Los socialistas de la Comunidad Valenciana tratan de ganar tiempo para resolver la rivalidad entre los candidatos y aplazan el congreso extraordinario del partido bajo el pretexto de no hacerlo coincidir con las elecciones gallegas.
Sin fecha en el calendario y sin aclarar si habrá primarias o no, la prioridad del PSPV es no volver a caer en los históricos enfrentamientos entre familias internas, pero eso es algo muy difícil en un partido históricamente dividido en pequeños reinos de taifas.
Alejandro Soler se postula como el candidato preferido de la militancia y Diana Morant parece ser la predilecta de Pedro Sánchez.
La ministra ha aumentado su presencia en Alicante, ha salido de su despacho del Paseo de la Castellana en Madrid con la excusa de visitar en Elda y Alcoy proyectos de I+D que financia el Ministerio, y de paso aprovechar su viaje institucional para exhibirse ante la ciudadanía y criticar al PP de Feijó y Carlos Mazón.
Morant se ha presentado como líder de la futura alternativa de gobierno exponiendo “un proyecto fuerte que represente la ambición de todos los ciudadanos progresistas” de la Comunidad Valenciana.
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