martes, 8 de junio de 2010

Escasa incidencia en la Comunitat de la huelga de funcionarios

VALENCIA.- El seguimiento en la Comunitat Valenciana de la huelga general del sector público convocada por CCOO, UGT y CSI·F, y secundada posteriormente por otros sindicatos, para protestar contra los recortes salariales incluidos en el plan extraordinario del Gobierno central para reducir el déficit público, es que la jornada discurrió con "absoluta normalidad", salvo incidentes puntuales registrados entre piquetes informativos y agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad, cuando los manifestantes trataban de cortar la avenida Tarongers de Valencia, y la V-30 en el acceso sur al puerto de la ciudad.

De acuerdo con los datos ofrecidos por la portavoz del Gobierno valenciano, Paula Sánchez de León, el seguimiento de la huelga general de la función pública fue del 6,07 por ciento en la Comunitat Valenciana, con mayor incidencia en el sector de justicia, donde crece hasta el 15,49 por ciento.

Por el contrario, el sector en el que menos apoyos recibió fue en el sanitario, con un seguimiento del 3,64 por ciento, mientras que se situaron en un punto intermedio el sector universitario, con un 4,71 por ciento; los funcionarios del Consell, con un 6,07 por ciento; y entes dependientes de la Generalitat, con un 5,26 por ciento.

Por provincias, en Valencia obtuvo un seguimiento en justicia del 18,54 por ciento; del 4,58 por ciento en educación; del 3,55 por ciento en sanidad; y del 4,06 por ciento entre los funcionarios del Consell. En Alicante siguió prácticamente el mismo esquema, con un 9,84 por ciento en justicia; un 5,04 por ciento en educación; 5,38 por ciento en funcionarios del Consell.

En la provincia de Castellón, el seguimiento de la convocatoria de huelga en justicia fue del 18,72 por ciento; en el servicio sanitario del 2,55 por ciento; entre los docentes de un 4,1 por ciento; y en el caso de los funcionarios del Consell, de un 0,92 por ciento.

El delegado del Gobierno en la Comunitat, Ricardo Peralta, cifró en un 11,7 % por ciento el seguimiento de la huelga por parte de los funcionarios de la Administración General del Estado en la Comunitat, por parte de 1.491 del total de 12.796 trabajadores.

Por provincias, según Peralta, el seguimiento fue del 10 por ciento en Alicante, del 6,7 por ciento en Castellón y del 13,1 por ciento en Valencia.

En el caso de las estimaciones realizadas por CCOO-PV, UGT-PV y CSI·F, los datos de seguimiento en la Comunitat suben notablemente engre más de 230.000 empleados públicos que estaban llamados a secundar la huelga.

En concreto, el paro fue secundado por un 71 por ciento de los funcionarios de la Administración autonómica y por el 60 por ciento de los trabajadores dependientes de la administración central, mientras que en la local alcanzó un 86 por ciento.

Por sectores, en justicia alcanzó un 87 por ciento; en sanidad, un 73 por ciento; y en la enseñanza, un 65 por ciento; sanidad, un 73 por ciento, según las cifras que manejan los sindicatos, quienes destacaron el seguimiento del 100 por ciento alcanzado en las Autoridades Portuarias de Valencia y Castellón.

En el puerto de Alicante, la Autoridad Portuaria cifró el seguimiento en un 67,12 por ciento y el comité de empresa lo elevó hasta el 80 por ciento.

Por su parte, desde Intersindical Valenciana, USOCV, ANPE, IGEVA, SPPLB, CESMCV, SI-CV, ACAIP y SIAT, organizaciones con 650 delegados en las administraciones públicas valencianas y mayoritarias en sectores como enseñanza, seguridad pública y sanidad, cifraron el seguimiento en torno al 72 por ciento en la Comunitat Valenciana.

1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

HUELGA GENERAL DE FUNCIONARIOS



Rafael del Barco Carreras



9-06-10. La primera huelga de que soy consciente, la de usuarios de los tranvías de Barcelona. Debía ser por 1956, bajaba yo del barco procedente de Palma de Mallorca, y diría que era el 29 que me dejaría en la Plaza Universidad. Iba vacío. En el trayecto me abuchearon, pero hasta que llegué a casa no entendí que se me dirigieran, e ignoro si comprendí lo que en casa me explicaron. Debió ser la primera vez en mi vida que tomaba conciencia de la palabra huelga. No fueron demasiados los que me increparon, pero recuerdo la imagen. Tenía 16 años.



Ahora entiendo que aquello si era una HUELGA, no recuerdo si fue por subir 5 céntimos el precio del tranvía, 0.25 pesetas, o el del pan, que también provocó algunos altercados por entonces. Huelgas que salían del corazón, muy peligrosas, los grises no iban de broma. Ahora me pregunto si la palabra “huelga” puede definir la parodia actual y la realidad de entonces.



Unos sindicatos, ¡grandes cuentistas!, que se proclaman “herederos e inspiradores de aquellas huelgas”, ¡qué fácil es atribuirse y apropiarse del dolor ajeno!, convocan la de funcionarios públicos porque les han bajado el 5% el sueldo. Quizá por algo parecido hubieran aparecido muertos por las calles de Barcelona. Franco jamás se hubiera atrevido a semejante ultraje, ¡bajar los sueldos, impensable! Porque a mi entender es más un ultraje que una medida aprovechable. Ese 5%, un grano de arena en el desierto de la quebrada España.



Y aquí he de añadir, ¡se lo merecen!, y que por mí ¡como si los despiden a todos! El funcionariado español es la pura esencia de aquel franquismo, incluidos estos sindicatos que son lo más parecido a aquellos verticales de funcionarios a sueldo del Régimen. Y a los que me insulten, ya les anticipo la contestación, como en mi adolescencia, ni me afectará ni seré consciente. He tratado con tantos y de tantos departamentos del Estado, y tan negativo en general el resultado, que no puedo por menos que alegrarme de sus desgracias profesionales.



Tenía programado un pequeño viaje y lo adelanté al lunes. A unas horas de salir del juicio por la corrupción en la Hacienda de Barcelona, cogí un autobús. Lo adelanté porque no quería sentirme vejado una vez más en honor y a favor de los funcionarios públicos. Gentes de las que solo he recibido desprecio, incomodidad y vejaciones. Que jamás me han aplicado, no ya algún favor, sino la parte legal más beneficiosa, y ni aun cuando obligado me he visto forzado a lo que llaman soborno, y yo “extorsión”, ha cambiado mi parecer, peor, porque pagar por lo que uno tiene derecho, es más vejación.



En fin, ¡no caerá la breva de que despidan el millón que sobra!