Según los cálculos del sector marroquí, debido a la crisis de la construcción 408 millones de metros cuadrados de azulejos, de los cuales 300 millones son españoles, amenazan con desbordar el país magrebí, que no podría dar salida a sus propios artículos.
Por este motivo, han solicitado al Ministerio de Comercio Exterior que prorrogue las medidas proteccionistas en vigor desde enero de 2006, que se pusieron en marcha para frenar el avance de las importaciones entre 2002 y 2004.
El problema viene de lejos. En aquel período, Marruecos inició una política de aperturismo comercial internacional que "hizo explotar las importaciones con un aumento de más del 100% anual", explica el presidente de la Asociación Profesional de Industrias Cerámicas (APIC), Fuad Benzakur.
Al comprobar cómo su producción quedaba ahogada por las importaciones y cómo tenían que bajar los precios para poder hacer frente a las tarifas de los azulejos extranjeros, los fabricantes marroquíes solicitaron el amparo gubernamental.
Para Benzakur, "la situación prácticamente condujo a la desaparición de este área de actividad y los poderes públicos, conscientes del peligro para la economía nacional, decretaron la aplicación de unos derechos de importación adicional", de 1,5 dirham (0,13 euros) por kilogramo neto.
Esta medida debía expirar en noviembre de 2008, pero la APIC instó a la Administración a prolongar dicha disposición por un lapso de 200 días, que concluirán en septiembre, mientras se llevaba a cabo una investigación sobre las necesidades reales del sector.
Según el artículo 72 de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el sector debe proporcionar dos elementos que constaten que esta medida sigue haciendo falta, precisa la directora de Política Comercial Internacional del Ministerio de Comercio Exterior, Zahra Maafiri.
Se justificaría por "el hecho de que sea para prevenir o reparar un mal grave en el sector, o porque hay datos que indican que la rama de producción nacional va a realizar unos ajustes que le permitirán hacer frente a las importaciones tras la supresión de las medidas de salvaguarda", comentó Maafiri.
Y, a juicio de Benzakur, "estas son exactamente las circunstancias que se dan actualmente en el sector marroquí".
España defiende su cerámica
La Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ASCER) rebaja sin embargo la importancia de la competencia española en estos momentos.
Fuentes de la ASCER señalan que España está presente en Marruecos con productos de calidad y de gama alta, que no suponen una amenaza para la mayor parte del mercado marroquí.
Esas mismas fuentes destacaron que Marruecos figura en el puesto 19 de la clasificación de importadores de cerámica y azulejos españoles, luego el país magrebí no está considerado como un mercado prioritario dentro de la industria.
Pese a ello, entre los argumentos esgrimidos por la APIC destaca el proyecto de reajuste estructural de la industria en Marruecos, entre 2005 y 2012, que incluye la adquisición de nuevas tecnologías y la mejora de la calidad y del diseño del producto, por un valor aproximado de 2.000 millones de dirham (unos 178 millones de euros).
Según Benzakur, las fábricas marroquíes rebosan de producciones almacenadas y, además, la capacidad de producción desarrollada con el plan de mejora está tan solo al 70% de su rendimiento.
Asimismo, "el fin abrupto del proteccionismo provocaría una explosión de las importaciones, especialmente de las chinas, que en el período 2002-2004 se multiplicaron por un 6.000%, mientras que ahora, con los tipos impositivos adicionales se han reducido a tasas muy bajas", dijo Benzakur.
En cambio, para Maafiri, el recorte de estas medidas no sería tan drástico puesto que, ya cuando estaban vigor, se permitió que ciertos contingentes estuvieran exentos de este pago extra, dada la creciente demanda interior de azulejos y la presión de los importadores.
Recién terminada la inspección del sector y evaluados los resultados por el Ministerio de Comercio Exterior, los productores afectados esperan ya que el titular de esta cartera, Abdelatif Maazuz, pronuncie su veredicto.
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