domingo, 17 de agosto de 2008

Las comunidades autónomas aglutinan más del 50% de los empleados públicos

MADRID.- Las comunidades autónomas cuentan con 1,3 millones de empleados públicos, lo que supone un 50,4% de los 2,5 millones de funcionarios que trabajan para todas las administraciones públicas de España, según datos publicados por el Ministerio de Administraciones Públicas.

Tras las instituciones autonómicas se sitúan las locales, que cuentan con un personal de 623.214 trabajadores, es decir, un 24,1% del total.

A continuación se encuentra la Administración General del Estado (AGE), que cuenta con 234.821 empleados públicos, un 9% del total. Si al personal de los ministerios se añaden los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las Fuerzas Armadas, la Administración de Justicia y otras entidades y organismos públicos, la cifra se eleva hasta los 561.551 trabajadores, un 21,7% del total. Las universidades, por su parte, cuentan con 97.849 efectivos, un 3,8% del total.

Con respecto a 2007, las cifras de empleados públicos de este ejercicio experimentan un ligero ascenso, según el Ministerio de Administraciones Públicas. Así, los funcionarios de las comunidades autónomas experimentaron un crecimiento del 3,1% y los de las entidades locales, del 3,5%. Mientras, los trabajadores de la Administración Pública Estatal registraron un aumento del 1,5%.

En cuanto a la distribución por sexos, la AGE y la Administración de Justicia son los dos únicos organismos de la Administración Pública Estatal donde el número de funcionarios mujeres supera al de hombres. Así, en el primero, las mujeres representan un 51,21% del total, mientras que en el segundo representan el 63,37%.

Por su parte, en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sólo el 6,24% son mujeres, un porcentaje que se duplica en las Fuerzas Armadas, donde la cifra llega al 12,24%. Mientras, en las entidades públicas empresariales, el 20,27% de sus empleados son mujeres.

Respecto a la distribución territorial de los trabajadores de la AGE, el 36,55% de los empleados trabaja en Madrid, mientras que el 60,24% lo hace en los servicios adscritos a las delegaciones del Gobierno en las demás comunidades autónomas. En el extranjero trabajan un total de 7.512 empleados públicos.

Churruca sobrevive a 17 años de guerra 'fratricida'

VALENCIA.- El grupo valenciano cierra la batalla judicial por el control de la marca y refuerza su expansión internacional, según publica hoy "El Mundo".

Churruca es una marca asociada al imaginario de los niños de varias generaciones, una referencia de pipas siempre reconocidas por su logotipo, el del orondo cocinero. La empresa, fundada en Valencia en 1932, en plena II República, fue ganando tamaño en los años del desarrollismo franquista.

Se convirtió, de la mano del fundador José López Palazón y de su mujer Josefa Lluch Casamayor, en una de las principales compañías de frutos secos de España. Como ocurre con tantas empresas familiares, el paso a la segunda generación derivó, con los años, en un periodo de inestabilidad entre los hermanos Luis y José López Lluch. El motivo de la disputa fue la marca y el logotipo de Churruca. ¿Quién tenía derecho a utilizarlos para la comercialización de las pipas?

Esa discrepancia entre los hijos del heredero no tuvo una pronta resolución: tuvieron que transcurrir 17 años de litigio judicial para que Luis López Lluch se adjudicase en julio, en subasta judicial, la marca y el logotipo por 7,1 millones de euros, en la que también participó su hermano José y otros dos postores.El consejero delegado de Productos Churruca, al ser copropietario de la marca y el logotipo, sólo tuvo que pagar, días después, la mitad del precio de adjudicación.

El enfrentamiento entre ambos hermanos por la copropiedad de la marca y el logotipo comenzó en 1991, después de que Luis se hiciera con el control de la compañía mediante dos ampliaciones de capital, impugnadas luego por su hermano. El Tribunal Supremo dio la razón a Luis, según la versión facilitada por el bufete Boronat Abogados, que le ha asesorado en este largo procedimiento.Como respuesta, José López Lluch constituyó una empresa paralela, STI Ibérica, con la que desde 1998 comenzó a comercializar frutos secos bajo la marca Churruca.

Esta situación anómala fue denunciada por Luis ante los tribunales, pero no logró que le dieran la razón. Ambos hermanos tenían derecho a utilizar la misma marca al interpretar que no era propiedad de la sociedad Productos Churruca, concluyeron los jueces. Una sentencia posterior, de 2003, indicó que el litigio habría de resolverse sacando la marca a subasta. Entretanto, Luis López Lluch hizo lo posible por distinguir su actividad empresarial de la de su hermano, «con mis propios signos, marcas y logotipos», para evitar confusiones ante terceros.

Parón del consumo

Resuelta la disputa por la marca, Productos Churruca, que tiene su sede social en Quart de Poblet, afronta ahora una etapa de expansión tanto en el mercado nacional como en el extranjero, que representa ya el 30% de su facturación, que ascendió a 30 millones de euros en 2007, con un Ebitda de 2,8 millones. La firma confía en repetir ambas cifras este año, en un sector que también ha notado un parón del consumo aunque inferior a otros. El objetivo es aumentar las ventas entre un 6% y un 8% en 2009 con el lanzamiento de productos y la entrada en nuevos mercados, avanzó Luis López Lluch.

Como otras compañías de alimentos, Churruca ha tenido que sortear el incremento del precio de las materias primas, cifrado en un 20%, aunque se ha suavizado en los últimos meses. Se abastece sobre todo en España: aquí compra las avellanas, las almendras, las pipas o el maíz. Pero también se ve obligada a surtirse de producto de Argentina y Estados Unidos para responder al crecimiento de su demanda. «Apostamos por la agricultura española», comenta López Lluch, en referencia a la prioridad que concede a los proveedores nacionales.

En el mercado nacional, Churruca trabaja con sus marcas propias para cadenas de supermercados e hipermercados, entre ellas, Alcampo, Consum, Vidal, Mas y Mas y Miquel Alimentació.

Productos Churruca está inmersa en un proceso por ampliar sus mercados en el exterior. Hoy vende en la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Australia, Marruecos y Oriente Medio, «una región muy interesante» para el crecimiento de la compañía, en la que tiene acuerdos comerciales con socios locales, explicó López Lluch. En esta zona, Churruca diseña «productos a la carta» para sus potenciales clientes, agregó. En Japón, donde tiene todavía una presencia reducida, negocia un acuerdo con el fabricante de cerveza Sapporo Beer para introducir en mayor medida sus frutos secos.

Como complemento a su negocio tradicional de frutos secos, Churruca dispone también de un centro en Lyon (Francia) para distribuir en exclusiva para Europa snacks dulces de las multinacionales niponas Meiji Seika y Lotte. Churruca cuenta además con una sociedad para comercializar golosinas en la Comunidad Valenciana, Murcia y la provincia de Cuenca.

Una de las prioridades de la empresa es la investigación y desarrollo (I+D) de nuevos productos. Este departamento depende de manera directa de la dirección de la compañía. La firma destina cada año un 2,5% de sus ventas a I+D. López Lluch avanza que los productos que lanzarán este año son «snacks sanos y fáciles de digerir», pensados para «la gente joven o que se siente joven».

Para mantener la modernización de sus instalaciones y así mantener su cuota de mercado en frutos secos, que cifra en un 20% en España, Productos Churruca ha invertido 30 millones de euros en los últimos 14 años.


Marina d'Or, paradigma del turismo, no escapa a la crisis del ladrillo

CASTELLÓN.- Apartamentos en primera línea de playa y buen tiempo todo el año es la receta que en los últimos años contribuyó al éxito del complejo de vacaciones Marina D'Or, en la costa castellonense, que no ha podido escapar a la crisis del sector inmobiliario.

Símbolo de la edad de oro del 'boom' de la construcción en España de la última década, la promotoria inmobiliaria Marina D'Or no tardó mucho en construir su "ciudad de vacaciones" en la localidad de Oropesa del Mar, a unos 100 km al norte de Valencia, en la costa mediterránea.

Más de 10.000 apartamentos que se vendieron rápidamente y cinco enormes hoteles enmarcan un trecho de playa, cada uno con su piscina, formando una especie de paraíso del turismo para miles de familias españolas de clase media.

Marina d'Or no se ha librado de la crisis que desde hace meses sufre el sector de la construcción de viviendas en España. El beneficio de este grupo cayó casi un 50% en 2007 y las ventas de apartementos bajaron un 60%. Un millar de empleados se han quedado sin trabajo, sobre todo obreros extranjeros con contratos temporales, y la gran campaña publicitaria de los últimos años ha desaparecido.

"Es más difícil vender pisos ahora", reconoce el presidente de Marina D'Or, Jesús Ger. Ex vendedor de colchones de 62 años, ejemplo de los "nuevos ricos del ladrillo", explica estos malos resultados por las "dificultades de financiación que encuentran las familias interesadas en adquirir una vivienda".

En un año, el precio de los apartamentos de segunda mano ha pasado de 300.000 a 200.000 euros y siguen sin venderse, según el diario económico La Gaceta de los Negocios.

"Somos prudentes en el inicio de nuevos proyectos de obras", según Ger, que espera ahora que las autoridades regionales aprueben su último plan, la construcción de la "mayor ciudad de vacaciones de Europa", Marina D'Or Golf.

Antes de su construcción, este proyecto que incluye siete hoteles de lujo en 18 millones de m2 ya ha sufrido los ataques de los ecologistas. Greenpeace lo incluyó en su lista de "puntos negros" de la costa española en su último informe y recuerda que este nuevo complejo, que incluye tres campos de golf, está proyectado en una de las regiones más secas del país.