VALENCIA.- Valencia Experience protagonizó hoy un desesperado acercamiento al Valencia, en busca de un acuerdo que convenza al club y evite la denuncia en un juzgado del contrato que vincula a ambas partes. La gran novedad de la cita es que el patrocinador pidió la mediación de Jesús Wollstein, ex consejero delegado blanquinegro y el auténtico artífice de la llegada de Valencia Experiencia a Mestalla.
Wollstein estuvo presente en el cónclave en su condición de firmante del polémico contrato, para aclarar cualquier duda que pudiera surgir respecto al mismo y tratar de destensar las relaciones. Sin embargo, según ha podido saber "Las Provincias" permaneció en silencio durante la reunión, ya que toda la información que podía necesitar el Valencia figura ya en manos de sus servicios jurídicos.
La propuesta con la que Valencia Experience trata de reconducir su relación con la entidad que preside Vicente Soriano se basa nuevamente en promesas. Y ese es el gran inconveniente. El patrocinador acudió a la cita con una nueva oferta de pagos y las garantías que proponía eran ejecutables dentro de tres meses.
El Valencia, harto de falsas expectativas, dijo no y puso sus propias condiciones. Para dar una segunda oportunidad al espónsor, el club blanquinegro le plantea dos posibles caminos: o paga ya las cantidades adeudadas o presenta avales de forma inmediata.
Sólo en este segundo caso se aceptaría los plazos que propone ahora Valencia Experience. De acuerdo con los mismos, el primer ingreso de un millón de euros se produciría en octubre y el final llegaría en mayo.
El ultimátum del Valencia es contundente. El esponsor tiene de plazo hasta mañana para garantizar por escrito que acepta las innegociables exigencias del club. Y el plazo para reunir los avales no es mucho mayor: una semana. De lo contrario, el asesor jurídico del consejo, Pepe Pastor, ya tiene instrucciones de abordar mañana mismo la resolución del contrato.
En la cumbre de hoy el Valencia estuvo representado por su vicepresidente Miguel Zorío, el director general, Javier Gómez, y su abogado. Por la otra parte comparecieron Vicente Sáez-Merino, portavoz oficial de Valencia Experience, y el responsable jurídico, José Corbín, que a la hora de la verdad fue el único que intervino. En medio de unos y otros, la silenciosa figura de Jesús Wollstein.
En condiciones normales, el Valencia ni siquiera se plantearía conceder este nuevo margen de confianza a Valencia Experience. Sin embargo, ambas partes necesitan entenderse. El club no puede desterrar de su camiseta el nombre del esponsor, ya que dicha medida tendría un coste de tres millones de euros.
Por su parte, la firma puede verse envuelta en un proceso judicial donde llevaría todas las de perder, ya que adeuda dos millones de euros al club, cantidad que ascendería a seis a final de temporada. Lo más sorprendente del caso es que, en su día, el idilio entre las partes era tal que Wollstein concedió al díscolo patrocinador un derecho de tanteo para dar nombre al estadio.
Wollstein estuvo presente en el cónclave en su condición de firmante del polémico contrato, para aclarar cualquier duda que pudiera surgir respecto al mismo y tratar de destensar las relaciones. Sin embargo, según ha podido saber "Las Provincias" permaneció en silencio durante la reunión, ya que toda la información que podía necesitar el Valencia figura ya en manos de sus servicios jurídicos.
La propuesta con la que Valencia Experience trata de reconducir su relación con la entidad que preside Vicente Soriano se basa nuevamente en promesas. Y ese es el gran inconveniente. El patrocinador acudió a la cita con una nueva oferta de pagos y las garantías que proponía eran ejecutables dentro de tres meses.
El Valencia, harto de falsas expectativas, dijo no y puso sus propias condiciones. Para dar una segunda oportunidad al espónsor, el club blanquinegro le plantea dos posibles caminos: o paga ya las cantidades adeudadas o presenta avales de forma inmediata.
Sólo en este segundo caso se aceptaría los plazos que propone ahora Valencia Experience. De acuerdo con los mismos, el primer ingreso de un millón de euros se produciría en octubre y el final llegaría en mayo.
El ultimátum del Valencia es contundente. El esponsor tiene de plazo hasta mañana para garantizar por escrito que acepta las innegociables exigencias del club. Y el plazo para reunir los avales no es mucho mayor: una semana. De lo contrario, el asesor jurídico del consejo, Pepe Pastor, ya tiene instrucciones de abordar mañana mismo la resolución del contrato.
En la cumbre de hoy el Valencia estuvo representado por su vicepresidente Miguel Zorío, el director general, Javier Gómez, y su abogado. Por la otra parte comparecieron Vicente Sáez-Merino, portavoz oficial de Valencia Experience, y el responsable jurídico, José Corbín, que a la hora de la verdad fue el único que intervino. En medio de unos y otros, la silenciosa figura de Jesús Wollstein.
En condiciones normales, el Valencia ni siquiera se plantearía conceder este nuevo margen de confianza a Valencia Experience. Sin embargo, ambas partes necesitan entenderse. El club no puede desterrar de su camiseta el nombre del esponsor, ya que dicha medida tendría un coste de tres millones de euros.
Por su parte, la firma puede verse envuelta en un proceso judicial donde llevaría todas las de perder, ya que adeuda dos millones de euros al club, cantidad que ascendería a seis a final de temporada. Lo más sorprendente del caso es que, en su día, el idilio entre las partes era tal que Wollstein concedió al díscolo patrocinador un derecho de tanteo para dar nombre al estadio.
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