lunes, 18 de abril de 2022

La libertad de expresión no ha llegado a Elche / Enrique de Diego *

La libertad de expresión ni la huelen los jueces de Elche, al menos los de Instrucción, algunos de Penal y, con todos los respetos, el de Contencioso Administrativo. Al fin y al cabo, en la provincia de Alicante brilla por su ausencia, porque están acostumbrados a la antigua Prensa del Movimiento, al diario Información, que no ha pisado un callo en su vida.

Es un periódico que no se compra ni se lee y que lo regalan en bares, en la Universidad, presuntamente con cargo al sufrido contribuyente, y aún así acumula cuantiosas perdidas. A los jueces de Elche les encanta el botafumeiro de Información. Uno tiene la sensación de que la Justicia es una cosa que existe para Los Palmerales.

La Justicia de Elche está empeñada en hacerme pasar un calvario e ingresarme como sea en Fontcalent. Yo lo llevo con paciencia bizarra y con resignación cristiana. La libertad de expresión consagrada en el artículo 20 de la Constitución no ha llegado a Elche, donde tienen muy clara la coletilla de que la libertad de expresión no es absoluta y eso les vale para hacer trizas una libertad fundamental. 

Soy un periodista nacional, afincado en Elche, uno de los pocos periodistas que quedan, que concibe su profesión como contrapoder, como defensa del ciudadano frente a la arbitrariedad del poder, así que en Elche, “con un casino de primera y gente de tercera”, que decía José María Pemán, están empeñados en callarme la boca.

Empecemos la historia de mis desventuras. El inútil, el incompetente y el mayor traidor que ha visto la política española, y eso que ha visto muchos, de Ignacio Aguado, al que su partido ni presentó como candidato, porque restaba aún más, me presenta una querella por injurias y calumnias por afearle que en las elecciones locales de 2015 los candidatos se sufragaron la campaña. 

Se lo he demostrado por activa y por pasiva con declaraciones a El Mundo de ex concejales de esa pútrida escombrera globalista de Ciudadanos y nada. Declara Horacio Rico, que fue portavoz de Ciudadanos en Alcobendas, que Ignacio Aguado les dijo que se buscaran la vida, que el partido no les iba a dar ni un euro, y los jueces de Elche parecen ser autistas.

En las alegaciones que presenta el garbancero letrado de PaniAguado, José Carlos Velasco Sánchez, a la apelación a la Audiencia Provincial, con sede en Elche, del despacho Fúster y Fabra, que Ignacio PaniAguado no paga, es decir paga con dinero del contribuyente, que yo no sé de donde saca para pagar a tan mal humorista abogado; bueno, desde que comenzó el procedimiento sea por el gafe de Ignacio PaniAguado, caballero de la triste figura y los implantes capilares, sea porque el proyecto está finiquitado, la concurrencia a las elecciones se miden en descalabros cada vez mayores para la formación naranja; pues en las alegaciones el patético abogado especula con “el perjuicio causado al querellante” y destaca mis 20.000, ya 20.300 seguidores en twitter, “lo que evidencia la repercusión que tiene el querellado en redes sociales”, provocando una ucronía. y dando la falsa imagen de que todas las desgracias del pánfilo y pasmado de Aguado se debieran a un artículo mío y no al cúmulo de errores mostrencos de la nulidad de político. 

Vamos, ya, a cagar a Galapagar. Y encima dice que muestra de que no me arrepiento es que sigo teniendo el artículo en el histórico de la web. ¿Es que no sabe que mientras no sea firme la sentencia no tengo que quitarlo? ¡Total, para el daño que le hace al de los implantes capilares! ¿Qué más daño puede hacer a su miserable y fracasada vida política? ¡Pobrecito! ¡Penoso!

Pero los jueces de Elche en viendo un político se les ríen las carnes y se les nubla el juicio, que ascienden o no por favores de ellos, del Consejo General del Poder Judicial. Aunque si han de esperar un favor de Ciudadanos, mejor que esperan sentados porque esa ponzoña va a desaparecer. 

Ya ha nombrado ponente la Audiencia, María Gracia Serrano Ruiz de Alarcón, y lo primero que ha hecho devolver al Juzgado de lo Penal número 1 el recurso de apelación para que dictamine el Ministerio Fiscal, como es preceptivo, pues en otro caso se puede declarar nulidad en el procedimiento.

Luego el juez del Contencioso Administrativo número 1 emite una sentencia opinable y he opinado. Al juez no le ha gustado pero ha tomado buena nota y en el siguiente pasó modifica la sentencia. Ello no es óbice para que acuda a sus compañeros. 

Me pregunta la jueza de Instrucción si tengo inconveniente en escribir otro artículo a satisfacción, le digo que no tengo inconveniente y se lo hago llegar. Pero Augusto López Alonso, que así se llama, en un escueto escrito dice: “procédase”. Y el fiscal jefe procede con un texto de mal gusto en el que especula con mi ingreso en prisión.

Luego presento denuncia para que se pare la timo vacunación masiva, lo que lleva trazas de genocidio con Repentinitis al por mayor, con Johana Fernández luchando por su vida, y va y le cae a la titular de Juzgado de Instrucción número 5, María José Boix Fluxa, y va y la admite a trámite. 

Vaya, me digo, he aquí una jueza valiente, dispuesta a defender el sentido universal de lo que es justo. Pero de repente lee la denuncia, parece que le entra el telele y empieza una danza de la muerte medieval en la que no le llega la camisa al cuerpo. Tremenda responsabilidad la suya: ¡cuántos crímenes se hubieran evitado de haber actuado y no haberse llevan por el canguelo y la ley del mínimo esfuerzo!

Y viene la denuncia de la ínclita Helena Bazán, llevada por Pedro Manuel González López, hay amores que matan, y le cae, mira por donde, a Maria José Boix, y también me trata de endosar un escrito de Augusto López Alonso, el de la vanidad herida, y se le explica que es de un colaborador, mayor de edad, presidente de benemérita asociación, y que Rambla Libre dice expresamente que no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores, y le digo que, en todo caso, abra procedimiento al colaborador y yo, de subsidiario, pero obcecada se empeña en enviarme a mi todos los escritos. 

Y de Helena Bazán, secretaria particular de don Antonio García Trevijano, que resulta que no es personaje público, siendo la presidenta de la Fundación non nata que se iba a constituir con el patrimonio del maestro, pero no se ha constituido, entre otras cosas, por la ineficacia de Helena, y de Pedro Manuel González López, dos ex repúblicos liberticidas. La tal Helena cuidó del maestro los tres últimos años, yéndose a convivir con él, en el que fuera “su hogar” de Somosaguas y muerto don Antonio permaneció en la mansión. Eso es harina de otro costal.

Ya se sabe que ninguno es profeta en su tierra, dijo Jesucristo, y no es más el discípulo que el maestro. Pero cuando la libertad de expresión está en peligro, lo está el edificio de libertades, la democracia, aunque don Antonio García Trevijano, supongo que Helena Bazán, y el que suscribe pensemos que esto no es una auténtica democracia, si lo fuera, la libertad de expresión brillaría, sería protegida por la Justicia independiente y no sería perseguida.

 

(*) Periodista profesional y editor del digital Rambla Libre

 

http://ramblalibre.com/2022/04/18/carta-del-editor-la-libertad-de-expresion-no-ha-llegado-a-elche/

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