domingo, 17 de agosto de 2008

Churruca sobrevive a 17 años de guerra 'fratricida'

VALENCIA.- El grupo valenciano cierra la batalla judicial por el control de la marca y refuerza su expansión internacional, según publica hoy "El Mundo".

Churruca es una marca asociada al imaginario de los niños de varias generaciones, una referencia de pipas siempre reconocidas por su logotipo, el del orondo cocinero. La empresa, fundada en Valencia en 1932, en plena II República, fue ganando tamaño en los años del desarrollismo franquista.

Se convirtió, de la mano del fundador José López Palazón y de su mujer Josefa Lluch Casamayor, en una de las principales compañías de frutos secos de España. Como ocurre con tantas empresas familiares, el paso a la segunda generación derivó, con los años, en un periodo de inestabilidad entre los hermanos Luis y José López Lluch. El motivo de la disputa fue la marca y el logotipo de Churruca. ¿Quién tenía derecho a utilizarlos para la comercialización de las pipas?

Esa discrepancia entre los hijos del heredero no tuvo una pronta resolución: tuvieron que transcurrir 17 años de litigio judicial para que Luis López Lluch se adjudicase en julio, en subasta judicial, la marca y el logotipo por 7,1 millones de euros, en la que también participó su hermano José y otros dos postores.El consejero delegado de Productos Churruca, al ser copropietario de la marca y el logotipo, sólo tuvo que pagar, días después, la mitad del precio de adjudicación.

El enfrentamiento entre ambos hermanos por la copropiedad de la marca y el logotipo comenzó en 1991, después de que Luis se hiciera con el control de la compañía mediante dos ampliaciones de capital, impugnadas luego por su hermano. El Tribunal Supremo dio la razón a Luis, según la versión facilitada por el bufete Boronat Abogados, que le ha asesorado en este largo procedimiento.Como respuesta, José López Lluch constituyó una empresa paralela, STI Ibérica, con la que desde 1998 comenzó a comercializar frutos secos bajo la marca Churruca.

Esta situación anómala fue denunciada por Luis ante los tribunales, pero no logró que le dieran la razón. Ambos hermanos tenían derecho a utilizar la misma marca al interpretar que no era propiedad de la sociedad Productos Churruca, concluyeron los jueces. Una sentencia posterior, de 2003, indicó que el litigio habría de resolverse sacando la marca a subasta. Entretanto, Luis López Lluch hizo lo posible por distinguir su actividad empresarial de la de su hermano, «con mis propios signos, marcas y logotipos», para evitar confusiones ante terceros.

Parón del consumo

Resuelta la disputa por la marca, Productos Churruca, que tiene su sede social en Quart de Poblet, afronta ahora una etapa de expansión tanto en el mercado nacional como en el extranjero, que representa ya el 30% de su facturación, que ascendió a 30 millones de euros en 2007, con un Ebitda de 2,8 millones. La firma confía en repetir ambas cifras este año, en un sector que también ha notado un parón del consumo aunque inferior a otros. El objetivo es aumentar las ventas entre un 6% y un 8% en 2009 con el lanzamiento de productos y la entrada en nuevos mercados, avanzó Luis López Lluch.

Como otras compañías de alimentos, Churruca ha tenido que sortear el incremento del precio de las materias primas, cifrado en un 20%, aunque se ha suavizado en los últimos meses. Se abastece sobre todo en España: aquí compra las avellanas, las almendras, las pipas o el maíz. Pero también se ve obligada a surtirse de producto de Argentina y Estados Unidos para responder al crecimiento de su demanda. «Apostamos por la agricultura española», comenta López Lluch, en referencia a la prioridad que concede a los proveedores nacionales.

En el mercado nacional, Churruca trabaja con sus marcas propias para cadenas de supermercados e hipermercados, entre ellas, Alcampo, Consum, Vidal, Mas y Mas y Miquel Alimentació.

Productos Churruca está inmersa en un proceso por ampliar sus mercados en el exterior. Hoy vende en la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Australia, Marruecos y Oriente Medio, «una región muy interesante» para el crecimiento de la compañía, en la que tiene acuerdos comerciales con socios locales, explicó López Lluch. En esta zona, Churruca diseña «productos a la carta» para sus potenciales clientes, agregó. En Japón, donde tiene todavía una presencia reducida, negocia un acuerdo con el fabricante de cerveza Sapporo Beer para introducir en mayor medida sus frutos secos.

Como complemento a su negocio tradicional de frutos secos, Churruca dispone también de un centro en Lyon (Francia) para distribuir en exclusiva para Europa snacks dulces de las multinacionales niponas Meiji Seika y Lotte. Churruca cuenta además con una sociedad para comercializar golosinas en la Comunidad Valenciana, Murcia y la provincia de Cuenca.

Una de las prioridades de la empresa es la investigación y desarrollo (I+D) de nuevos productos. Este departamento depende de manera directa de la dirección de la compañía. La firma destina cada año un 2,5% de sus ventas a I+D. López Lluch avanza que los productos que lanzarán este año son «snacks sanos y fáciles de digerir», pensados para «la gente joven o que se siente joven».

Para mantener la modernización de sus instalaciones y así mantener su cuota de mercado en frutos secos, que cifra en un 20% en España, Productos Churruca ha invertido 30 millones de euros en los últimos 14 años.


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