VALENCIA.- El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, manifestó a la jueza que instruye la causa de la dana que instó en dos ocasiones en el Cecopi del 29 de octubre de 2024 que le sorprendió «la parsimonia» con la que se trataba en el Cecopi un asunto de la máxima gravedad". Y matiza: «Había «una absoluta indecisión» y «se estaba improvisando qué hacer», además de que «cuanto menos hablaras era mejor».
El presidente de la CHJ señaló que le sorprendió «la parsimonia» que vio en la reunión del Cecopi, cuando en la confederación «estaban todos atacados» para que se mandaran avisos a la población de que subiera a pisos altos y abandonara los coches.
Polo afirmó que a las 10 de la mañana, con un aviso rojo, que quiere decir que se «podía generar una inundación equivalente a 100 años de periodo de retorno», ya se podían haber planificado y lanzado «los mensajes correspondientes».
«La velocidad con la que se propaga una avenida es brutal», recalcó Polo, que, por ello, insistió en que no entendía «cómo no se podían tomar decisiones a la velocidad que tocaba». Y llegó a aseverar que «no tomaban decisiones» y «allí cuanto menos hablaras era mejor, porque en todo se liaban ellos mismos».
Polo comunicó a la magistrada que, en aquella reunión, instó dos veces a enviar alertas a la población, y razonó que hay dos mensajes de protección civil --un campo en el que «no tiene competencias» el organismo que encabeza-- que son «de manual y que todo el mundo entiende: subid a los pisos altos y abandonen el coche».
Así se desprende de la transcripción de la comparecencia en calidad de testigo de Polo ante la jueza de Catarroja que investiga la gestión de la barrancada que arrasó gran parte de la provincia de alencia y dejó 229 víctimas mortales.
Como ya trascendió el mismo día de la testifical --el 19 de septiembre--, Polo detalló que él mismo propuso en el Cecopi del 29 de octubre de 2024 --tras arrancar a las 17.00 horas y tras una «pequeña desconexión»-- que se «mandara un mensaje a la población», porque dos años antes había conocido por medio del ex secretario autonómico de Emergencias con el Botànic José María Ángel que existía un sistema que permitía el envío de alertas a zonas electivas.
«Bueno, manden un mensaje a la población», dijo.
En la transcripción del testimonio, el responsable de la confederación relata que «entonces empieza a haber un debate sobre esta situación» y por parte de la Conselleria (de Interior) se preguntaba por qué se declaraba un escenario, que qué significaba eso«.
Polo recalcó que »no daban crédito a eso, porque son cosas que están recogidas en el plan de inundaciones".
Añadió que todo era «preguntas sobre lo que suponía» y que él le explicó que había muchas razones para declarar el escenario de emergencia de la presa y que «en situación de avenida, una situación recogida en el plan, cuando empieza a llenarse de una manera muy grande existe la incertidumbre de que la presa pueda llegar a verter por coronación».
«En ningún momento --recalcó-- dijo que la presa se iba a romper», sino que existía «incertidumbre de qué pasa si la presa desborda por coronación».
De acuerdo a la descripción de Polo, había constantes debates entre los que estaban en el centro de l'Eliana y lo que se veía en la CHJ era que en Emergencias «no se están tomando decisiones».
Por su parte, la situación era «tensa al ver que no se tomaban decisiones», insistió.
Además, le quedó «grabado» que el subdirector de Emergencias, Jorge Suárez, le insistió en varias ocasiones a la entocens consellera Salomé Pradas cuando ella tenía dudas sobre si podía tomar alguna medida que estaba «amparada» por la ley.
Polo llegó a decir qué pueblos había debajo de la presa que podían verse afectados basándose en que el jefe de explotación llevaba una hoja del plan de emergencia de la presa con hidrograma de rotura de la presa. Los dos primeros eran Real y Montroy, porque los municipios anteriores --Turís, Yátova o Macastre-- no están junto al rio Magro, lo que es el casco urbano.
El declarante vio los calados y volvió a decir: «Envíen un mensaje a la población diciendo que suban a los sitios altos», en referencia a la ribera del Magro y al bajo Júcar porque «en toda esta explicación había explicado que esto llegaría al Júcar».
El Magro desemboca en el Júcar en Algemesí y luego tienes todos los pueblos de la Ribera baja, detalló.
Pero, prosiguió, en el Cecopi «debían manejar otra información porque esa reunión termina con que se iban a enviar dos mensajes a la población, uno a una zona concreta que es donde la CHJ está diciendo que se envíe el aviso de la situación de la presa y otro a toda la provincia, que ellos en ese momento no sabían a que se referían, por eso cree que debían tener otra información».
Ese momento corresponde a alrededor a las 18.00 horas, cuando tuvo lugar una desconexión.
Durante el parón del Cecopi hicieron sus gestiones, estaba al tanto de lo que estaba pasando, tuvo diversas llamadas y dio por hecho que toda la información la estaban transmitiendo emergencias a los ayuntamientos, «que es quien tiene que hacerlo».
Pasadas las 18:45 horas, subió el jefe del servicio del SAIH, diciendo que se ha enviado un aviso de caudal del Poyo, sobre las 18.50 horas. El aviso se manda desde la sala del SAIH a las 18:43 h. Es un caudal «evidentemente importante, pero congruente con todo lo que estaba pasando», sostuvo Polo.
«Si en la presa de Forata estaban entrando 2000 m3/seg., la acequia Real del Júcar es mas grande que el rio Magro por Utiel. Tu estas viendo esos caudales, tampoco te llega a sorprender lo que está pasando por el Poyo», dijo.
Indicó que «1.600 metros cúbicos por segundo es un caudal de desbordamiento claro del barranco del Poyo, pero también es un caudal de desbordamiento del Magro 2.000 metros cúbicos por segundo. La gravedad de los 1.600 no son los 1.600, es que a esa misma hora ya hay 2.000 por la Horteta», hay «no se cuántos mil por el barranco de los Caballos» y entran «2.000 metros cúbicos por un cauce más pequeño que la acequia real del Júcar».
«Si solo hubiera habido 1.600 en el barranco del Poyo, no hubiera pasado prácticamente nada de lo que vimos», afirmó Polo, quien insistió en que a las 18:43 horas él no tenía información del resto de barrancos o ramblas, donde se pueden producir crecidas repentinas «y no hay tiempo material de aviso si no te has anticipado antes».
El SAIH «es muy robusto y, afortunadamente, el día 29, salvo cuando los caudales se desmadraron y empezaron a arrastrar sensores, el sistema no falló», declaró el presidente de la CHJ, quien hizo hincapié en que a los datos de este sistema tiene «acceso cualquiera» y que el SAIH «no predice», sino que «observa».
Detalló que los umbrales de aviso «no son umbrales de peligrosidad, solo tienen la finalidad de avisar de que empieza la escorrentía», y que, una vez suenan, en el tiempo de comprobación de los datos «es perfectamente posible que se solapen», pues en solo 20 minutos el caudal de la rambla del Poyo se duplicó y pasó de 800 a 1.600.
A las 19:00 y poco, les vuelven a conectar al Cecopi, y se da cuenta de que no han enviado el mensaje todavía. «La reacción de toda la sala donde está la CHJ es dar un grito. Dijeron 'Pero por favor, ¿Aún no habéis mandado el mensaje?'».
En su comparecencia, Polo también se refirió al vídeo del Cecopi en el que se ve a Salomé Pradas diciendo que «no le apetecía hablar» con el presidente de la CHJ. Al respecto, comentó que «le da igual» y puntualizó que lo que le sorprende es «la parsimonia con la que se está tratando un asunto que es de la máxima gravedad».
Polo dio detalles del funcionamiento del sistema SAIH que, para cada punto, sean pluviómetros, caudales o niveles, tiene unos umbrales de aviso. Y sobre la información que la CHJ transmitió en el Cecopi, expuso que era sobre la presa de Forata, porque es información que no llega de otra manera.
Y agregó que él «no podía dudar de que Emergencias, que tiene las mismas herramientas que tiene él, más las que tienen ellos, no estaba haciendo lo que tiene que hacer».
Asimismo, apuntó que la información que la CHJ da para protección civil en ese caso es de lluvia e hizo notar que la información del sensor «está ahí y no deja de ser redundante», tenía acceso «cualquiera» y el seguimiento de los caudales «corresponde a mucha más gente que solo la CHJ».
En su opinión, la planificación «tenía que haberse hecho muchísimo antes». De hecho, explicó que el sensor está en un punto a partir del cual se incorporan más barrancos, y cuando detecta esa crecida súbita, Paiporta saben que está inundado ya.
«Porque por el Barranco de Horteta han ido como 2.000 metros cúbicos, y está inundándose ya a las 18:30. Aguas arriba se incorpora el barranco Gallego que cruza la A-7 y tiró un puente, eso ocurre antes de lo del sensor. Debía haber muchas alertas ya en emergencias».
En este punto, argumentó que uno de los «puntos fuertes» del modelo de predicción adoptado por Aemet es «precisamente porque una de las cosas que predice con bastante robustez son las lluvias convectivas, las propias de la dana».
Por tanto, no entiende «cómo a las 10 am, con aviso rojo, teniendo en cuenta lo que eso significa, no se había hecho una planificación».
Miguel Polo añadió que, si tuviera que cambiar algo, «no daría por hecho que Emergencias está haciendo lo que toca, que no está haciendo una planificación a las 10 am, que es cuando hay que hacerla, cuando tienes un aviso», puesto que «hay muchísima información para anticiparte a lo que pueda pasar».
Indicó que los agentes medioambientales de la CHJ «no tienen funciones de control de cauces en avenidas» y que en algunas ocasiones «puede ocurrir que el SAIH falle» y entonces se les llama.
El día de la dana, explicó que contactó con tres agentes medioambientales que «no dejaron de estar a pie de cauce», señaló. Polo señaló que nadie del Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana contactó con ellos para solicitar datos o pedirles opinión o interpretación de los datos de pluviometría o hidrológicos que se estaban registrando, y que no entiende por qué en el Cecopi «no se tomaban decisiones» ni se seguían los consejos de la confederación.
Insistió en que la intervención de la CJH en el Cecopi debía ser informar sobre el estado de las presas y en que toda la información pluviométrica se trasladaba a través del SAIH de manera automática, y dijo que cuando el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, se incorporó parecía que dirigía el Cecopi porque era «el que daba la palabra».
Polo relató también las dudas de la entonces consellera de Interior, Salomé Pradas, para tomar medidas, sobre lo que el subdirector de Emergencias, Jorge Suárez, le dijo varias veces que tenía «todas las facultades para tomar todas las medidas» que considera necesarias.
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