El presidente de la CHJ señaló que le sorprendió «la parsimonia» que vio en la reunión del Cecopi, cuando en la confederación «estaban todos atacados» para que se mandaran avisos a la población de que subiera a pisos altos y abandonara los coches.
Polo afirmó que a las 10 de la mañana, con un aviso rojo, que quiere decir
que se «podía generar una inundación equivalente a 100 años de periodo
de retorno», ya se podían haber planificado y lanzado «los mensajes
correspondientes».
«La velocidad con la que se propaga una avenida es brutal», recalcó
Polo, que, por ello, insistió en que no entendía «cómo no se podían
tomar decisiones a la velocidad que tocaba». Y llegó a aseverar que «no
tomaban decisiones» y «allí cuanto menos hablaras era mejor, porque en
todo se liaban ellos mismos».
Polo comunicó a la magistrada que, en aquella reunión, instó dos
veces a enviar alertas a la población, y razonó que hay dos mensajes de
protección civil --un campo en el que «no tiene competencias» el
organismo que encabeza-- que son «de manual y que todo el mundo
entiende: subid a los pisos altos y abandonen el coche».
Así se desprende de la transcripción de la comparecencia en calidad
de testigo de Polo ante la jueza de Catarroja que investiga la gestión
de la barrancada que arrasó gran parte de la provincia de alencia y dejó
229 víctimas mortales.
Como ya trascendió el mismo día de la testifical --el 19 de
septiembre--, Polo detalló que él mismo propuso en el Cecopi del 29 de
octubre de 2024 --tras arrancar a las 17.00 horas y tras una «pequeña
desconexión»-- que se «mandara un mensaje a la población», porque dos
años antes había conocido por medio del ex secretario autonómico de
Emergencias con el Botànic José María Ángel que existía un sistema que
permitía el envío de alertas a zonas electivas.
«Bueno, manden un
mensaje a la población», dijo.
En la transcripción del testimonio, el responsable de la confederación relata que «entonces empieza a
haber un debate sobre esta situación» y por parte de la Conselleria (de
Interior) se preguntaba por qué se declaraba un escenario, que qué
significaba eso«.
Polo recalcó que »no daban crédito a eso, porque son
cosas que están recogidas en el plan de inundaciones".
Añadió que todo era «preguntas sobre lo que suponía» y que él le explicó que había muchas razones para declarar el escenario de
emergencia de la presa y que «en situación de avenida, una situación
recogida en el plan, cuando empieza a llenarse de una manera muy grande
existe la incertidumbre de que la presa pueda llegar a verter por
coronación».
«En ningún momento --recalcó-- dijo que la presa se iba a
romper», sino que existía «incertidumbre de qué pasa si la presa
desborda por coronación».
De acuerdo a la descripción de Polo, había constantes debates entre
los que estaban en el centro de l'Eliana y lo que se veía en la CHJ era
que en Emergencias «no se están tomando decisiones».
Por su parte, la
situación era «tensa al ver que no se tomaban decisiones», insistió.
Además, le quedó «grabado» que el subdirector de Emergencias, Jorge
Suárez, le insistió en varias ocasiones a la entocens consellera Salomé
Pradas cuando ella tenía dudas sobre si podía tomar alguna medida que
estaba «amparada» por la ley.
Polo llegó a decir qué pueblos había debajo de la presa que podían
verse afectados basándose en que el jefe de explotación llevaba una hoja
del plan de emergencia de la presa con hidrograma de rotura de la
presa. Los dos primeros eran Real y Montroy, porque los municipios
anteriores --Turís, Yátova o Macastre-- no están junto al rio Magro, lo
que es el casco urbano.
El declarante vio los calados y volvió a decir: «Envíen un mensaje a
la población diciendo que suban a los sitios altos», en referencia a la
ribera del Magro y al bajo Júcar porque «en toda esta explicación había
explicado que esto llegaría al Júcar».
El Magro desemboca en el Júcar en
Algemesí y luego tienes todos los pueblos de la Ribera baja, detalló.
Pero, prosiguió, en el Cecopi «debían manejar otra información porque
esa reunión termina con que se iban a enviar dos mensajes a la
población, uno a una zona concreta que es donde la CHJ está diciendo que
se envíe el aviso de la situación de la presa y otro a toda la
provincia, que ellos en ese momento no sabían a que se referían, por eso
cree que debían tener otra información».
Ese momento corresponde a
alrededor a las 18.00 horas, cuando tuvo lugar una desconexión.
Durante el parón del Cecopi hicieron sus gestiones, estaba al tanto
de lo que estaba pasando, tuvo diversas llamadas y dio por hecho que
toda la información la estaban transmitiendo emergencias a los
ayuntamientos, «que es quien tiene que hacerlo».
Pasadas las 18:45 horas, subió el jefe del servicio del SAIH,
diciendo que se ha enviado un aviso de caudal del Poyo, sobre las 18.50
horas. El aviso se manda desde la sala del SAIH a las 18:43 h. Es un
caudal «evidentemente importante, pero congruente con todo lo que estaba
pasando», sostuvo Polo.
«Si en la presa de Forata estaban entrando 2000
m3/seg., la acequia Real del Júcar es mas grande que el rio Magro por
Utiel. Tu estas viendo esos caudales, tampoco te llega a sorprender lo
que está pasando por el Poyo», dijo.
Indicó que «1.600 metros cúbicos por segundo es un caudal de desbordamiento claro del barranco del Poyo,
pero también es un caudal de desbordamiento del Magro 2.000 metros
cúbicos por segundo. La gravedad de los 1.600 no son los 1.600, es que a
esa misma hora ya hay 2.000 por la Horteta», hay «no se cuántos mil por
el barranco de los Caballos» y entran «2.000 metros cúbicos por un
cauce más pequeño que la acequia real del Júcar».
«Si solo hubiera habido 1.600 en el barranco del Poyo, no hubiera pasado
prácticamente nada de lo que vimos», afirmó Polo, quien insistió en que
a las 18:43 horas él no tenía información del resto de barrancos o
ramblas, donde se pueden producir crecidas repentinas «y no hay tiempo material de aviso si no te has anticipado
antes».
El SAIH «es muy robusto y, afortunadamente, el día 29, salvo
cuando los caudales se desmadraron y empezaron a arrastrar sensores, el
sistema no falló», declaró el presidente de la CHJ, quien hizo hincapié
en que a los datos de este sistema tiene «acceso cualquiera» y que el
SAIH «no predice», sino que «observa».
Detalló que los umbrales de aviso «no son umbrales de peligrosidad, solo
tienen la finalidad de avisar de que empieza la escorrentía», y que,
una vez suenan, en el tiempo de comprobación de los datos «es
perfectamente posible que se solapen», pues en solo 20 minutos el caudal de la rambla del Poyo se duplicó y pasó de 800 a 1.600.
A las 19:00 y poco, les vuelven a conectar al Cecopi, y se da cuenta
de que no han enviado el mensaje todavía. «La reacción de toda la sala
donde está la CHJ es dar un grito. Dijeron 'Pero por favor, ¿Aún no
habéis mandado el mensaje?'».
En su comparecencia, Polo también se refirió al vídeo del Cecopi en
el que se ve a Salomé Pradas diciendo que «no le apetecía hablar» con el
presidente de la CHJ. Al respecto, comentó que «le da igual» y
puntualizó que lo que le sorprende es «la parsimonia con la que se está
tratando un asunto que es de la máxima gravedad».
Polo dio detalles del funcionamiento del sistema SAIH que, para cada
punto, sean pluviómetros, caudales o niveles, tiene unos umbrales de
aviso. Y sobre la información que la CHJ transmitió en el Cecopi, expuso
que era sobre la presa de Forata, porque es información que no llega de
otra manera.
Y agregó que él «no podía dudar de que Emergencias, que
tiene las mismas herramientas que tiene él, más las que tienen ellos, no
estaba haciendo lo que tiene que hacer».
Asimismo, apuntó que la información que la CHJ da para protección
civil en ese caso es de lluvia e hizo notar que la información del
sensor «está ahí y no deja de ser redundante», tenía acceso «cualquiera»
y el seguimiento de los caudales «corresponde a mucha más gente que
solo la CHJ».
En su opinión, la planificación «tenía que haberse hecho muchísimo
antes». De hecho, explicó que el sensor está en un punto a partir del
cual se incorporan más barrancos, y cuando detecta esa crecida súbita,
Paiporta saben que está inundado ya.
«Porque por el Barranco de Horteta
han ido como 2.000 metros cúbicos, y está inundándose ya a las 18:30.
Aguas arriba se incorpora el barranco Gallego que cruza la A-7 y tiró un
puente, eso ocurre antes de lo del sensor. Debía haber muchas alertas ya
en emergencias».
En este punto, argumentó que uno de los «puntos fuertes» del modelo
de predicción adoptado por Aemet es «precisamente porque una de las
cosas que predice con bastante robustez son las lluvias convectivas, las
propias de la dana».
Por tanto, no entiende «cómo a las 10 am, con
aviso rojo, teniendo en cuenta lo que eso significa, no se había hecho
una planificación».
Miguel Polo añadió que, si tuviera que cambiar algo, «no daría por
hecho que Emergencias está haciendo lo que toca, que no está haciendo
una planificación a las 10 am, que es cuando hay que hacerla, cuando
tienes un aviso», puesto que «hay muchísima información para anticiparte
a lo que pueda pasar».
Indicó que los agentes medioambientales de la CHJ «no tienen funciones de
control de cauces en avenidas» y que en algunas ocasiones «puede
ocurrir que el SAIH falle» y entonces se les llama.
El día de la dana,
explicó que contactó con tres agentes medioambientales que «no dejaron
de estar a pie de cauce», señaló. Polo señaló que nadie del Centro de
Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana contactó con ellos para solicitar datos o pedirles opinión o interpretación
de los datos de pluviometría o hidrológicos que se estaban registrando,
y que no entiende por qué en el Cecopi «no se tomaban decisiones» ni se
seguían los consejos de la confederación.
Insistió en que la intervención de la CJH en el Cecopi debía ser
informar sobre el estado de las presas y en que toda la información
pluviométrica se trasladaba a través del SAIH de manera automática, y
dijo que cuando el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón,
se incorporó parecía que dirigía el Cecopi porque era «el que daba la
palabra».
Polo relató también las dudas de la entonces consellera de
Interior, Salomé Pradas, para tomar medidas, sobre lo
que el subdirector de Emergencias, Jorge Suárez, le dijo varias veces
que tenía «todas las facultades para tomar todas las medidas» que
considera necesarias.