VALENCIA.- Más de 140.000 toneladas de alimentos se desperdicien cada año en
Valencia y su área metropolitana. Esta es una de las cifras más
destacadas del Informe sobre Metabolismo Urbano Agroalimentario de
Valencia, realizado por el Instituto de Gestión de la Innovación y el
Conocimiento (Ingenio), centro mixto del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de
València (UPV), con el apoyo del Ayuntamiento de Valencia a través de
València Innovation Capital.
El estudio también revela que
cada ciudadano en Valencia invierte, de media, 1.597 euros al año y
consume una media de 590 kilos de alimentos Valencia y su área
metropolitana son capaces de autoabastecerse de cinco grupos de
alimentos --hortofrutícolas; patatas, cebollas y cítricos; aceites y
carnes; cereales, bollería y procesados; leche y derivados-- que, sin
embargo, importan en su mayoría de Europa y el Norte de África.
El trabajo de análisis, presentado en Valencia, analiza datos
correspondientes al año 2022 referentes a 45 municipios de las comarcas
de l'Horta Nord, Horta Oest y Horta Sud, incluyendo Valencia capital y
su área metropolitana, lo cual supone una población de más de 1,5
millones de habitantes.
"Aun existiendo excedente productivo
en cinco categorías hortofrutícolas en los 45 municipios analizados, así
como cierta capacidad de abastecimiento en otros grupos, como huevos,
marisco, miel y pescado, la distribución de productos locales de este
tipo sigue siendo muy minoritaria y la cobertura de esta parte de la
dieta depende en gran parte de las importaciones interprovinciales y
procedentes de Europa y Norte de África", explica Guillermo Palau,
investigador principal del estudio en Ingenio (CSIC-UPV).
En
el marco del proyecto, se analizaron no solo la cantidad de productos
consumidos y desperdicios generados, sino los costes energéticos totales
derivados del sistema alimentario, tanto para el abastecimiento como
para el suministro de materiales y energía del comercio de alimentos.
Los 45 municipios analizados en el informe gastan anualmente más de 2
millones de barriles de petróleo para abastecerse alimentariamente o
comerciar productos alimenticios que se consumen fuera del ámbito
analizado.
Además, en los municipios estudiados, cada año se
desperdician más de 140.000 toneladas de alimentos. En total, el informe
analizó el desperdicio doméstico y extradoméstico de 34 grupos de
alimentos.
De las más de 700.000 toneladas de alimentos que
esta parte de la población consume anualmente, un 20% se desperdician o
se pierden en la cadena de producción. Los productos lácteos (leche
líquida y derivados), los procesados de cereales y las hortalizas
frescas constituyen los mayores volúmenes de desperdicio (un 5% del
total) en el global de los 45 municipios analizados.
Sin embargo, en el
ámbito de l'Horta y la ciudad de Valencia, los productos congelados,
especialmente las carnes congeladas, son los que arrojan un mayor
desperdicio.
Palau apunta
que "los datos derivados del informe plantean un desafío importante en
la gestión de residuo orgánico en las regiones analizadas, que abarca
desde la sensibilización para la prevención de descarte, hasta la
reducción del desperdicio para la prevención del residuo, junto con el
abordaje de las causas que propician el desperdicio alimentario,
probablemente ligadas a condiciones socioeconómicas y culturales".
La concejala de Innovación del Ayuntamiento de Valencia, Paula
Llobet, ha explicado que "el informe presentado hoy es una herramienta
fundamental para entender cómo funciona nuestro sistema alimentario y
dónde están sus principales retos".
"Que más de 140 000
toneladas de alimentos se desperdicien cada año en Valencia y su área
metropolitana nos obliga a actuar desde el compromiso con la
sostenibilidad, pero también con datos rigurosos que nos ayuden a tomar
decisiones eficaces. Este estudio demuestra que la innovación no es solo
tecnología: es también conocimiento aplicado al bienestar colectivo",
reflexiona la edil.
El objetivo del análisis del sistema
agroalimentario de la ciudad de Valencia y los municipios colindantes ha
sido la identificación de puntos de mejora en el circuito de
producción, circulación y consumo de alimentos.
El análisis
de todos los flujos de entrada y salida a partir de los procesos de
exportación, importación, pérdidas y consumos arroja algunas
recomendaciones finales, como apoyar la distribución local y aumentar
los mercados públicos para aumentar el acceso a pie de los consumidores,
potenciar el tráfico férreo frente al rodado para la distribución de
alimentos, o potenciar la reducción del consumo de carnes y lácteos,
entre otras.
"Desde el
Ayuntamiento de Valencia seguiremos apoyando iniciativas que, como esta,
conectan la investigación con la acción. Fomentar el producto local,
reducir el desperdicio, mejorar la logística alimentaria o reforzar los
mercados públicos son líneas claras de mejora. Valencia quiere liderar
un modelo alimentario más eficiente, justo y resiliente, y este informe
nos marca un camino basado en evidencia, responsabilidad y futuro", ha
añadido Llobet.
Según datos del estudio, cada valenciano o
valenciana gasta, de media, 1.597 euros al año en alimentación. En 2022,
cada habitante consumió una media de 590 kilos o litros de alimentos.
El Informe Agroalimentario concluye que en la Comunitat Valenciana, el
consumo y gasto per cápita en productos de alimentación se ha mantenido
relativamente alto, a pesar de la tendencia estatal a la reducción del
mismo, especialmente en productos como frutos secos, patatas y bebidas.
Las hortalizas, frutas y frutos secos son los productos, en peso, más
consumidos, con un 36% del total.
Además, el informe apunta
una dependencia alimentaria "extrema" en el caso de los productos
derivados de animales, esto es, carnes, pescados y lácteos. Anualmente,
cada habitante de Valencia y su área metropolitana consume una media de
120 kilogramos de lácteos. Estos productos son, a su vez, los que
concentran un mayor coste energético productivo, mayores desperdicios
domésticos y altos costes logísticos.
Las legumbres siguen representando solo un 0,7% del consumo total de la dieta per cápita.
En cuanto a cómo compran los valencianos y valencianas, los
resultados del estudio establecen que el 94% de la población lo hace en
supermercados e hipermercados, mientras que menos de un 15% lo hace en
tiendas tradicionales o minoristas.
Un 4% lo hace a través de internet y
venta a domicilio, y solo un 1% vive del autoconsumo. Más de la mitad
de las compras se producen a pie (59%), mientras que el resto se realiza
mediante vehículo privado (35%) y solo un 4% utilizando el transporte
público.
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