VALENCIA.- La industria valenciana del Metal ha cerrado 2024 con una caída del
10,1% de su producción, el peor dato de los últimos 4 años y tras 24
meses consecutivos de contracción de la actividad.
Esta
evolución negativa la ha sufrido también el subsector de instalaciones
del metal al descender un 2,9% y un 1,1% el comercio y reparación, ha
detallado la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), en
un comunicado en el que ha reclamado "actuaciones que inyecten oxígeno a
unas empresas cuya productividad se está ensombreciendo por la
complicada situación geopolítica y el alcance de la dana".
Según el Informe de Coyuntura del sector metal del cuarto trimestre de
2024 elaborado por Femeval, el impacto sostenido de factores externos
como los elevados costes laborales, la dificultad para incorporar
personas cualificadas (que asciende al segundo puesto y al primero en el
caso de las instalaciones), el descenso de márgenes comerciales y el
coste de la energía han sido determinantes para este deterioro de
actividad, que contrasta con el crecimiento del 2,9% del sector metal en
el ámbito nacional.
Femeval ha destacado "la drástica
reducción del 12,5%" del volumen de exportaciones respecto al pasado
año, con especial incidencia en los vehículos y sus componentes que
disminuyeron un 22,5%. La proporción de exportaciones del metal sobre el
total de actividades de la Comunitat Valenciana ha bajado en el último
año en tres puntos porcentuales (del 36% al 33%) y dejan de ser el
principal motor de producción industrial en el sector.
Respecto a los destinos, destaca la caída de exportaciones en los
principales mercados del metal como son el alemán, francés,
norteamericano e italiano. Queda ver cómo afectará a las exportaciones
las medidas arancelarias impuestas por Trump a Europa.
En el informe de Femeval, se destaca el buen comportamiento del
empleo que registró 227.615 personas trabajadoras en el último
cuatrimestre de 2024. Esto representa un aumento de 519 puestos de
trabajo (0,2%) respecto al cuarto trimestre de 2023 y 7.888 ocupados más
que en el tercer trimestre de 2024.
En términos
interanuales, la media de empleo en 2024 del conjunto del Metal
valenciano aumentó un 6,74% respecto a 2023 y se situó en 224.286
empleos. Por ramas de actividad, el empleo industrial se ha mantenido
con 104.415 ocupados en el cuatro trimestre de 2024, cifra similar a la
del mismo periodo del ejercicio anterior.
A esto se une la
creación de 10.300 puestos en el comercio al por mayor situándose en
36.800 personas trabajadoras, y de 2.400 en la venta y reparación de
vehículos que pasó de 44.400 a 46.800 empleos. El peor dato se dio en
las instalaciones del metal al acusar un descenso de 52.000 a 39.600
empleos.
A pesar de
este escenario dispar, las empresas valencianas mantienen una
valoración razonablemente positiva de 6,8 puntos sobre su situación.
Asimismo, las expectativas de negocio para el primer trimestre de 2025
parecen corregir en cierta medida esta complicada coyuntura, al tornarse
positivas con un valor de 59,1 puntos (en un baremo de 0 a 100).
Las perspectivas de inversiones superan la barrera de los 50 puntos,
en concreto hasta los 52,9, dato que marca la tendencia futura de la
economía y que puede recoger la necesidad de nuevas inversiones por los
daños generados por la dana.
Para el presidente de Femeval,
Vicente Lafuente, "es evidente que la situación geopolítica, cada vez
más complicada, está ensombreciendo la actividad del metal".
"Paradójicamente, sigue habiendo muchas vacantes de empleo a pesar de la
caída de la productividad. Sobre estas bases se hacen necesarias
actuaciones que inyecten oxígeno a las empresas para innovar, incorporar
tecnología, mejorar las capacidades de las personas trabajadoras para
asegurar su crecimiento y con ello liderar la recuperación", ha
apuntado.
El informe de Femeval
recoge también una valoración sobre las consecuencias de la dana, que ha
afectado a un 27,5% de empresas del sector, con mayor alcance en el
comercio del metal con un 38,9% (almacenistas de materias primas,
material eléctrico, recambio de vehículos), seguido de un 26,9% de
empresas instaladoras y mantenedoras, y un 24,5% de industrias.
Sobre sus efectos negativos, las empresas han señalado la pérdida de
clientes que han buscado nuevos proveedores y a los que deben
reconquistar, así como el endeudamiento financiero para hacer frente al
retraso en cobrar el consorcio y las ayudas aprobadas. También se ve
como una oportunidad para renovar el stock y realizar nuevas inversiones
más productivas.
Respecto a las medidas de apoyo, la
valoración es "muy negativa" para el consorcio de seguros, y tampoco
aprueban las medidas del gobierno central como autonómico.
"Las acciones
políticas de desviar sus responsabilidades y la escasa coordinación
entre ambas administraciones motivan esta apreciación desfavorable", ha
indicado Femeval. En positivo, ha destacado las iniciativas privadas de
tipo voluntariado y acciones privadas de gestión de ayudas y donaciones.
Las empresas afectadas estiman una recuperación más rápida de lo
esperado, calculando de media regresar a la normalidad en un máximo de
un año.
"No obstante, la velocidad en la llegada efectiva de ayudas y consorcio va a ser decisiva en acortar o alargar este proceso de recuperación en nuestras empresas", ha concluido Lafuente.
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