miércoles, 17 de diciembre de 2025

Experto asegura que los colectores están "peor" que antes de la dana: "La misma lluvia de hace dos años ahora inunda"

 VALENCIA.- El subdirector de Infraestructuras de la Universitat Politécnica de València (UPV) e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Miguel Ángel Galán Eguibar, ha advertido de que la red de colectores está «colapsada» y, por ello, en «peor» estado que antes de la dana del pasado 29 de octubre de 2024, que afectó a gran parte de la provincia de Valencia y dejó 230 fallecidos.

«Una misma lluvia que se generase hace dos años y no inundase una población, ahora mismo sí que va a inundar muchas calles», ha sostenido el experto, que ha explicado que existen varias cuestiones que han propiciado que esta red esté colapsada y que, ante episodios de lluvias como los sufridos estos días, no consiga dar respuesta y tragar todo el agua que reciben.

Entre ellos, ha señalado el hecho de que, durante las tareas de limpieza tras el paso de la dana, la gente que estaba ayudando a despejar las calles vertía el barro en el alcantarillado lo cual ha generado que «haya quedado completamente cegada de sedimentos».

Según ha explicado, los sedimentos de Valencia tienen «dos particularidades» que hacen más complicada su eliminación: su tipo y el agua que los compone.

En primer lugar, ha indicado que, Valencia, al situarse geográficamente en una zona inundable, tiene sedimentos de tipo «limo gris» que es «una partícula muy fina» que, al contacto con el agua, se queda en una textura «muy parecida» a la de «la harina» cuando se moja por lo que es «muy pegajoso y cuando se seca se endurece».

«Ese endurecimiento que genera la arcilla por su cohesión es lo que acaba afectando a los colectores», ha apuntado el ingeniero, y ha afirmado que, además, la composición del agua de Valencia al ser «muy dura» y «con mucha cal» favorece a que estos sedimentos «se endurezcan» aún más y sea «difícil» de quitar.

Así, ha sostenido que «esas partículas de limos y arcillas que arrastra la inundación», junto a las aguas del territorio, hacen que la mezcla de ambas «se acabe convirtiendo como una especie de minicemento de baja calidad» que han terminado «cegando completamente los colectores».

«El agua circula, pero el barro no. Y, entonces, se han quedado ahí dentro de las conducciones y se han encostrado y resulta muy difícil limpiarlo», ha afirmado Miguel Ángel Galán.

En este sentido, el profesor ha señalado que «casi un tercio» de los ayuntamientos con los que ha conseguido hablar de estas cuestiones han conseguido limpiar parte de sus tuberías, sin embargo, continúan teniendo problemas.

«Normalmente los de los conductos más grandes, mediante mangueras a presión, pues se iban limpiando poco a poco. Pero lo que ha ocurrido es que en los tubos más pequeños, asociado a calles pequeñitas y conductos de menor diámetro, es prácticamente imposible limpiarlo porque ahí no puedes meter una manguera a presión, o si metes la manguera a presión, ¿por dónde sale el agua? Es que no tiene capacidad de circular y están prácticamente cegados esos tubos», ha expuesto.

Asimismo, ha indicado que en las conducciones intermedias «sí que se ha conseguido más o menos que excluyan el agua» pero que el problema de estas reside en que «la sección útil se ha reducido»: «La sección de esos tubos es menor que la que se tenía antes de la dana, porque se ha quedado ese sedimento ahí encostrado», ha aseverado.

Por ello, el experto ha advertido de que, «cuando las lluvias empiecen a ser un poco más importantes, cuando antes en esos colectores salía el agua, ahora no va a salir porque tiene esa reducción de capacidad»

«La red está en peor estado de lo que estaba antes de la dana», ha aseverado Galán, al tiempo que ha subrayado que esta red, con «una misma lluvia que se generase hace dos años y no inundase una población, ahora mismo sí que va a inundar muchas calles porque una parte de los colectores no funciona y que la otra parte que sí que funciona, como han reducido su capacidad, pues si había calles que a lo mejor no se inundaban con una lluvia de 100 litros por metro cuadrado, ahora sí que se van a inundar porque los colectores con los que desaguaban han reducido su sección precisamente por ese sedimento que está ahí encostrado», ha explicado.

De este modo, ha considerado que, tanto la propia «geomorfología» del terreno, que hace que las inundaciones en Valencia sean más frecuentes, como «los problemas con el alcantarillado» «condenan» a la población a tener que vivir periódicamente estas situaciones.

Preguntado por las obras que se deberían acometer para poner solución a este problema, el ingeniero ha señalado que para ello habría que «cambiar la red de colectores» pero que los propios ayuntamientos de las zonas afectadas por la dana lo tienen «complicado» ya que su presupuesto y lo que recaudan de los ciudadanos «no está pensado» para financiar este tipo de actuaciones que son de «una envergadura muy importante».

En este sentido, ha indicado que, aunque «con las ayudas que han ido recibiendo sí que han estado haciendo algunas actuaciones, el problema persiste». 

«De momento el dinero que tienen les ha dado para hacer grandes reparaciones pero esto es como una microcirugía que hay que hacer dentro de la población: abrir calles, cambiar colectores, todo eso es complicado», ha asegurado, y ha añadido: «Es un problema que no es solucionable a corto plazo».

Y, en este punto, ha sostenido que «no solamente es una cuestión de dinero» sino que «hay que organizarlos e ir haciéndolo poco a poco»: «Tú no puedes levantar todo Catarroja o todo Sedaví y cambiar todos los colectores. La gente tiene que entrar en sus casas y entrar en sus garajes y no lo puedes hacer en toda la vez», ha remarcado.

Asimismo, ha remarcado que los ayuntamientos son los que están viviendo este problema «en primera persona» pero ha deslizado que «no» tiene «muy claro» si «más allá» de ellos, otras administraciones «lo estén».

En su opinión, en varias ocasiones, los consistorios a la hora de acometer sus obras se ven «bloqueados» por otras administraciones porque estas interfieren en sus terrenos: «Si no te bloquea el dinero, te bloquea administrativamente otras administraciones», ha criticado.

Finalmente, Galán ha explicado que uno de los problemas de la red de colectores es que estos están pensados para funcionar como un «canal» --por lo que el tubo se llena de agua hasta la mitad-- pero, tras la dana, se han llenado por completo y «han entrado en presión en la red de saneamiento, que no está pensada para eso».

Por ello, al tratarse de «redes antiguas que tienen los tubos viejos, con grietas, el hecho de que haya entrado el lodo y el agua en presión, ha hecho que en esas grietas haya fugas de agua que lavan el terreno de alrededor y, ese terreno, ha ido generando hundimientos en aceras, en calles, en pavimentos y en algunos casos afección a edificios» .

«Eso puede generar afecciones a medio y a largo plazo. Estas lluvias de estos días no han generado especialmente daños ni afecciones, pero de alguna manera van haciendo su trabajo lento de ir lavando los finos de debajo del suelo», ha concluido.

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