“Si pones en mi boca lo que te acabo de decir negaré haberlo dicho”. Esta frase me la repitieron ayer al menos seis destacados dirigentes del PP. ¿Y qué es lo que circula por las alturas del partido, atribulado hasta el límite por las evidencias de la trama Gürtel? Pues el asunto es bien sencillo. Las gentes más responsables del PP consideran conveniente que se convoque un Congreso extraordinario para el próximo mes de octubre tras las elecciones catalanas.Se trata de que las bases y los representantes del partido decidan si Mariano Rajoy debe seguir o si conviene barrer toda la suciedad del asunto Gürtel y presentarse a las elecciones generales con un equipo renovado. A Mariano Rajoy le ha faltado la capacidad de reacción para extirpar a tiempo el tumor. Ahora es tarde. Debe hacerlo. Pero es tarde.
Ciertamente, hasta Rajoy puede ganarle las elecciones a Zapatero, sumido como está el presidente en el descrédito de su ineficacia, sus ocurrencias y sus despropósitos. Pero hay varios dirigentes del PP que se batirían con el líder socialista con más probabilidades de éxito que Rajoy.
No es que yo crea que se va a convocar un Congreso extraordinario. En Génova se funciona como si de un ministerio se tratara. Es el poder de la oposición y los que lo disfrutan están enrocados. Sólo si se demostrara que se ha producido financiación irregular del partido podrían removerse las aguas mansas de Génova. Y, por el momento, eso no es más que el deseo del Partido Socialista.
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