domingo, 9 de noviembre de 2008

Carmen Martínez, alcaldesa de Quart, logra la secretaría provincial del PSPV en Valencia

VALENCIA.- Todos esperaban que la lógica imperara ayer en el Congreso provincial del PSPV de Valencia y la «integración» de lermistas y partidarios de Jorge Alarte fuera un hecho. Así lo fue en parte. Por la mañana ambas sensibilidades fusionaron sus intereses en torno a la figura de Carmen Martínez Ramírez, recoge hoy "Abc".

La alcaldesa de Quart de Poblet (nacida en 1962, licenciada en Medicina y Cirugía, casada y con un hijo) consiguió su sueño orgánico de convertirse en la primera mujer que alcanza la secretaría general del PSPV provincial de Valencia. Lo hizo con un apoyo del 92% (379 votos), mientras que el 8% restante (33) votaron en blanco.

Ese elevado nivel de respaldo «emocionó» a Martínez tal y como reconoció en su discurso. La dirigente socialista se puso el «traje» de José Luis Rodríguez Zapatero y de Jorge Alarte a cuyo impulso, según explicó, debe su proyecto.

Muy en la línea de Zapatero, la nueva secretaria provincial echó mano de eslóganes que calan fácil y se sumó al carro de Barack Obama. Asegura no saber si Camps es de Obama «pero sí estoy segura que si Obama fuera de Valencia nunca sería de Camps» decía entre los aplausos del plenario.

Vítores que se repitieron cuando criticó la forma de impartir Educación para la Ciudadanía que ordena el Consell y afirmaba que los valencianos sólo quieren decir en inglés «Bye, bye» a Camps.
Las acusaciones al PP de practicar una «economía de ladrillo» (pese a las últimas detenciones de alcaldes socialistas) o de ser un partido «adicto al fraude y la mentira», también cupieron en su discurso.

También hizo autocrítica porque su partido debe «cambiar la forma de relacionarse con la sociedad» y prometió integrar a todos en su proyecto porque «aquí no sobra nadie».

Palabras baldías porque por la tarde Martínez tuvo que sufrir una durísima negociación para configurar su Ejecutiva. Jorge Alarte restó importancia a las discrepancias surgidas y afirmaba que «lo que ha habido es mucho diálogo».

Ese diálogo fue en realidad una pelea de sillón por sillón en la Ejecutiva lo que demostró que las heridas de lermistas y alartistas no están ni mucho menos cerradas. El veto de los negociadores de Alarte a todos los partidarios de Francesc Romeu rompió las negociaciones.

Así, el presidente de la Ejecutiva que, en principio iba a ser Francesc Signes (de Nou Socialisme Valencià, cercano a Ximo Puig) fue definitivamente a parar a manos de Francisco Salt (alcalde de Algimia de Alfara y hasta hace unos años independendiente) que carece de peso orgánico y que encabeza una agrupación pequeña. Su designación sorprendió a todos.

El resto del primer escalón permaneció «intacto» según el boceto original y así Rafael Rubio (que apoya a Jorge Alarte) es el vicesecretario general y Rafael García (de la confianza de José Luis Andrés Chavarrías y los responsables de finanzas del PSPV) es el secretario de Organización.

La tardanza en las votaciones originó entre los delegados que iban a votar (cuatro horas de espera) momentos de tensión en los que se produjeron abucheos y aplausos de mofa hacia lo que consideraban una «situación intolerable».

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