VALENCIA.- La actual pandemia global de coronavirus es
un momento "clave" para el rediseño de las ciudades del futuro y algunas
de las decisiones urbanísticas que se están adoptando "no tendrán
vuelta atrás", puesto que suponen la consolidación de tendencias que ya
habían comenzado a desarrollarse anteriormente, como la renaturalización
del espacio urbano o la movilidad sostenible.
Así lo cree el director del Departamento de Urbanismo y
profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos,
Canales y Puertos de la Universitat Politècnica de València (UPV), José
Luis Miralles, quien reflexiona
sobre los cambios en el entorno que dejará la crisis de la Covid-19.
Para
Miralles, esta pandemia supone "claramente" un momento clave para
repensar la ciudad porque se trata de "una situación a la que nadie
pensaba que se podía llegar". "Creíamos que las grandes epidemias como
la peste o la gripe española eran cosas del pasado y se ha demostrado
que no es así. También se ha puesto en evidencia que hay que repensar
toda la actividad: no se trata de crecer más y más entendiéndolo solo
como crecimiento del PIB, sino que hay que reorientar la actividad
económica para cubrir otro tipo de necesidades que se esta viendo que
hoy no lo están, como ecosistemas adecuados para la vida humana y un
sistema sanitario fortalecido que la asegure", ha aseverado.
"Lo que no es necesario --ha continuado-- es el urbanismo
mercantil que hemos tenido pensando únicamente en vender y especular.
Hay que pensar en el uso de la ciudad para cubrir la necesidades de la
sociedad y en eso la pandemia está cambiando la escala de valores".
Sobre
las primeras medidas que se están aplicando para prevenir el contagio,
como eliminar carriles de circulación de tráfico rodado e grandes vías,
ampliar aceras o aumentar el carril bici, Miralles cree que "en
principio" son adecuadas y, mientras no haya un tratamiento o vacuna,
guardar la distancia de seguridad es la mejor forma de contener el
virus.
El experto apunta que este tipo de medidas responden a una
coyuntura pero también a una tendencia previa en todo el mundo de
"facilitar mayor espacio público para los viandantes, la movilidad no
contaminante y la renaturalización de los espacios artificiales de las
ciudades".
Y ahí es donde se da
el cambio: "La situación producida por el virus está reforzando esta
manera de pensar y añade una razón más para consolidar tendencias que ya
existían". Estas transformaciones, augura, "vienen para quedarse porque
con anterioridad esas políticas estaban implementadas".
El
especialista considera que el actual contexto es "una oportunidad de
consolidar una tendencia que ya existía para que deje de ser un objeto
de discusión y pase a ser algo asumido" y lo ha comparado con la
concienciación sobre la contaminación por plásticos que ha crecido e la
sociedad a partir de las imágenes de los mares dañados por este
material. "Ha habido un cambio de chip en la sociedad porque ve que nos
encaminamos a la propia autodestrucción", ha apostillado.
Miralles comenta que la ciudad de València posee "unas
condiciones geográficas físicas objetivas que facilitan la eficiencia de
este tipo de sistemas". Un ejemplo es el uso de la bicicleta, cuyo
radio de eficiencia se mueve en torno a unos 4 km, una distancia que en
la capital valenciana supone poder abarcar gran parte de la trama
urbana, lo que no sucede en urbes de mayor tamaño como Madrid o
Barcelona.
En este punto, advierte que el sistema de movilidad
debe atender las necesidades de la población general. "¿Es mejor que las
calles sean más para viandantes y ciclistas? pienso que sí; pero ¿se
puede sustituir todos los sistemas de vehículos? no, porque hay carga y
descarga para el comercio; cuestiones de seguridad o atención social y
personas que necesitan hacer cierto tipo de viajes", razona.
Acerca
de qué puede aportar el urbanismo al proceso de desescalada, José Luis
Miralles hace notar que esta es una materia "a la que le cuesta mucho
actuar de una manera inmediata, puesto que para cualquier actuación hay
que proyectar, ejecutar y eso conlleva un tiempo, el rediseño de la
calle Colón no nació ayer".
"Ahora bien, cualquier actuación que vaya en la línea de
aumentar los viandantes, la renaturalización, facilitar la movilidad
sostenible y hacerlo compatible con la distancia para no expandir el
virus siempre será positivo. Estamos hablando de un urbanismo del día a
día", concluye.
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