leucemia- solía hacer escapadas a estas dos ciudades. 
Es un hombre muy sibarita que no frecuentaba los restaurantes de moda, pero sí los locales de toda la vida como la marisquería O Pazo o el desaparecido NiMu, en el hotel Adler en la calle Velázquez. Gran deportista, acudía casi todos los días al gimnasio Metropolitan, donde tenía su entrenador personal. Solo faltaba cuando las sesiones de quimioterapia le dejaban fuera de juego.
Fue alcalde de Benidorm, presidente de la Generalitat Valenciana, ministro de Trabajo, portavoz de su grupo en el Congreso. Se llevaba bien con los periodistas y con el resto de su colegas de otros partidos. Donde despertaba más envidias era entre los suyos, precisamente por ese buen rollo que mantenía con la prensa. "El fuego amigo es el peor", decía refiriéndose a cargos del PP.

La paella de pollo y conejo para Julio (Iglesias)

Mantenía un buen rollo con los profesionales que se dedicaban a la prensa del corazoneo. Formaba parte de la lista de elegantes y respondía a los cuestionarios ajenos a su dedicación laboral. Desde prestarse a dar una receta de cocina a explicar como se hacia la paella, "que no hay que confundir con los arroces". Decía: "Aquí, se hace de pollo y conejo. Esa es la genuina".
Conservaba la tradición de muchas familias de la Comunidad Valenciana donde los hombres cocinan la paella en las reuniones importantes o los domingos. Tuvo incluso su nexo de unión con Ana Obregón en temas gastronómicos. Si la multifacética actriz le cocinaba a Spielberg, Zaplana lo hacía para Julio Iglesias.
Al menos esa era la leyenda de aquellos años cuando contrató al cantante en 1997 por seis millones de euros para que paseara el nombre de la Comunidad Valenciana por el mundo. El contrato incluía hablar de lo beneficioso que resultaba comer naranjas y arroz. Este pago se gestionó a través del IVEX (Instituto Valenciano de la Exportación) y cuando se investigó, el benefactor aseguró que la publicidad que había conseguido el cantante justificaba el dinero.

Muchos años después, Antonio Banderas hizo lo mismo promocionando Málaga con un éxito tremendo y gratis total. En esto radicaba la diferencia. Uno fue honesto y practicaba con el ejemplo y el hoy encarcelado seguía la pauta de lo 'mío es mío y lo tuyo también'.

Eduardo Zaplana ha pasado de ser el Campeón, como le llamaba Julio Iglesias, a ser el apestado del PP. Quizá lo único importante que le queda en su vida son sus hijos y su mujer. 

Los hitos de Eduardo Zaplana resumidos en diez frases

MADRID.- El pasado jueves 24 de mayo, la jueza de Valencia Isabel Rodríguez decretó la entrada en prisión comunicada pero sin fianza de Eduardo Zaplana. La magistrada accedía así a la petición de la Fiscalía Anticorrupción que alertaba del riesgo de fuga del exministro del Partido Popular.

Hijo de militar, Zaplana quiso ser piloto para no defraudar a su padre. Sin embargo, una baja médica le alejó de esa profesión para decantarse por el Derecho. Durante su época universitaria, el joven Zaplana comenzó a familiarizarse con la política pero, mientras que sus compañeros de facultad militaban en grupos de izquierdas, él prefirió apostar por el liberalismo de la mano de Joaquín Garrigues Walker, recuerda http://www.revistavanityfair.es.

“Me atrajo mucho la idea de que el liberalismo luchara por la democracia tanto o más a como se hacía desde la izquierda”, le contaba el de Cartagena a Pedro J. Ramírez en una entrevista para el suplemento Magazine de El Mundo en 2004.

De la Federación de Partidos Demócratas y Liberales, Zaplana pasó a UCD. Lo hizo a regañadientes, solo porque su mentor, Garrigues, lo ordenó. Por eso, tras la debacle del partido fundado por Adolfo Suárez, Zaplana se integró en Alianza Popular. Sin embargo, no fue hasta que el partido de Manuel Fraga pasó a llamarse Partido Popular cuando la carrera política de Zaplana despegó de verdad.

En 1991 fue alcalde de Benidorm, en 1995 presidente de la Comunidad Valenciana y, aunque fue uno de los hombres fuertes de los gobiernos de José María Aznar, desde el primer momento sobrevolaron sobre él sospechas de corrupción.

Tanto es así que, apenas un año después de ser elegido alcalde, Zaplana ya se vio envuelto en la causa de corrupción iniciada contra Naseiro y Sanchís. El escándalo fue de tal magnitud, que un informe interno del partido redactado por Alberto Ruiz-Gallardón sugería su expulsión inmediata de la agrupación.

Con motivo del aparente fin de su meteórica carrera política, Vanity Fair repasa los hitos de Eduardo Zaplana, a través de sus declaraciones.

Comer y rascar… todo es empezar

El caso Naseiro fue un escándalo de corrupción que implicó al tesorero del partido, Rosendo Naseiro, y a Ángel Sanchís Perales, diputado por Valencia y antiguo tesorero de la formación. Durante la investigación, también se obtuvieron escuchas telefónicas en las que se vio involucrado Salvador Palop, concejal por Valencia cuyo hermano estaba siendo investigado por narcotráfico, y Eduardo Zaplana. En dichas conversaciones se oía decir al que fuera Portavoz del Gobierno de Aznar:

"Me sentaré a comer con él y le diré a ver cómo puedo rascar yo aquí. (…) Así, pura y simplemente, ¿eh? Que me dé diversas opciones y me quedo con la más fácil. Pero me tengo que hacer rico porque estoy arruinado. (…) Estoy trabajando mucho, pero estoy arruinado. (…) Me lo gasto todo en política".

¿Te gusta el Vectra 16 válvulas?

En 1988, la marca de automóviles Opel lanzó al mercado su modelo Vectra. Este vehículo de tamaño mediano y capacidad para cinco adultos, alcanzaba en su gama alta un precio entre los 24 y 30.000 euros. En una de esas conversaciones con Palop, Zaplana mostraba su deseo de hacerse con uno de ellos: “Ay, tengo que ganar mucho dinero, me hace falta mucho dinero para vivir. Ahora me tengo que comprar un coche. ¿Te gusta el Vectra 16 válvulas?”.

El nuevo Juan Guerra, pero bronceado

En 1990 estalló el escándalo Juan Guerra. El hermano del vicepresidente del Gobierno se dedicaba al tráfico de influencias desde un despacho dependiente de la Delegación del Gobierno en Andalucía. El caso provocó la dimisión de Alfonso Guerra y dio fuerzas a la oposición liderada por José María Aznar.

Zaplana, por su parte, vio en el hecho una oportunidad para prosperar personalmente. Coincidiendo con la inminente celebración de la Expo 92, el político puso en marcha negocios en Sevilla hasta el punto de bromear con el tema afirmando: “Ahora que han echado a Juan Guerra, a ver si lo sustituyo”.

Transfuguismo, de entrada no

Durante años, a Eduardo Zaplana se le llenó la boca con eso de que “en el Partido Popular no promovemos el tansfuguismo”. No se sabe si lo promovió o no, pero el hecho es que, cuando una concejala del Partido Socialista lo abandonó para pasarse al Grupo Mixto, Zaplana aprovechó la coyuntura para registrar una moción de censura contra el gobierno municipal del PSOE y postularse como candidato a la Alcaldía de Benidorm. El del PP, que se había quedado a un solo voto para poner a su alcalde cuando se celebraron las elecciones, no tuvo mucho problema en sacar la moción adelante gracias al voto de esa tránsfuga socialista.

Un señor etnocentrista en el Congreso

En el año 2006, María Teresa Fernández de la Vega, por entonces vicepresidenta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, viajó a Mozambique para celebrar el Día Internacional de la Mujer y clausurar el foro “España-África. Mujeres por un mundo mejor”. Durante su estancia en el país africano, la vicepresidenta se fotografió ataviada con vestimentas típicas de la zona. 
Aprovechando el hecho, Eduardo Zaplana en calidad de portavoz del Partido Popular, arremetió contra De la Vega con las siguientes palabras: «¿Cuánto ganaría la Cámara si usted, que es tan aficionada a disfrazarse, un día se vistiera de vicepresidenta del Gobierno y cumpliera su obligación!». Y se quedó tan ancho.

Miss Benidorm

Los certámenes de Miss suelen caracterizarse por esos discursos vacuos de las candidatas que apelan a la paz en el mundo, a la felicidad de los más desfavorecidos y al poder sanador de la sonrisa de un niño. En ese sentido, Eduardo Zaplana hubiera sido una gran Miss, al menos a la vista de declaraciones tan vacías como: “Si tuviera ese poder eliminaría el hambre, la miseria, las desigualdades. Ojalá con sólo desearlo pudiéramos ayudar de verdad a los más desfavorecidos”. Pagar impuestos, no blanquear dinero negro y no estafar, también podría ayudar pero, bueno, eso… eso ya tal.

Podría haber sido peor

En agosto de 1992 se declaró un grave incendio en la Sierra Cortina de Alicante que, según todas las investigaciones, fue provocado. Como informaba el diario ABC, “la falta de medios técnicos para sofocar el incendio y la descoordinación de los recursos humanos” hizo que el fuego fuera aún más destructivo y acabase con cuatrocientas cincuenta hectáreas de una zona no urbanizable y de especial protección forestal. Eduardo Zaplana, por entonces alcalde de Benidorm, declaró que, a pesar de todo, “el incendio todavía podía haber tenido resultados más graves”. Efectivamente. Unos años después, se construyó en esos terrenos Terra Mítica.

Papá no lo sabe

El padre de Eduardo Zaplana quedó viudo muy joven. En su afán por cuidar, educar y proteger a su prole, nunca vio con buenos ojos que su hijo se dedicase a la política y menos aún en los turbulentos años de la Transición. “Lo que más siento es que mi padre muriera sin verme desarrollar mi actividad pública, para que hubiera tenido la satisfacción de ver que todo aquello tenía un sentido”. A la vista de los acontecimientos de los últimos días, tal vez haya sido mejor así.

Lo mejor de tu vida, me lo he llevado yo

Eduardo Zaplana y su esposa Rosa Barceló se conocieron cuando él tenía 16 años y ella 15. Se casaron en 1981 y, desde entonces, siguen juntos. “Pienso que el mérito fundamentalmente es de ella, que se ha adaptado muy bien a la vida de un político, a sus ausencias”, afirmó el del PP. Las malas lenguas, sin embargo, aseguraron que un buen día Rosa le puso las maletas en la calle. Se había hartado las ausencias. 
De las profesionales y de otras, que vinculaban al político con conocidas presentadoras de televisión. Evidentemente, todo era un infundio porque, no solo siguen juntos, sino que Rosa Barceló está siendo investigada en la causa que implica a su esposo, lo que supone que podría acabar como la esposa de Luis Bárcenas. Si eso no es amor, que baje Dios y lo vea.

Al César lo que es del César

Una de las frases más recordadas de Eduardo Zaplana es aquella que dice: “Estoy en política para forrarme”. En realidad esta afirmación nunca fue pronunciada por el exportavoz del Gobierno, sino por Vicent Sanz Monlleó aunque, a la vista de los acontecimientos, “se non è vera, è ben trovata”.

Zaplana, el marrajo de altos vuelos

CARTAGENA.- De las lujosas habitaciones de hoteles de cinco estrellas al minimalista calabozo de un cuartel de la Guardia Civil. Del palco del Cartagonova -o del Bernabéu, según toque- al módulo de ingresos del penal de Picassent. El exministro de Trabajo con José María Aznar y expresidente de la Generalitat valenciana, Eduardo Zaplana, completó a ritmo vertiginoso esta semana un descenso a los infiernos por el 'caso Erial', tras haber vivido a todo trapo más de dos décadas en la cúspide social española, se escribe hoy en la edición cartagenera del diario murciano La Verdad

Como si fuera una película de espías, documentos hallados por un imán sirio en un piso de Valencia que perteneció al expolítico cartagenero pusieron al instituto armado y a la Fiscalía Anticorrupción -previa intermediación de un arrepentido- sobre la pista de un entramado presuntamente orquestado para blanquear dinero procedente del cobro de comisiones cuando era presidente de la Comunidad Valenciana (1995-2002).
«¡Quién lo iba a decir! Todos habíamos escuchado cosas de Eduardo, pero no pensábamos que fuese a acabar así», admite, parco en palabras y perplejo, un destacado militante del PP regional que pide anonimato. Zaplana (Cartagena, 3 de abril de 1956) nunca tuvo mucho más contacto con los populares murcianos que las clásicas reuniones que en la etapa dorada del PP celebraba cada verano en la costa con Ramón Luis Valcárcel y sus respectivas cohortes. 
Su mundo estaba en Benidorm, a donde se trasladó de joven con su familia tras quedarse huérfano de madre; aunque sobre todo en Valencia y en la capital de España más recientemente. Por eso extrañó tanto que el expresidente regional Pedro Antonio Sánchez le nombrara en otoño de 2016 representante de la Comunidad Autónoma en el Consejo Social de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).
En círculos políticos y académicos se interpretó aquella designación como un regalo para que Zaplana pudiera reencontrarse con sus orígenes en un momento crucial de su vida: acababa de superar la fase más dolorosa de su tratamiento contra la leucemia, tenía aún reciente el duelo por la muerte de su hijo Edu y las revistas del corazón daban por roto su matrimonio a base de adjudicarle diferentes conquistas.
 Otros lo vieron como el servicio que un hombre con poder y contactos ofrecía a su tierra natal antes de una hipotética jubilación. Pero apenas ha sido relevante su paso por el Consejo Social de la UPCT, del que fue destituido el miércoles, pocas horas después de su detención. «Habrá venido dos veces a las reuniones y su participación no ha sido muy activa», según la socialista Teresa Rosique, que también ocupa un sillón en ese órgano.

Vivienda en la Muralla

«Algunos creímos que Pedro Antonio lo nombró para, después, hacerlo alcalde», dice una persona que ha coincidido con él varias veces en sus frecuentes visitas a Cartagena. Afincado en Madrid y Valencia, Zaplana había intensificado en los últimos tres años las visitas a su tierra, donde apenas le queda familia pero muchos recuerdos y varios amigos de la infancia. Por eso era frecuente verlo pasear con ellos algún viernes por la noche por la Puerta de Murcia y en La Manga Club. O comer con el exconsejero Juan Carlos Ruiz en el restaurante El Barrio de San Roque. 
Muy pocas veces ha faltado un Viernes Santo a su cita con la procesión del Encuentro de la Cofradía Marraja. De su padre, oficial de Marina en el Arsenal, heredó su devoción por la imagen de Jesús Nazareno que cada año sale de la Lonja de Pescadores al encuentro de la Virgen Dolorosa, la Pequeñica de los marrajos.
Su reencuentro con Cartagena ha sido paulatino desde que en 1997 pronunció el pregón de Semana Santa y se convirtió, además, en oráculo para algunos empresarios y políticos locales con los que se reunía en privado para hablar de turismo e infraestructuras. Recientemente oficializó su 'vuelta' con la compra de una vivienda de lujo en un edificio aún en reformas de la exclusiva Muralla del Mar -orientación a mediodía y espléndidas vistas al mar- y cuyo estreno ahora se antoja complicado. Antes de esa última adquisición había pedido precio por una antigua casona de la calle Medieras donde también tienen su sede los ecologistas de ANSE.

Ambición y negocios

Pero pese a lo que algunos pudieron creer, Zaplana no se postulaba para alcalde. Más bien iba buscando abrir nuevas vías para sus negocios, hacer contactos, aseguran dos empresarios que hace una semana coincidieron con él en el palco del estadio de fútbol de Cartagena, en el primer partido del Efesé por el ascenso a Segunda División. 
El exministro tenía en su círculo de amigos cartageneros al exalcalde socialista José Antonio Alonso Conesa, que por mor de sus tejemanejes le situó sorpresivamente en el punto de mira de la Guardia Civil dentro de la 'Operación Púnica'.
En un informe incorporado en enero a la causa que instruye la Audiencia Nacional, la Unidad Central Operativa (UCO) del Instituto Armado atribuye a Zaplana un presunto tráfico de influencias por mediar en una operación entre el conseguidor de la trama, Alejandro de Pedro, y la exalcaldesa de Madrid Ana Botella. Zaplana, a instancias del también investigado José Antonio Alonso, medió para que De Pedro presentara servicios de reputación 'online' a Botella en un encuentro que tuvo lugar en el verano de 2013 en una casa de la familia Aznar. 
«Querido compañero: Tu 'secre' ya tiene el perfil de Ana». En un mensaje interceptado por los investigadores, Alonso le trataba así, con la familiaridad alcanzada a base de encuentros con amigos comunes, como la senadora del PP Pilar Barreiro.
En otro informe posterior para el 'caso Púnica', la UCO establece supuestos vínculos societarios entre Alonso y el exministro, que aparentemente trataban de realizar negocios en América. Los guardias civiles sospechan que el segundo de ellos abrió numerosas puertas en Madrid al expolítico socialista reconvertido en 'conseguidor'. 
En su relación puede estar la clave de cómo el desconocido informático valenciano Alejandro de Pedro se convirtió, presuntamente, en pieza clave de los negocios de Alonso y de la trama corrupta en cuya cúspide la Guardia Civil sitúa a quien fue 'número dos' del PP madrileño con Esperanza Aguirre, Francisco Granados.
En el sumario del 'caso Lezo' también aparece el nombre de Zaplana, relacionado con el del expresidente madrileño Ignacio González, junto al que habría intentado hacer negocio con el Mar Menor vendiendo a la Comunidad, a través de intermediarios, un aditivo 'mágico', llamado Biofish, que acabaría con la contaminación de la laguna.
Caminar por el alambre es una vieja especialidad de Zaplana, marrajo en Cartagena y tiburón en los negocios. Su nombre siempre ha sido vinculado con el entramado de presunta financiación ilegal del PP valenciano, a pesar de que nunca fue probado. Ni siquiera cuando en 1990 quedó vinculado a un reparto de comisiones ilegales, el llamado 'caso Naseiro'. 
El Tribunal Supremo anuló la principal prueba incriminatoria: unas grabaciones telefónicas de la Policía en las que hablaba con el entonces concejal valenciano Salvador Palop de hacer negocios y repartirse «comisiones bajo mano». 
«Me tengo que hacer rico porque estoy arruinado. Me lo gasto todo en política», le decía en otro extracto de la conversación.
Hacerse rico, ganar pasta, ser un hombre influyente. Esas eran metas para quien su padre había trazado una carrera de aviador. Lo intentó en vano el hombre, pues ni las cartas que escribió a un contacto que tenía en el Ministerio de Defensa abrieron al espigado muchacho las puertas de la Academia General del Aire de San Javier. Finalmente optó por estudiar Derecho en la Universidad de Alicante, pero sin renunciar a los altos vuelos. La ambición ha sido a veces un defecto y otras una virtud para el artífice de Terra Mítica, cuentan quienes le conocen.
Con apenas 18 años, en su Benidorm de acogida, Zaplana se fijó en Rosa Barceló, hija de un preboste local dedicado a la política y a los negocios a partes iguales. De su mano y gracias a la 'ayuda' de una concejal socialista tránsfuga, se convirtió en 1991 en alcalde de la ciudad alicantina. 
Sigiloso, ágil y férreo como el marrajo que nada en las profundidades marinas, en 1995 se convirtió en presidente del Gobierno autónomo valenciano. Ingentes subvenciones caían por la chimenea del Palau de la Generalitat para destinarlas después a proyectos babilónicos, como el de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
 Aquel hormigón sirvió para forjar también la personalidad de un hombre que en 2002 fue llamado por Aznar para ocupar la cartera de Trabajo y Seguridad Social. En 2008 lo dejó todo para incorporarse a Telefónica y seguir con sus negocios. Los mismos que ahora le han llevado a dar con sus huesos en la trena.

Zaplana había pactado con Telefónica su salida antes de la detención: se iba en junio

MADRID.- Eduardo Zaplana había pactado ya su salida de Telefónica antes de su detención el pasado martes por el presunto cobro de comisiones ilícitas a cambio de la adjudicación de contratos públicos a empresas afines durante su etapa como presidente de la Comunidad Valenciana. La desvinculación efectiva se iba a producir a principios de junio coincidiendo con la celebración de la junta general de accionistas, fijada para el día 8 en Madrid, pero la Operación Erial precipitó los acontecimientos.

Según ha podido conocer El Independiente, el ex presidente valenciano negoció a principios de año con la dirección de la multinacional su salida, fijando ambas partes el mes que viene como fecha para formalizar la marcha. Se iba a poner así fin a una relación de una década, si bien en los últimos tres años Zaplana estaba principalmente centrado en el tratamiento de la leucemia que le fue diagnosticada a principios de 2015 y por la que tuvo que someterse a un trasplante de médula ósea.
El pasado martes, tan sólo unas horas después de que agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil lo detuvieran en Valencia por el presunto cobro y blanqueo de comisiones ilegales, Telefónica comunicó la suspensión inmediata de la relación laboral que mantenía con el ex dirigente del PP, que estaba adscrito en la actualidad al área de Asuntos Públicos. 
Su peso en el organigrama directivo había disminuido desde que José María Álvarez-Pallete tomó las riendas de la compañía en marzo de 2016 en sustitución de César Alierta, el ejecutivo que lo fichó.
El 30 de abril de 2008, Zaplana causó baja en el Congreso como diputado del grupo popular. Hacía menos de dos meses que el socialista José Luis Rodríguez Zapatero había vuelto a ganar las elecciones generales -celebradas el 9 de marzo y a las que el hoy encarcelado concurrió de número cuatro por la circunscripción de Madrid- y el dirigente del PP daba por terminada su carrera política -iniciada en 1991, cuando alcanzó la Alcaldía de Benidorm (Alicante)- para emprender la aventura en el sector privado.
Teléfonica le había hecho una oferta para que se convirtiera en el delegado de la compañía para Europa, aprovechando sus contactos a nivel internacional. Era una propuesta irrechazable: más de medio millón de euros de sueldo al año, coche oficial, tarjeta para gastos de representación, despacho… 
Su incorporación se producía en el ecuador de la etapa de César Alierta (2000-2017) como presidente ejecutivo de la multinacional española de las telecomunicaciones, que a finales de diciembre de 2007 había cubierto ya el cupo socialista nombrando consejero a Javier de Paz.
“El fichaje se produce tras la consolidación de la presencia de Telefónica en Europa, después de la adquisición de O2 y la antigua Cesky Telecom y la entrada en el capital de Telecom Italia, con el 10 % de las acciones con derecho a voto. Zaplana será también miembro de los Consejos de Administración de Telefónica O2 Europe y de Telefónica O2 República Checa”, justificó entonces la compañía. 
Ocurría hace 10 años, después de que Zaplana hubiera ocupado la cartera de Trabajo y Asuntos Sociales en el último gobierno de José María Aznar (2002-2004) y hubiera ejercido como portavoz del PP en el Congreso de los Diputados (2004-2008).
Años antes de que Zaplana se incorporara a la compañía presidida entonces por César Alierta ocultaba ya presuntamente en paraísos fiscales los fondos procedentes de las comisiones ilícitas que el grupo empresarial Sedesa -dirigido por Vicente Cotino Escribá, sobrino del ex presidente de las Cortes Valencianas Juan Cotino e imputado también en la Operación Erial– le habría pagado fuera de España a cambio de adjudicaciones tanto de estaciones de ITV como de autorizaciones para instalar parques eólicos en la Comunidad Valenciana. Ambos proyectos se aprobaron cuando Eduardo Zaplana presidía aún el Ejecutivo autonómico.
En el auto por el que la juez envió a prisión este jueves al ex dirigente del PP, la juez detalla que las mordidas se abonaron en Luxemburgo para dificultar su rastro y que parte de los fondos “fueron retornados a España durante los años 2005 y 2006”. 
Según expone la titular del Juzgado de Instrucción 8 de Valencia en la resolución, adelantada por El Mundo, se habría intentado repatriar el dinero mediante sociedades en las que figurarían como titulares personas vinculadas al ex ministro a modo de testaferros.
En esa operativa, la investigación otorga un papel estelar a Joaquín Barceló, ex director del Centro de Desarrollo Turístico (CDT) de Benidorm y antiguo responsable de Relaciones Institucionales en el parque temático Terra Mítica. 
Él figura como administrador único en dos de las sociedades -Medlevante SL y Gesdesarrollos Integrales SL- que, según la instructora, se habrían utilizado para canalizar el retorno de fondos. Detenido el martes, Barceló también ha sido enviado a prisión sin fianza junto a Zaplana y al asesor fiscal de éste, Francisco Grau.
La incógnita no despejada hasta el momento es por qué el ex presidente valenciano levantó las sospechas de la UCO intentando mover los fondos desde hace un año, después de que su nombre hubiera salido a relucir en las escuchas captadas por la Guardia Civil en el teléfono del ex presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González durante la investigación del caso Lezo
En los pinchazos, los agentes descubrieron que González le había propuesto “montar una estructura financiera” a través de Fernando Belhot -abogado uruguayo que facilitaba a sus clientes “estructuras societarias” opacas en países como Holanda, Estados Unidos o Uruguay- “para canalizar algún tipo de operación a medio, o largo plazo”. El ex ministro negó entonces tener relaciones mercantiles con el ex presidente madrileño: “Nunca he participado ni he auxiliado a nadie en la comisión de hecho delictivo alguno”.

Cambio de piso en Madrid

A sus 62 años y enfermo de cáncer (su esposa también se encuentra enferma), ¿quería disponer Zaplana de fondos ante su próxima salida de Telefónica, lo que hará que deje de ingresar un sueldo superior a los 600.000 euros al año y de disfrutar de otras ventajas asociadas al cargo? De momento, es sólo una hipótesis. Los investigadores no han interceptado ninguna conversación en la que el investigado aluda al motivo que le habría llevado a mover el dinero, según las fuentes consultadas. Éstas, con todo, consideran que esa explicación tiene lógica.
La inminencia de su desvinculación de Telefónica y la merma de los ingresos es lo que supuestamente llevó también al matrimonio a vender recientemente la casa que tenían en el Paseo de la Castellana -a solo unos metros del estadio Santiago Bernabéu- y comprar una vivienda más económica en el barrio madrileño de Chamberí. 
Está ubicada concretamente en el edificio en el que vivió y murió el escritor y dramaturgo alicantino Carlos Arniches, como acredita la lápida conmemorativa que luce en la fachada y que fue colocada en 1966 coincidiendo con el primer centenario de su nacimiento.

El yerno de Aznar, Alejandro Agag, implicado en el caso Zaplana

BARCELONA.- Las tramas de corrupción que asolan al Partido Popular, especialmente en el País Valencià y que siguen aflorando con operaciones policiales como la detención del expresidente de la Generalitat Valenciana Eduardo Zaplana y varios colaboradores suyos en el marco del caso Erial, podría llegar a salpicar al expresidente del Gobierno José María Aznar por la vía de su yerno, el empresario Alejandro Agag, de quien todavía es recordada su boda palaciega con Ana Aznar en el año 2002 en el real monasterio de San Lorenzo del Escorial, donde buena parte de los invitados han terminado procesados ​​por delitos de corrupción, recoge www.elnacional.cat

Según publican varios medios digitales, como El Confidencial Digital y OK Diario, el nombre de Agag suena cada vez con mayor frecuencia entre los mentideros políticos que hacen uso de información policial privilegiada hasta el punto que el mismo Partido Popular ya se estaría preparando ante la posibilidad que el yerno de Aznar acabe implicado en alguno de los casos que la justicia investiga, especialmente en relación a la celebración del campeonato de Fórmula 1 en València.
De hecho, OK Diario asegura que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investiga a Agag desde hace al menos dos años por su relación con el caso Erial, el mismo por el que ha sido detenido Zaplana y seis persones más bajo las acusacions de cohecho, blanqueo de capitales y fraude fiscal.
Agag, que mantuvo una estrecha amistad con Zaplana en su época de ministro de Trabajo bajo el gobierno de su suegro, José María Aznar, habría estado implicado en la construcción del circuito urbano de Fórmula 1 por las calles de València, razón por la cual su nombre aparece en documentación y declaraciones en poder actualmente de la Guardia Civil.
La cuestión es que la cúpula del Partido Popular ya estaria manejando esta información, previniéndose ante la posibilidad que el nombre de Agag sea finalmente investigado por orden judicial, especialmente ahora, cuando la detención de Zaplana puede convertirse en la punta de un iceberg de corrupción donde todavía muchas partes permanecen ocultas.
Según los citados medios, en el PP ya dan por sentado que las detenciones del martes no solo reabrirán viejas investigaciones sobre el circuito de Fórmula 1, sino también sobre el rescate a Valmor, la sociedad mercantil que poseía los derechos del trazado urbano, y que estaba gestionada por Bancaixa, Jorge Martínez Aspar y Fernando Roig.

El riesgo de fuga de Zaplana / Pedro J. Ramírez *

Conozco lo suficiente a Eduardo Zaplana como para querer creer en su inocencia, pero tengo a la vez las suficientes referencias sobre la profesionalidad de la juez Isabel Rodríguez, del fiscal jefe anticorrupción Alejandro Luzón y de los mandos de la UCO, que desarrollan una encomiable tarea en la lucha contra la delincuencia política, como para tener que contemplar la funesta hipótesis de que sea culpable.

Con el secreto del sumario cubriendo los resultados de dos años de investigación, es imposible saber hoy cual es la consistencia de las pruebas e indicios que vinculan al expresidente valenciano con el cobro de las comisiones presuntamente pagadas por la familia Cotino por adjudicaciones públicas, hace veinte años. La tentación estaba ahí; la necesidad, no. Carezco de suficientes elementos de juicio. No tengo formado todavía un criterio.

Mi amistad hacia el detenido empuja en una dirección, el sentido común en otra. Sería una monstruosidad que fuera víctima de un error de apreciación o que se le estuvieran apretando las tuercas, en pos de piezas que ayudaran a cuadrar un puzzle inconexo. Así no funciona -o no debería funcionar- nuestro Estado de Derecho pero…

Lo que se ha filtrado del auto de prisión afecta, es verdad, a personas estrechamente vinculadas a Zaplana e incluye nombres de empresas que habrían servido para repatriar al menos parte de lo pagado en el extranjero. Antes o después se levantará el velo y sabremos si son o no de Zaplana, si han sido utilizadas o no por Zaplana, si han desviado o no dinero hacia Zaplana. En caso afirmativo mi decepción será grande y me sentiré doblemente obligado a hacer constar mi censura pública más rotunda, pues hay conductas que jamás pueden quedar amortiguadas por ninguna relación personal. 

Es cierto, en cuanto a las medidas cautelares adoptadas por la juez, que sorprende que los presuntos sobornadores hayan quedado en libertad y el presunto sobornado sufra prisión incondicional. Tal vez tenga que ver con la prescripción de los delitos o con algún otro tecnicismo. O con un oscuro pacto de impunidad a cambio de una delación. Para la UCO y la fiscalía Zaplana era caza mayor. Tampoco tengo suficiente información para opinar sobre eso, aunque lo de los documentos olvidados en el falso techo me suene, desde luego, a cuento sirio.

¿Para qué entrar pues en esta liza, sin suficiente conocimiento de causa? En primer lugar porque en este momento en que lo habitual es ponerse de perfil, quiero reiterar mi relación de amistad con Zaplana. Los lectores deben saber a qué atenerse. Esa amistad surgió cuando era alcalde de Benidorm, se mantuvo mientras gobernaba en Valencia, quedó hibernada cuando fue ministro y portavoz parlamentario, pues me tocaba juzgar de cerca sus actos, y se reanudó con intensidad cuando dejó la política. Si su teléfono ha estado pinchado dos años, los investigadores nos habrán escuchado docenas de veces hablar sobre Rajoy, Aznar, Zapatero, la sucesión en Telefónica, la buena marcha de El Español o cuestiones familiares.

Precisamente por eso hay un aspecto de su situación procesal sobre el que sí tengo información detallada que me veo en la obligación moral de divulgar: el estado médico de Zaplana y su -perdóneme, Su Señoría- imaginario y absolutamente inverosímil riesgo de fuga. Nadie en sus circunstancias, tal y como yo las conozco, se plantearía una huída azarosa e incierta, con muchos visos de convertirse en un atajo seguro hacia la tumba.

Cuando a comienzos de 2015, reciente todavía el drama de la muerte accidental de su hijo, también enfermo, se le diagnosticó una variante de la leucemia de muy mal pronóstico, yo mismo le acompañé a Pamplona a visitar a los especialistas de la Clínica Universitaria de Navarra. Él viajó luego a Houston, para terminar sometiéndose en el Hospital La Fe de Valencia a un arriesgado trasplante de médula con su hermana como donante.

Desde el mismo día de la intervención, Zaplana sabía que viviría, al menos un año, en grave peligro de muerte por los riesgos de rechazo y que, una vez superada esa barrera, sería toda su vida un hombre a un hospital pegado, por un déficit crónico de defensas. De hecho, los protocolos de sus oncólogos le obligan a ingresar de inmediato siempre que tenga unas décimas de fiebre y a someterse, en todo caso, a una revisión intensiva cada dos semanas. Una vez al mes recibe un tratamiento específico de carácter regenerativo.

Ignoro en qué medida esto ha podido quedar reflejado en los distintos informes que, al parecer, sus abogados han presentado ante la juez. A veces los médicos utilizan de palabra términos muy rotundos y son más cautos cuando los ponen por escrito. Sí que puedo acreditar dos cosas: que, al menos en seis ocasiones, ha sufrido infecciones de diversa índole que han requerido su hospitalización urgente y han tenido a sus familiares y amigos en vilo; y que cada vez que ha planificado un viaje, por breve que fuera, ha suscrito el correspondiente seguro de cancelación.

Como algunos medios se han hecho eco de ello estos días, viene a cuento añadir que, para colmo de desdichas, también a su esposa, Rosa Barceló, se le ha diagnosticado recientemente una enfermedad similar que requiere tratamiento médico intensivo. La hemos visto fotografiada a la puerta de la prisión con rostro demacrado. Es una mujer dulce e inteligente que huye de los focos y nunca da entrevistas pero que, más allá de dimes y diretes, se ha convertido en el punto de amarre de una familia golpeada por las desgracias. Si no me equivoco, a eso es a lo que en términos judiciales se le denomina “arraigo”. Todo un antídoto para el riesgo de fuga de una persona sana; no digamos para el caso de un enfermo crónico que acaba de enterarse de que su mujer comparte su propio drama médico. 

Me parece imposible que el auto de prisión incondicional, dictado por la discreta y respetada titular del juzgado número 8 de Valencia, no incluya ninguna referencia a ninguna de estas circunstancias, cuando se refiere al riesgo de fuga como uno de los dos motivos fundamentales de la prisión provisional sin fianza, dictada contra Zaplana. 

Leo y me cuentan que Su Señoría alude a otras “experiencias”, relacionadas con la falta de control fronterizo y la libertad de movimientos en la Unión Europea, como si hubiera algún paralelismo con la fuga de Puigdemont y sus consellers. También, que se especula con que Zaplana podría esconderse y pasar desapercibido en países en los que no es conocido, como si se tratara del contable de un banco huido tras un desfalco. Pero es obvio que tiene que haber quedado traspapelado algún párrafo en el que Su Señoría se refiera específicamente a esos lazos hospitalarios y familiares, en una situación tan exponencialmente límite como la de Zaplana.

Tal vez confiando en la subsanación de ese descuadre, su abogado, Santiago Milans, ha presentado un recurso de reforma ante la propia juez Rodríguez. Tampoco conozco el texto pero se ha difundido que el letrado invoca el artículo 508 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Supongo que como medida paliativa, si no se le concede la libertad bajo fianza. Su literalidad dice: “El juez o Tribunal podrá acordar que la medida de prisión provisional del investigado o encausado se verifique en su domicilio, con las medidas de vigilancia que resulten necesarias, cuando por razón de enfermedad el internamiento entrañe grave peligro para su salud”. Cualquiera diría que el legislador pensaba exactamente en un caso como este.

Es de sentido común que una detención domiciliaria con control de comunicaciones desactivaría también el riesgo de destrucción de pruebas, invocado por la fiscalía y asumido por la juez como segundo gran fundamento de la prisión provisional. Es obvio que, una vez registrado exhaustivamente el domicilio, sin poder abandonarlo y sin más contacto que con su familia, pocas pruebas podría destruir Zaplana, en el caso de que, al cabo de más de dos años de instrucción secreta, quedara alguna que los investigadores no hubieran examinado ya del derecho y del revés. 

Suelen decir los letrados más curtidos que esperar que un recurso de reforma prospere es como confiar en que vuelen las ovejas o las ranas críen pelo. Sugieren así que no hay juez o tribunal que cambie de criterio en un fin de semana, pues hacerlo supondría reconocer que no ha ponderado adecuadamente algún elemento significativo en su resolución previa; y la disposición a rectificar no es propia del estamento judicial, y menos en un país con tanto orgullo como el nuestro. Si encima el presumible informe desfavorable de la fiscalía retroalimenta la perseverancia de quien debe decidir, pues todo queda siempre en cuatro frases retóricas que a modo de cláusulas de estilo zanjan la cuestión. 

Por eso he escuchado incluso que presentar este recurso de reforma supone una "pérdida de tiempo", en la medida en que dilata, siquiera en unos días, la presentación del de apelación que verá una sala de tres magistrados de la Audiencia Provincial de Valencia, sin el condicionante de una decisión anterior. A lo mejor soy un ingenuo crónico, pero yo sin embargo creo que cada juez es la Justicia y no debe descartarse nunca que argumentos con tanto peso como estos puedan abrirse paso en la conciencia individual de quien debe resolver. 

Insisto en que -como suele decirse tópicamente- no pongo la mano en el fuego por la inocencia de Eduardo Zaplana, por mucho que la desee. Tampoco estoy siquiera cuestionando la pertinencia de su prisión incondicional. Habría mucho que escribir sobre el abuso de este recurso procesal, pero no voy a hacerlo cuando la medida afecta a alguien respecto a quien no soy imparcial.

Lo único que planteo es que, si la juez considera imprescindible tenerlo bajo control, por razones de elemental humanidad y estricta legalidad, esa privación de libertad tenga lugar en su domicilio en los términos previstos por ese artículo 508 de la LEJC. No sé si es verdad, como se ha publicado, que Zaplana tuvo que compartir celda con dos reclusos que fumaban y que fue ingresado después en la enfermería con algo de fiebre. Pero es obvio que prolongar situaciones de riesgo de esa índole, para alguien con su cuadro clínico, es jugar cruel e innecesariamente a la ruleta rusa.

Y de la misma manera que no sé si Zaplana cobró o no de los Cotino, si Zaplana ha ocultado o no dinero en paraísos fiscales, si Zaplana ha blanqueado o no parte de esos fondos -la Justicia hablará cuando deba hacerlo-, estoy tan seguro de que su riesgo de fuga es ninguno, que si viviéramos en una cultura como la de la Revolución Francesa, en la que se contemplaba esa práctica, yo mismo me ofrecería como rehén ante Su Señoría para garantizar su sometimiento a la acción de la Justicia.


(*) Periodista y editor de El Español


https://www.elespanol.com/opinion/20180527/riesgo-fuga-zaplana/310588940_12.html

Tres historias de Zaplana / Javier Alfonso *

No repuesto aún de la impresión por la entrada en la cárcel de Eduardo Zaplana, el mismo día del ingreso de Milagrosa Martínez y de la publicación de la sentencia del caso Gürtel que ha convencido a Rivera el resto ya lo estaba de que Rajoy no debe continuar, uno empieza a mirar los detalles y se pregunta cosas. 

Por ejemplo, por qué los magistrados de la Audiencia Nacional renunciaron a cambiar la historia de España, que es lo que habría pasado si en lugar de hacer pública la sentencia –fechada el 17 de mayo– el jueves día 24 la hubieran anunciado el 23 por la mañana, horas antes de que Ciudadanos y PNV dieran aire al Gobierno aprobando los Presupuestos Generales del Estado, sin los que habríamos ido a elecciones anticipadas.

También hay que tener mucha fe en las casualidades para creer la historia del sirio que vivía en la casa que habitó Zaplana y que durante una reforma encontró los manuscritos que han llevado al expresident a la perdición. Es tan inverosímil que hasta podría ser cierta por aquello de que la realidad supera a veces la ficción, pero lo cierto es que al CNI se le ha ido la mano al reescribir el guion. Habría sido más creíble que los papeles hubieran salido por despecho de alguien que ya no se sintiera correspondido en el amor o en los negocios.

La detención y encarcelamiento de Zaplana han motivado el rescate en la prensa de algunas de sus andanzas que fueron publicadas en su día sin ninguna repercusión judicial ni electoral. Merece la pena recordar brevemente tres que ilustran sus maneras como gobernante y la impunidad con la que hizo y deshizo durante siete años.

La regasificadora de Sagunto

En enero de 2001, Unión Fenosa presentó un proyecto para construir una planta regasificadora en el puerto de Sagunto, con una inversión de 180 millones de euros, desconociendo –grave error– que en la Comunitat Valenciana no se movía una hoja y menos de ese tamaño sin el plácet de Zaplana. Y sin pasar por caja. 

El liberalismo sui generis del president –en 1995 se publicó el libro Eduardo Zaplana, un liberal para el cambio, de Rafa Marí, prologado por José María Aznar– se puso de manifiesto cuando en lugar de alegrarse por la inversión, creó a toda prisa una empresa paralela participada por la Generalitat, 'sus' cajas de ahorro, Iberdrola y la patronal azulejera Ascer para "estudiar la viabilidad" de una regasificadora en la Comunitat –algo que ya había hecho Fenosa–, elegir la mejor ubicación y promoverla.

El estudio, cocinado en tiempo récord y nunca publicado, concluyó que la regasificadora tenía que instalarse en Castellón y que, lógicamente, no podía haber dos regasificadoras separadas por solo 40 kilómetros. Así que el propio Zaplana y su conseller Fernando Castelló amenazaron públicamente a Unión Fenosa con torpedear su proyecto si no se unía al promovido por la Generalitat e Iberdrola, la eléctrica hegemónica en la Comunitat, muy querida por nuestro liberal presidente, defensor de antiguos monopolios como Telefónica, donde acabó recalando en un puesto de nueva creación con un sueldazo que mantuvo hasta el martes pasado.

Tras un pulso que duró once meses sin que Aznar moviera un pelo del bigote, la batalla quedó en tablas. La regasificadora se instaló en Sagunto porque el estudio de verdad era el de Unión Fenosa, pero la empresa que presidía José María Amusátegui tuvo que dar entrada a Iberdrola y comprar por 600.000 euros la sociedad impulsada por Zaplana que hizo el informe que no sirvió para nada. Si así obró con una de las grandes eléctricas del país, que no haría con los empresarios más débiles. 

La ITV

La privatización de la ITV valenciana en 1997 fue el primer gran escándalo en la gestión de Zaplana, que le sirvió para comprobar que en materia de contratación podría hacer y deshacer a su antojo sin ningún perjuicio judicial ni electoral. Está más que publicado cómo las estaciones de ITV se repartieron entre amiguetes, pero en uno de los lotes la ilegalidad fue tan manifiesta que cabe preguntarse si Zaplana tenía amigos en la fiscalía y la judicatura, como los tenía en Hacienda, para salir indemne. 

En ese lote compitieron una UTE formada por la líder nacional del sector, Itevelesa, y la principal caja de ahorros valenciana, Bancaja –aún no del todo controlada por Zaplana–, frente a una oferta compuesta por sociedades recién creadas y empresarios amigos sin experiencia en el sector. Los criterios de adjudicación eran tres: precio, experiencia y solvencia financiera. 

En precio empataron. En experiencia y solvencia ganaron los amigos, que ni tenían experiencia ni solvencia. Luego llegó Rafael Blasco –hoy podrá comentar la jugada con Zaplana en Picassent– y nos subió aún más las tarifas de la ITV para que los amigos que aún no habían vendido sus estaciones hiciesen caja. Lo estamos pagando cada vez que pasamos la inspección.

A partir de ahí, vinieron otras privatizaciones a dedo como las resonancias magnéticas o los hospitales públicos –Ferran Belda publicó en su columna de Levante antes de convocarse el concurso de Alzira que se lo llevaría Adeslas, y se lo llevó–, o la promoción de la ruinosa Terra Mítica con empresarios amigos.  

La caja fija

En los años noventa la caja fija de la Generalitat no despertaba el más mínimo interés político. Los anticipos de caja fija son gastos sin fiscalización previa para pequeños gastos periódicos o repetitivos, como taxis, dietas y comidas de trabajo. ¡Qué has dicho! Zaplana se encontró con que podía gastar, según la normativa estatal, el 7% del presupuesto de esta forma pero repartió tantas visas entre sus altos cargos e hicieron tal uso de ellas que acabó aprobando un decreto autonómico y elevó el límite de gasto al 12% del presupuesto con un límite por factura de dos millones de pesetas (12.000 euros).

De la caja fija no se habló hasta que Uncio se gastó 7.000 euros en regalos y la compra en Mercadona y, más recientemente, de cuando Cristina Serrano pagó comilonas y un hotel de cinco estrellas en Nochevieja, tras lo que Alberto Fabra retiró la visa a los altos cargos. Transparencia debería publicar no solo la caja fija de ahora, sino la de entonces. Lo que nos íbamos a reír.

Zaplana era liberal solo en la primera acepción del Diccionario: "Generoso o que obra con liberalidad" –con dinero ajeno, el nuestro–, o en la cuarta: "Que se comporta o actúa de una manera alejada de los modelos estrictos o rigurosos". Baste decir que su conseller de Economía y Hacienda era José Luis Olivas, al que Eduardo y Rafa esperan en Picassent. 


(*) Periodista y director de Valencia Plaza