MADRID.- El ex ministro de Defensa, José Bono, considera que “si estuviera prohibido ser cristiano y socialista habría que cerrar la mitad de las iglesias y de las agrupaciones locales” de su formación.
Además, reclamó a “algunos obispos” que en vez de conducir a la gente “a la calle, la lleve a las iglesias y a los Seminarios”, lugares que, a su juicio, “están vacíos”.
Ante todo, Bono subrayó en declaraciones a RNE su “cercanía” hacia la Constitución, texto que, según dijo, es el encargado de garantizar “el bienestar y la paz”.
Sobre las palabras del cardenal de Valencia, García-Gasco, y del arzobispo de Madrid, Rouco Varela, sobre la integridad de la familia, Bono defendió el derecho de expresión de los obispos, aunque considera que no “pueden pedir que haya que hacerles caso por el mero hecho de llevar una birreta o una sotana”.
En este sentido, dijo que “como cristiano” prefiere estar con quienes “predican el amor y el entendimiento” y no con aquellos que pronuncian “la doctrina de la ortodoxia y condenan a la hoguera ideológica a quien no piensa como ellos”.
“Siendo cristiano no estoy dispuesto a condenar a que dos personas del mismo sexo que se quieren no puedan vivir juntas, ni a que dos personas que no se quieren tengan que vivir juntas para mantener la indisolubilidad del matrimonio ni tampoco a condenar a miles de personas que tienen esperanza en la investigación de las células madre porque alguien, invocando a Dios, condena esas investigaciones sin escuchar a los enfermos que están padeciéndolas”, explicó.- (EP)
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